Aunque en cierto sentido es muy fácil evitarlo, en determinadas situaciones puede ser algo complicado no comer en exceso. Por ejemplo, ante una cena o comida en familia, en ocasiones especiales como puede ser la Navidad o un cumpleaños, lo más común es que comamos y comamos sin pararnos a pensar en las cantidades, de forma que luego nos percatamos que hemos comido muchísimo. ¿El resultado? Pesadez de estómago, hinchazón, acidez estomacal y gases, lo que se convierte en un verdadero inconveniente si luego queremos continuar disfrutando de la sobremesa con nuestros familiares o amigos.
Precisamente te comentábamos que evitar comer en exceso es en realidad muy sencillo, porque sólo tenemos que ponernos pequeñas raciones de comida en el plato y comer despacio, masticando bien los alimentos y dejando que la digestión siga poco a poco su curso, de manera que van llegando señales al cerebro de que nuestro estómago se encuentra lleno. Si sin embargo comemos rápido no nos llegan a tiempo esas ‘señales’, de forma que comemos y comemos y no nos damos cuenta hasta que pasado un tiempo nos sentimos terriblemente llenos.
Cómo evitar las comidas copiosas
La clave está en tratar de comer despacio, y en hacerlo en pequeñas cantidades. No obstante, si es habitual que tiendas a comer mucho aún sin darte cuenta del todo hasta que es tarde, posiblemente te ayuden los siguientes consejos y pautas básicas:
- Ponte pequeñas cantidades de comida en el plato: en lugar ponerte un gran plato lleno de comida a rebosar, puedes ir ‘practicando’ y tratar de ponerte pequeñas cantidades, por ejemplo la mitad del plato (y no llenarlo del todo).
- Come despacio: el cerebro necesita al menos 20 minutos para recibir la señal de saciedad a partir de las hormonas que se comienzan a producir cuando se inicia el proceso de la digestión. Por tanto, si comes despacio ayudarás a que tu estómago no se llene tan rápido y evitarás sentirte lleno demasiado rápido, cuando ya es tarde.
- Mastica bien los alimentos: como de buen seguro sabrás, el proceso de la digestión comienza desde la boca, a partir del bolo alimenticio. Si masticas bien la comida y además lo haces despacio, conseguirás producir más saliva, lo que a su vez ayudará a la digestión.
- Deja algo de comida en el plato: aunque te hayas puesto pequeñas cantidades de comida, o sobre todo si te has excedido en la cantidad, una opción útil es tratar de dejar un poco en el plato; es decir, no comértelo todo.
Infusiones ideales para hacer mejor la digestión
Infusión de manzanilla
La manzanilla es una de las plantas más conocidas a la hora de aliviar la indigestión y las digestiones pesadas. Además, se convierte en una opción excelente cuando se tienen gases y flatulencias.
Para elaborar la infusión sólo necesitas una cucharadita de flores de manzanilla seca y el equivalente a una taza de agua. Pon a hervir el agua, y cuando llegue al punto de ebullición añade la manzanilla, dejando hervir durante 2 minutos. Pasado este tiempo apaga el fuego, tapa y deja en reposo 3 minutos. Finalmente cuela y bebe. Si lo deseas puedes endulzar con miel o con azúcar de caña integral.
Infusión de hinojo
Mientras que la manzanilla es una de las plantas más populares para la digestión, a la hora de aliviarla y mejorarla, el hinojo se constituye como uno de los remedios más adecuados no solo a la hora de equilibrar las funciones del sistema digestivo y mejorar la mala digestión, sino que resulta muy interesante en caso de hinchazón y flatulencias.
Para hacer la infusión necesitas una cucharadita de semillas de hinojo y una taza de agua. Pon tanto las semillas como el agua en un cazo y lleva a ebullición. Cuando el agua comience a hervir baja el fuego y deja hervir durante 5 minutos. Finalmente cuela y bebe. Puedes endulzar al gusto.
Infusión de anís verde
El anís verde es otra planta con interesantes cualidades digestivas. De hecho, en combinación con el hinojo y con la manzanilla, se constituye como un remedio natural muy útil en caso de indigestión, digestiones pesadas y flatulencias.
Elaborar la infusión es tan sencillo como seguir los pasos que te hemos indicado en las anteriores infusiones: sólo tienes que hervir el equivalente a una taza de agua y añadir una cucharadita de semillas de anís verde. Cuando el agua empiece a hervir apaga el fuego, tapa y deja en reposo 3 minutos. Finalmente cuela y bebe.
Imágenes | Krista / Manuel / Wikipedia
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