El áloe o áloe vera es una planta característica de la cuenca mediterránea, muy común en el norte de África, en el Medio Oriente y también en las Islas Canarias, donde habitualmente es utilizado para el tratamiento, prevención y curación de determinados problemas y afecciones de salud (tanto de forma interna como externa). De hecho, ¿sabías que se utiliza en medicina natural desde hace más de 5.000 años? Todo ello gracias a sus cualidades reparadoras, curativas, cicatrizantes e hidratantes. La mayoría de sus beneficios provienen del gel que encontramos en su interior, y que en realidad puede obtenerse de forma fácil y sencilla.
La planta de áloe vera pertenece a la familia de las liliáceas, siendo habitualmente conocida con el nombre simple de aloe verdadero. Se caracteriza por ser una planta de tallo muy corto, invisible, con unas hojas muy carnosas tremendamente ricas en el popular jugo de áloe vera.
Sus hojas presentan un acabado ligeramente dentado que n pincha, de color verde claro. Pueden llegar a alcanzar un metro de altura adoptando la forma de mata ramificada, mientras que durante la época de floración reúne flores de color amarillo y naranja que tienen la particularidad de surgir como flores colgantes.
Se trata de una planta que se da muy bien en casa, de ahí que sea bastante habitual su utilización medicinal y terapéutica en muchos hogares de nuestro país, especialmente en los hogares canarios, donde es común encontrar varias plantas de áloe vera en patios o balcones. De hecho, generalmente no necesita de un cuidado excesivo, precisando solo un riego por semana o cada diez días sobre todo entre los meses de marzo y octubre, siendo más aconsejado que durante los meses de otoño e invierno sea guardada en el interior de la casa con el fin de protegerla de las heladas.
La obtención del jugo de áloe vera: cómo conseguirlo fácilmente
Aunque no lo creas, lo cierto es que la obtención del jugo de áloe vera es en realidad tan sencillo como fácil, dado que solo necesitas una hoja fresca de la planta recién cortada y un poco de paciencia mientras esperas a que salga todo el gel contenido en la misma. Es más aconsejable utilizar una planta que como mínimo tenga 3 años y se encuentre en buen estado.
Para conseguirlo debes arrancar o cortar una hoja fresca, y recortar una ventada en la epidermis con ayuda de un cuchillo puntiagudo, lo que te brindará la posibilidad de acceder al gel de color claro y pegajoso. Mientras éste va saliendo, si lo deseas, puedes recogerlo con ayuda de una cucharita o dejar la hoja cortada sobre una taza y esperar unos minutos.
¿Y cómo prepararlo en casa?
Una vez hayas obtenido el gel en la cantidad deseada solo tienes que aplicártelo directamente sobre la piel que vayas a tratar, por ejemplo para acelerar el proceso de curación en caso de quemaduras leves o afecciones cutáneas variadas, como es el caso de irritaciones, quemaduras solares o grietas cutáneas. De hecho, se recomienda usar el gel inmediatamente después de haberlo obtenido, para evitar que disminuyan sus diferentes propiedades.
Para la posterior conservación de la hoja entera puedes congelarla o retirar la piel y reservarla en el congelador para su uso externo como si fuera una barra de gel congelado. Eso sí, se debe evitar el uso de la piel de la planta de áloe vera y utilizar exclusivamente el gel que hemos obtenido de la forma indicada anteriormente.
Para qué sirve el jugo de áloe vera
Son muchos los beneficios curativos y propiedades terapéuticas que aporta el jugo de áloe vera tanto de forma interna como de forma externa. A continuación te destacamos sus importantes cualidades:
- Ideal para prevenir infecciones: al contener componentes útiles para eliminar hongos y bacterias es ideal para prevenir las infecciones de la piel. De hecho, actúa como vulnerario al formar una capa sobre las heridas, impidiendo el paso de los gérmenes, resecando la zona y disminuir las supuraciones.
- Útil capacidad regeneradora: debido a que es capaz de incrementar el riesgo sanguíneo, produciendo una mayor renovación celular.
- Adecuada para lesiones menores de la piel: como por ejemplo es el caso de heridas, cortes y quemaduras leves o pequeñas. También es útil en caso de hematomas, llagas y úlceras pequeñas.
- Alivia las picaduras de insectos: es especialmente útil para aliviar los síntomas molestos causados por picaduras de insectos, en especial en el caso de mosquitos, pulgas y garrapatas.
- Quemaduras leves: sobre todo en caso de quemaduras solares, el gel ayuda a mejorar y acelerar la recuperación de la piel, actuando como un buen regenerador y como refrescante.
- Alivia el herpes: por sus cualidades para evitar la infección de las heridas es muy útil en caso de herpes, ayudando a su vez a aliviar el dolor, el picor y la molesta quemazón.
- Para la salud de la boca: en caso de gingivitis o llagas bucales, utilizar enjuagues de gel de áloe vera diluido al 50% en agua ayuda a aliviar las molestias.
Imágenes | ISTOCKPHOTO/THINKSTOCK
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