Aunque no lo creas lo cierto es que es tremendamente común confundir una gripe con un resfriado, aunque la realidad es que de fijarnos en sus síntomas la diferenciación sería más que evidente. ¿Por qué? Fundamentalmente por algo muy sencillo: los síntomas de la gripe tienden a ser muchísimo más severos que los ocasionados por un resfriado o por un simple catarro.
De hecho, lo más habitual es que una gripe ocasione fiebre alta (generalmente entre 38 a 40º) la cual tiende a aparecer de manera brusca. Lo mismo ocurre con otros síntomas relacionados, como pueden ser fatiga y malestar general, falta de energía y dolor muscular.
Por otro lado, a estos síntomas le acompañan otros igual de comunes en el resfriado, como por ejemplo es el caso del dolor de garganta, congestión nasal y estornudos. No obstante, estos últimos síntomas son muchísimo más comunes y severos en el catarro o en el resfriado.
Básicamente consiste en una enfermedad infecciosa aguda que afecta a las vías respiratorias, la cual está causada por un total de tres tipos de virus (A, B y C), siendo los más graves las variedades A y B por ser los causantes de las epidemias que se producen cada año (en especial la variante A), mientras que la B suele ser más localizado.
¿Cuándo empieza al campaña de vacunación?
Todos los años cada Comunidad Autónoma pone en marcha la campaña de vacunación de la gripe estacional, la cual se encuentra especialmente dirigida tanto a grupos de población de riesgo como a personas mayores.
Por ello aunque cada año las fechas tienden a variar, lo más común es que la campaña empiece en el mes de octubre y finalice en el mes de enero. No obstante, estas fechas podrían variar en función de ciertas necesidades epidemiológicas.
¿Por qué existe una vacuna de la gripe diferente cada año?
Debemos tener en cuenta que el virus causante de la gripe presenta una capacidad elevada de sufrir variaciones en sus antígenos de superficie, que consisten en proteínas donde reside la capacidad del virus para infectar, de forma que frente a ellas nuestro cuerpo produce anticuerpos que nos protegen.
Por este motivo, dado que estas variaciones implican la aparición de nuevos virus gripales frente a los que el ser humano no tiene protección, cada año la vacuna debe actualizarse, puesto que los virus de la gripe varían en realidad año tras año. Y, por ello, la vacuna es igualmente anual.
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¿Quién debe vacunarse contra la gripe?
La vacunación se recomienda sobre todo a personas que poseen un riesgo alto de sufrir complicaciones en caso de padecer la enfermedad. Por otro lado, también se aconseja en personas que estén en contacto con estos grupos de alto riesgo, dado que existe un riesgo mayor de transmitírsela.
De acuerdo a la Comisión Nacional de Salud Pública del Ministerio de Sanidad español, podemos resumir los grupos de riesgo a continuación:
- Personas de 65 años o más, en especial aquellas que convivan en instituciones cerradas (por ejemplo en hospitales, asilos y residencias de mayores).
- Personas menores de 65 años con alto riesgo de complicaciones: niños mayores de 6 meses y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares o pulmonares (incluyendo asma, fibrosis quística o displasia bronco-pulmonar), enfermedades metabólicas (incluyendo diabetes mellitus), obesidad mórbida, insuficiencia renal, asplenia, anemias, hemoglobinopatías, enfermedad hepática crónica, inmunosupresión, demencias, síndrome de Down o enfermedades neuromusculares graves.
- Otros grupos a los que se recomienda: personas que trabajan en servicios públicos esenciales, así como quienes estén en contacto con aves con confirmación o sospecha de infección por virus de gripe aviar.
Eso sí, no se aconseja la vacunación contra la gripe en absoluto a los niños menores de 6 meses, personas con alergia al huevo o con hipersensibilidad a las proteínas del huevo, así como quienes padecen una enfermedad aguda con fiebre alta (los cuales deberán esperar hasta que dicho padecimiento remita).
¿Qué personas no pueden vacunarse?
Aunque se recomienda la vacunación contra la gripe, también existen determinados grupos en los que la vacuna no puede ser administrada:
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Bebés menores de 6 meses.
- Personas alérgicas a: huevo, proteína del pollo u otros componentes de la vacuna.
- Si la persona tiene fiebre.
- Si la persona padece alguna infección aguda.
¿De qué está compuesta la vacuna de la gripe?
La vacuna antigripal está compuesta de tres cepas, concretamente de dos tipo A y una tipo B, que representan los virus que más probablemente circularían a lo largo del invierno siguiente.
La mayoría de estas vacunas se fabrican a partir de virus cultivados en huevos embrionados de gallina, que luego son inactivados y finalmente fraccionados.
¿Puedo contagiarme de gripe a pesar de haberme vacunado?
Si bien es cierto que muchas de las personas adultas que se vacunan desarrollan altos títulos de anticuerpos tras una dosis de vacuna, es necesario saber que estos anticuerpos únicamente son protectores frente a los virus de la gripe similares a los incluidos en la vacuna.
Por tanto, sí existe un riesgo de contagio a pesar de que la persona se haya vacunado previamente.
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