Las etiquetas de los alimentos son sumamente útiles para aportar al consumidor información útil para conocer sus características tal como exige la normativa: ingredientes, aporte nutricional, fecha de caducidad y de consumo preferente y fecha de envasado, entre otros.
En este sentido, el etiquetado del producto dependerá precisamente del alimento en cuestión, sobretodo si nos encontramos ante un alimento envasado y ante uno no envasado.
En relación a los yogures y a la fecha de caducidad, seguramente que en muchos momentos has consumido un yogur mucho tiempo después de que presuntamente éste hubiera caducado, estando precisamente en perfectas condiciones para el consumo.
La ley vigente desde el año 2003 obligada a los fabricantes de yogures a marcar una fecha máxima de caducidad de 28 días desde su elaboración, de manera que –supuestamente- no se recomendaba su consumo después de esta fecha.
El Gobierno español ha puesto fin a este sinsentido, especialmente después de que se tuviera constancia que en nuestro país se tiraban a la basura una gran diversidad de productos lácteos (sobretodo yogures), en perfecto estado para el consumo pero ya caducados.
Tras los cambios normativos llevados a cabo el pasado día 8 de marzo por el Consejo de Ministros (de, publicado bajo Real Decreto 271/2014), la ley anterior vigente desde 2003 queda derogada, de manera que a partir de ahora los fabricantes de yogures pueden establecer una fecha de consumo preferente que consideren adecuada, no siendo obligatorio incluir una fecha de caducidad.
Y seguramente te preguntarás: ¿qué se entiende por fecha de consumo preferente? Muy sencillo: es la fecha indicada por el fabricante de consumo recomendado, durante la cual el producto no pierde sus propiedades organolépticas (sabor, textura, aroma…). Pasada esta fecha es posible que pierda algunas de sus características, pero el producto igualmente sería adecuado para el consumo.
¿Para qué sirve una fecha de caducidad en un alimento? ¿Y por qué es tan útil?
Cuando un alimento posee en su etiquetado una fecha de caducidad significa que se trata de un alimento fresco, perecedero o que presenta cierto riesgo microbiológico. Se trata, por tanto, de una medida de seguridad alimentaria que nos indica a partir de qué momento -fecha- es desaconsejable su consumo.
En el caso particular de los yogures, hasta el año en su etiquetado llevaban impreso la fecha de caducidad, de manera que su límite era de un total de 28 días después del momento de su fabricación. No obstante, después del cambio legislativo, son los fabricantes quienes pueden decidir libremente si sus yogures deben indicar una fecha de caducidad, o bien una fecha de consumo preferente, así como su propia duración.
De esta forma, a día de hoy es más habitual encontrarnos con yogures en cuyo etiquetado se especifique una «fecha de consumo preferente» en lugar de la «fecha de caducidad», y además podemos distinguirlos bajo la denominación «Consumir preferentemente antes de…».
¿Y en qué consiste la denominada como fecha de consumo preferente? Consiste básicamente en una fecha que indica al consumidor el tiempo -recomendado- para el consumo óptimo del producto sin que éste pierda propiedades nutritivas u organolépticas (es decir, de sabor, textura, aroma…).
Imágenes de Istockphoto.
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