En ocasiones los embarazos no salen como esperamos y no llegan a término porque desde el principio falla algo. Los abortos son muy frecuentes en madres primerizas o con patologías y en ocasiones dichos abortos pueden retenerse dentro del vientre de la madre.
El llamado aborto involuntario o aborto retenido se produce cuando el feto que se encuentra dentro de la placenta muere y el cuerpo no es capaz de reconocer la pérdida del feto y no lo expulsa.
Es normal que la mujer siga teniendo síntomas de embarazo y la hormona gonadotropina siga aumentando como si de un embarazo normal se tratara pero realmente el feto no tiene vida.
¿Qué es el aborto retenido o diferido?
Se trata de un tipo de aborto en el que el feto muere en el interior del cuerpo de la madre, pero que sin embargo no lo expulsa, ni la placenta ni en definitiva el resto de productos propios que se han formado y desarrollado con la gestación. Es decir, los retiene en su cuerpo durante varias semanas.
Este aborto se puede dar días o semanas después de haberse producido la implantación del embrión en el útero, pero éste permanece durante un tiempo largo en el interior del útero precisamente porque el organismo de la mujer no se ha “percatado” de que ya no sigue vivo, de forma que la placenta puede incluso seguir funcionando.
¿Cómo se detecta?
Al no expulsarse los restos la mujer no notará nada, dado que es muy común que el sangrado, que en definitiva en uno de los síntomas más típicos y característicos del aborto, no se produce.
Por ello es muy habitual que, durante una revisión rutinaria, el especialista diagnostique la posible existencia de un aborto. De hecho, cuando una mujer embarazada padece un aborto retenido la mejor manera de diagnosticarlo es gracias a las revisiones y ecografías que el médico le hará.
Durante la ecografía es posible que el médico observe que no existe latido del corazón o un feto poco desarrollado por lo que determinará el posible aborto involuntario o en silencio.
Aproximadamente el 20% de los embarazos culminan en abortos retenidos o involuntarios y como bien hemos dicho se da en más casos en madres primerizas.
Causas del aborto retenido
Las causas que provocan un aborto retenido pueden ser anomalías cromosómicas en el feto y que no permiten que el feto se siga desarrollando. También puede producirse como consecuencia de infecciones, trombofilias o enfermedades que alteran la correcta y adecuada coagulación de la sangre.
Como bien hemos mencionado las mujeres que presentan un aborto retenido normalmente sigan manifestando síntomas de embarazo, náuseas, vómitos, dolor de pechos incluso cólicos y en otros casos estos síntomas empiezan a desaparecer.
Lo lógico es que la mujer expulse el tejido embrionario al principio del embarazo pero en otras ocasiones dicho tejido se encuentra dentro de la mujer por lo que será recomendable un legrado para limpiar y extraer todo lo que reviste el embarazo.
Síntomas del aborto retenido o diferido
A diferencia de los abortos involuntarios (que sí producen síntomas como sangrado abundante, dolor y calambres), en el caso del aborto retenido casi no tiende a mostrar ningún tipo de sintomatología.
Por tal motivo, la única forma de saber si se está sufriendo o no de un aborto retenido es realizando una ecografía, en la que no se mostraría ni aparecería ningún latido del corazón.
¿Y qué ocurre después? ¿Cómo es el tratamiento?
Tan pronto como se detecta la existencia de un aborto retenido es necesario tomar medidas médicas útiles para ayudar a expulsar el tejido fetal fuera del cuerpo de la mujer. En ocasiones se recetan determinados medicamentos que ayudan en este sentido, al igual que en ocasiones es el propio cuerpo es que expulsa los restos del embarazo por sí mismo, de forma parcial o total.
Pero cuando esto no es posible, o no sirve de ayuda, es necesario la realización de un procedimiento quirúrgico conocido con el nombre de dilatación y curetaje, mediante el cual el cuello uterino es dilatado y el tejido fetal es raspado del útero.
¿Cuándo es posible volver a intentar un nuevo embarazo?
Lo aconsejable es esperar al menos hasta que llegue la primera menstruación, aunque lo más recomendable desde un punto de vista médico es dejar pasar entre 2 a 3 ciclos menstruales.
Esto ayudará a que las hormonas de la mujer se regulen, y el cuerpo vuelva a estar preparado para poder manejar un nuevo embarazo.
Si ya has sufrido un aborto no debes preocuparte. ¿Sabías que la mayoría de mujeres han tenido un embarazo que no ha llegado a término, y luego vuelven a concebir y tienen una gestación normal? En la mayoría de las ocasiones la mayoría de estos embarazos acaban incluso antes de que la mujer llegue a enterarse que ha estado embarazada.
Por tanto, ante todo mantén la calma y mantén la debida precaución y cuidado. No obstante, en caso de abortos repetidos sí es recomendable que los especialistas médicos realicen los estudios necesarios.
He sufrido dos abortos retenidos ambos en la semana 9. El primero me pilló por sorpresa en la revisión ginecológica, con el segundo ya lo vi venir pues sentí lo mismo que en el anterior y por desgracia mis sospechas se confirmaron.
Sentí como mis pechos dejaron de doler, después tuve como un flujo amarillo amarronado y por último al comer sentía que me llenaba enseguida (tenía que comer en dos tandas) y me dolía la barriga pero no en el vientre bajo, sino del ombligo hacia arriba. No he leído en ningún artículo que esto pueda ser síntoma de aborto pero en los dos que yo he sufrido ha sido así.