El propóleo (también conocido con el nombre de própolis) se caracteriza por ser una resina cérea, con una consistencia característica de apariencia viscosa y una composición ciertamente compleja.
Es elaborada por las abejas, las cuales utilizan partículas resinosas de diferentes vegetales que finalmente usan para la construcción, reparación y protección de la colmena. De ahí su nombre: del gripo Pro (antes) – polis (ciudad); o lo que es lo mismo, “protector de la ciudad”.
Lo cierto es que se trata de uno de los remedios caseros comúnmente más utilizados durante la época tanto otoñal como invernal, especialmente no solo porque es ayuda a aumentar las defensas naturalmente, sino porque se convierte en un remedio excelente en caso de gripe o resfriado.
Beneficios del propóleo para la gripe, catarros y resfriados
Cuando se acerca la época más fría del año siempre suele ser aconsejable contar con un buen tarrito de propóleo o própolis en la despensa. ¿Por qué? Porque desde muy antiguo se ha convertido en un remedio natural ciertamente eficaz en la prevención y en el tratamiento de gripes, catarros y resfriados.
Teniendo en cuenta que cuando nos enfermamos con algunas de estas enfermedades lo más aconsejable es acudir al médico, pero sobretodo no automedicarnos, dado que si tomamos antibióticos médicos sin control puede ocasionar una resistencia natural en nuestro organismo a las bacterias en tratamientos siguientes.
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Beneficios antivirales: entre otros aspectos nos encontramos en el propóleo con componentes poli-fenólicos tales como a artepilina C, el ácido cinámico y el fenetil éster del ácido caféico. Aportan a su vez una actividad antioxidante, estimuladora del sistema inmune.
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Ayuda a reforzar el sistema inmune: gracias a su contenido en determinados componentes que ayudan a estimular el sistema inmune.
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Antibiótico natural: ayuda a evitar infecciones del aparato respiratorio, a la vez que refuerza el sistema inmunitario. Todo ello sin causar esa resistencia natural de nuestro organismo a futuras infecciones, como sí ocurre con los antibióticos médicos/químicos.
Imagen | nickodoherty
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