¿Sabías que siempre tenemos lágrimas en nuestros ojos? Ello no significa que siempre estemos tristes o que riamos siempre a carcajadas. De hecho, las lágrimas no aparecen solo para mostrar nuestros estados emocionales. Son útiles para mantener nuestros ojos saludables, puesto que ayudan a que éstos se encuentren siempre húmedos y por tanto permanezcan libres de cualquier tipo de irritación.
Eso sí, podemos diferenciar entre tres tipos de lágrimas: aquellas que se producen y aparecen de forma totalmente natural con el fin de lubricar, humedecer y nutrir nuestros ojos; aquellas que actúan como respuesta ante emociones externas (y que expresan precisamente nuestro estado emocional); y las que responden únicamente a una irritación.
En el primer caso nos encontramos ante las lágrimas basales que previenen la sequedad y humedecen el ojo. En el segundo caso nos encontramos con las lágrimas emocionales que manifiestan nuestros estados emocionales. Y en el tercer y último caso nos encontramos con las lágrimas reflejas, que protegen al ojo ante la presencia o existencia de irritantes.
Las lágrimas se componen de un componente mucínico encargado de mantener la adherencia de la lágrima a la superficie de la córnea, de una parte intermedia que destaca sobre todo por ser acuosa, y una parte lipídica formada por ácidos grasos producidos por las distintas glándulas del párpado. La función de esta última parte es la de evitar que la lágrima se evapore.
¿Qué son las lágrimas?
Las lágrimas forman parte del fluido externo de nuestros ojos, procedentes del proceso de lagrimación, el cual consiste en un proceso completamente natural y normal que nuestro organismo desarrolla con el objetivo de limpiar el ojo, mantenerlo lubricado y húmedo.
Se trata de un fluido de sabor salado que contiene agua, proteínas, aceites y mucosidad, liberado por la glándula lagrimal en la parte tanto superior como externa del ojo desde donde fluye toda su superficie frontal, pasa por la esclerótica y la córnea.
A lo largo de todo este camino las lágrimas cumplen distintas funciones importantísimas, tal y como conoceremos de forma detallada en las líneas siguientes.
¿Y por qué las lágrimas son saladas? Fundamentalmente porque en ellas nos encontramos con una gran cantidad de cloruro de sodio, cuyas sales son absorbidas por nuestros intestinos cuando comemos alimentos o bebemos, y pasan al torrente sanguíneo y de ahí finalmente a las glándulas lacrimales.
Las principales funciones de las lágrimas
En realidad son varias las importantísimas funciones que realizan las lágrimas, a pesar de que en muchas ocasiones no les prestemos la debida atención o las ignoremos más de la cuenta.
Son fundamentales para mantener la salud de nuestros ojos, al ayudarnos a mantenerlo húmedo y lubricado. Es decir, ayuda a limpiar el ojo eliminando cualquier tipo de suciedad o de elemento extraño, y es útil para mantener una visión lo más clara posible dado que éstas pueden no solo ser peligrosas para nuestra salud ocular sino que obstaculizan la visión.
Y, por último, no podemos olvidarnos de algo conocido por todos: también nos ayudan a expresar nuestras emociones. Por ejemplo, es común que las lágrimas aparezcan cuando estamos tristes o incluso estresados, o cuando nos reímos a carcajadas.
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