El pulpo es un alimento delicioso y cuanto menos único, que podemos disfrutar fresco sólo en algunos meses del año, siendo enero de hecho una de las épocas más interesantes en este sentido.
Consiste en un molusco marino y carnívoro, que encontramos especialmente en aguas de climas tanto templados como tropicales, y que se caracteriza por tener un cuerpo blando y ocho brazos, cada uno de los cuales posee a su vez dos filas de ventosas.
Es un alimento ideal que podemos disfrutar en la cocina, gracias a su grandísima versatilidad. En España, por ejemplo, es común el pulpo a la vinagreta o el popular pulpo a la gallega (acompañado con aceite de oliva, pimentón y algo de sal).
Pero ¿conoces los diferentes beneficios del pulpo? Lo cierto es que se constituye como un alimento saludable, y destacado desde un punto de vista nutricional.
Beneficios del pulpo
Desde un punto de vista nutricional, el pulpo destaca por su altísimo contenido en minerales, entre los que nos encontramos –sobretodo- con el zinc, un nutriente fundamental en el mantenimiento de las defensas, además de participar en el desarrollo y el crecimiento de los órganos sexuales (ayudando a su vez en caso de problemas de fertilidad en el hombre).
Respecto a las vitaminas, aporta prácticamente la misma cantidad de niacina que el pescado azul, un nutriente igual de fundamental para la producción de energía.
A diferencia de otros mariscos o moluscos, el pulpo destaca por su bajo contenido en colesterol. Eso sí, por su aporte en sodio no se aconseja su consumo en caso de hipertensión arterial.
Es común elaborarlo con pimentón, ya que facilita la digestión de su carne, que por cierto es de difícil digestión para nuestro estómago (también es útil hervirlo acompañado con laurel).
Propiedades nutricionales del pulpo
Nutricionalmente hablando, las propiedades nutricionales del pulpo son las siguientes:
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Kilocalorías: 164
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Hidratos de carbono: 4.4 g
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Proteínas: 29.8 g
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Grasas: 2.1 g
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Colesterol: 95 mg
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Índice glucémico: 50
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Vitaminas: A, E, C, B1, B2, B3, B5, B6 y B12.
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Minerales: calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio, zinc, cobre, manganeso y selenio.
Imagen | sluzzelîn
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