A lo largo de nuestra vida vamos a conocer a miles de personas. Muchas de ellas serán como de la familia y estarán a nuestro lado para siempre. Otras serán simplemente serán meros amigos y por las circunstancias de la vida no los volveremos a ver. También conoceremos a bastantes parejas y a pesar de que muchas de ellas perjuran “amor eterno” al poco tiempo cambiarán sus sentimientos.
La verdad que no hay que culparlas de esto ya que es algo que le puede pasar a cualquiera. Por esta razón, hay que tomarse estas situaciones con cierta perspectiva. Vale que al principio puedan ser dolorosas, pero si una cosa he aprendido tras algunas relaciones de pareja es que nadie muere por desamor y antes o después se supera y se sale adelante.
Por todas estas circunstancias, nos ha parecido de lo más interesante contaros el por qué a veces es más “sano” el dejar soltar a alguien que quiere salir de nuestra vida, a pesar de que hacemos a veces “lo imposible” para que se quede.
No somos dueños de nadie
Esto suele ocurrir mucho en las relaciones de pareja. Una de las partes deja de tener los mismos sentimientos que nosotros y por tanto toma la decisión de “dejarnos”. En ese momento se nos cae el mundo encima ya que no imaginaos nuestra vida sin ese ser tan querido. Él/Ella era nuestro apoyo y la persona que nos hacía sentir verdaderamente especiales.
Sin embargo, como os he comentado, no necesitamos de absolutamente nadie para ser completamente felices y cuando alguien querido decide irse de nuestra vida intentamos hacer lo imposible para que esta se quede a nuestro lado. Incluso nos enfadamos con ella porque no entendemos del todo su decisión, sobre todo si sentíamos que estaba a gusto junto a nosotros.
De una forma u otra, no queda otra que respetar su opinión. Lo único que busca esta persona es ser feliz por su cuenta. Y es algo que debemos acatar aunque nos desagrade.
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Empieza a pensar en ti
Irremediablemente cada vez que un amigo o pareja se va de nuestro lado por cualquier circunstancia, vivimos momentos de un gran duelo interno. Nos martirizamos pensando si ha sido nuestra culpa e intentamos hacer de todo para que esa persona dé marcha atrás.
Si de verdad ha sido su decisión y nosotros no hemos interferido en ella para nada. ¿De qué sirve martirizarte? Tenemos que darnos cuenta que si una persona os quiere u os ama de verdad, no se iría de vuestro lado con tanta facilidad. Si lo hace, esto no lo convierte en una mejor o peor persona. Tomáoslo como que ambas partes vais a tomar caminos diferentes por simple capricho del destino.
Una vez empecéis a comprenderlo, ya podréis empezar a ser felices de nuevo. En el caso de los desengaños amorosos, es muy importante volver a reencontrase con uno mismo. Y para ello, es buena idea retomar viejos hobbies, y salir más con amigos y conocidos que por cualquier razón teníamos un poco abandonados. Seguro que a la larga os vais sintiendo mejor e iréis saliendo de ese pozo del que pensabais que era imposible salir
Más personas llegarán a tu vida
Lo bueno de vivir en un mundo habitado por más de seis mil millones de personas, es que es muy difícil aburrirse o dejar de conocer gente nueva. Si alguien decide irse y cerrar la puerta estad seguros que antes o después otra persona se os cruzará en vuestra camino. No sabremos si será mejor o peor. Pero sí os aportará cosas bastantes distintas que la otra no tenía.
Y esta es justamente una de las grandes “ventajas” de dejar ir a cualquier persona que decide tomar un caminos diferente al nuestro. Con cada persona podréis desarrollar más aspectos de tu personalidad, algo que te ayudará conocerte mucho más y por tanto convertirte en una persona mucho más plena. Una vez lo consigáis, tan solo os queda compartir esa “felicidad” con todas aquellas personas que decidan libremente quedarse a vuestro lado.
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