Aunque muchas personas suelen confundirlos, o en realidad utilizarlos como si fueran diferentes, ¿sabías que en realidad tanto el trastorno bipolar como el trastorno maníaco depresivo se refieren a un mismo trastorno o patología psiquiátrica?. Se trata de un trastorno que muchos psiquiatras y psicólogos consideran como una grave enfermedad del cerebro.
Para ser más precisos, consiste en una enfermedad mental la cual se caracteriza por alternar fases depresivas con falses de manía (o euforia). En este sentido, es común que la persona bipolar o maníaco-depresiva se sienta en algunos momentos muy feliz y animado, más que de costumbre, mientras que luego se sienten muy tristes o deprimidos.
A la primera situación se le conoce como manía, mientras que a la segunda se la conoce como depresión.
¿Cuáles son sus síntomas?
Antes de hablar de los síntomas debemos tener en cuenta que el trastorno bipolar tiende a alternarse en dos fases determinadas y bien diferenciadas: el episodio maníaco por un lado, y el episodio depresivo por el otro. Por tanto, es necesario diferenciar los síntomas que surgen en cada fase:
Síntomas del episodio maníaco:
- Sentirse muy alegres, animados y felices.
- Sensación de estar inquietos y sensibles.
- Sensación de irritación.
- Problemas para dormir, o para relajarse.
- Sentirse muy nervioso o ansioso.
- Sentirse más activo de lo habitual, con ganas de hacer muchas cosas a la vez.
- Hacer cosas arriesgadas.
Estos episodios suelen ser más intensos que los síntomas que aparecen durante la fase depresiva, dado que las emociones tienden a ser más fuertes y ocurren junto con cambios extremos en niveles de energía y de comportamiento.
Síntomas del episodio depresivo:
- Sentirse muy tristes y deprimidos.
- Sentir preocupación, con sensación de vacío.
- Tener problemas de concentración.
- Tener poca memoria, olvidándose mucho de las cosas.
- Sensación de cansancio, no teniendo mucha energía.
- Dificultades para dormir o para relajarse.
¿Cuáles son sus causas?
Fundamentalmente se han identificado dos causas que pueden influir en la aparición del trastorno bipolar o maníaco-depresivo:
- Los genes. Es decir, se trata de una enfermedad hereditaria.
- Anormalidad tanto en la estructura como en la función del cerebro.
No obstante, a día de hoy siguen realizándose investigaciones que permitan descubrir más causas posibles que incidan en la aparición del trastorno.
¿Cómo es el tratamiento?
Teniendo en cuenta que el trastorno bipolar no tiene cura, sí debemos saber que existen tratamientos médicos que son útiles a la hora de controlar la mayoría de los síntomas:
- Tratamiento farmacológico: por lo general dan buenos resultados, aunque la elección entre un grupo de medicamentos u otros dependerán de cada paciente.
- Terapia: es útil para ayudar a las personas con trastorno bipolar, ayudándole a cambiar tanto su conducta como a manejar mejor sus vidas.
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