¿Sabías que el tímpano es una parte sumamente importante de nuestro oído? En realidad pocos trastornos o afecciones le suelen afectar, siendo las más habituales –y graves- tanto las perforaciones como las rupturas. Entre sus causas más comunes podemos mencionar el uso de bastoncillos de algodón para limpiar los oídos, que a diferencia de lo que erróneamente se piensa en realidad no son útiles ni adecuados, especialmente cuando tendemos a introducir los bastoncitos en el interior del canal auditivo, ya que solo es útil para limpiarlo externamente.
Más aún, no son adecuados para retirar el exceso de cera, sobre todo si tenemos en cuenta que la cera cumple una importante función de protección, al formar parte de las defensas naturales de nuestro organismo, porque ayuda a que los oídos permanezcan libres de cualquier tipo de infección, al ejercer una acción lubricante y antibacteriana.
También pueden producirse como consecuencia de una lesión a causa de una explosión, lesiones derivadas de la natación o del buceo o como consecuencia de infecciones (por ejemplo, en el caso de otitis medias crónicas). De hecho, en ocasiones determinadas impurezas o las propias bacterias pueden entrar en el oído medio a través del tímpano y causar infecciones.
En lo que se refiere al tímpano, también conocido con el nombre de membrana timpánica, consiste en una membrana semitransparente y elástica, de forma cónica que comunica el canal auditivo externo con el oído medio, sellando esta última cavidad. Se encuentra recubierta por mucosa del oído medio en su cara interna, así como por piel muy delgada en su cara externa. A su vez, cuenta con una especie de concavidad o depresión hacia el canal auditivo externo.
Se caracteriza por ser muy una membrana muy fina, al medir apenas entre 9 a 10 mm. de diámetro. Posee la capacidad de moverse como consecuencia de las diferentes vibraciones del aire que llega a través del canal auditivo externo, transmitiéndose al oído medio a través del movimiento de los huesos pertenecientes al oído medio, siendo capaz de transformar las distintas variaciones de presión en movimiento mecánico.
Es decir, el tímpano actúa como si fuera una especie de tambor, el cual tiende a vibrar cada vez que es golpeada por el sonido. Precisamente, son estas vibraciones las que mueven los huesos pequeños que encontramos en el oído medio, y a su vez éstos envían vibraciones al oído interno desde el que se envía un mensaje al cerebro, el cual reacciona y reproduce el sonido.
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