En nuestro estómago se segregan con normalidad una serie de ácidos realmente fuertes. Son los conocidos como ácidos gástricos, y su principal finalidad es la de descomponer los alimentos para, posteriormente, permitir la digestión. Estos ácidos tienden a ser muy corrosivos, y no suelen causar problemas, hasta el momento en el que refluyen al esófago, causando ardor, acidez y un dolor desagradable. Durante el embarazo tanto la acidez de estómago como el ardor son tremendamente comunes, pero ¿sabes por qué? ¿Cuáles son sus causas, y por qué son más habituales en el segundo y tercer trimestre? ¿Hay algo que se pueda hacer para aliviarlos?.
Por qué aparece la acidez y el ardor de estómago en el embarazo
Lo cierto es que, durante el embarazo, la futura mamá es muy proclive a la hora de sufrir dolor de estómago, ardor y acidez, especialmente en la segunda mitad del embarazo, y más aún, a lo largo del tercer trimestre. Aunque suele empezar a partir del tercer mes de gestación. Esto es debido a la progesterona y otras hormonas del embarazo, las cuales provocan que el músculo del esfínter esofágico inferior tienda a relajarse, y por tanto, a cerrarse mal.
Esto causa que el vaciado gástrico se ralentice, aumentando el riesgo de que el contenido estomacal regrese. Debido a ello, es muy común que durante el embarazo el contenido del estómago pueda refluir hacia arriba, hacia el esófago, ocasionando a su vez los distintos síntomas y molestias tan asociados con este trastorno. ¿Y qué es el esófago? Básicamente consiste en el conducto muscular que comunica la faringe con nuestro estómago, y está destinado a llevar tanto los alimentos como los líquidos ingeridos precisamente desde la boca hasta el estómago.
De otro lado, el motivo principal por el que la acidez de estómago suele ser más habitual en la segunda mitad del embarazo y en el tercer trimestre es debido a que el efecto hormonal sobre los esfínteres digestivos es aún mayor, lo que se suma al efecto causado por la falta de espacio por el gran tamaño del útero.
Finalmente, al volver el contenido estomacal y producirse el reflujo, los ácidos irritan la zona, causando dolor, ardor e inflamación.
¿En qué momento del día es más común que aparezca?
Mientras que las típicas náuseas del embarazo suelen ser más habituales por la mañana, antes de levantarse de la cama, con la acidez y el ardor de estómago ocurre lo contrario: es más común que aparezcan sobre todo por la noche al acostarte, de ahí que sea importantísimo (como veremos en el apartado destinado a ello) cenar pronto y sobre todo alimentos livianos, ya que será de gran ayuda a la hora de prevenir su incómoda aparición.
Es un mito: Si tienes acidez durante el embarazo no significa que el bebé vaya a nacer con mucho pelo. No existe evidencia científica que permita mantener tal afirmación. ¿La causa real? La acción de la progesterona y otras hormonas sobre la musculatura lisa, favoreciendo el reflujo al relajarla.
¿Qué hacer para prevenirlo?
Aunque hay veces que no se puede prevenir, lo cierto es que seguir algunas pautas básicas como las que te proponemos a continuación pueden ser de grandísima utilidad, siendo de hecho de mucha ayuda:
- Cena temprano y poco. Es imprescindible tratar de cenar más pronto y además cenar en poca cantidad, optando por alimentos más ligeros. Esto significa que debes evitar comer en exceso y llenarte hasta la extenuación, a la vez que deberás adelantar la hora de la cena.
- No te acuestes inmediatamente después de haber comido. Ya sea por la noche, o después de almorzar, se aconseja esperar al menos 2 horas hasta acostarse. El motivo es evidente: estar recostada o tumbada favorece la aparición del reflujo.
- Evita alimentos que aumentan la acidez o retrasan el vaciado gástrico. Si sufres de ardor y acidez debes evitar determinados alimentos que pueden empeorar los síntomas, o bien aumentar el riesgo de sufrirla. Es el caso del chocolate (sí, el chocolate), los cítricos (como las naranjas, mandarinas, limones y pomelos), salsa de tomate, la cafeína, la teína, las bebidas con gas y determinados condimentos (como la pimienta, cualquier hierba picante y el vinagre). Además, también se deben reducir los alimentos grasos (como fritos o guisos con exceso de grasa).
- Aumenta la ingesta de líquidos. Se aconseja beber mucha agua a lo largo del día, fuera de las comidas. Además, para no aumentar el volumen del estómago, es recomendable no beber nada de líquido mientras comes.
¿Se pueden tomar antiácidos durante el embarazo?
Si sufres de acidez de estómago en el embarazo y no has conseguido reducir sus síntomas o prevenirlo, muchos expertos aconsejan preguntar al médico acerca de los riesgos de tomar antiácidos durante la gestación, los cuales ayudan a neutralizar el ácido presente en el estómago.
Lo cierto es que, bajo la debida supervisión médica, los antiácidos pueden ser seguros durante la gestación, pero con matices: se deben evitar los antiácidos que contengan hidróxido de aluminio o carbonato de aluminio, además de fármacos tipo Alka-Seltzer, que contengan aspirina (ácido acetilsalicílico o salicilato) o bicarbonato de sodio, por su exceso de sodio.
Básicamente, son más aconsejables aquellos que contengan óxido de magnesio, hidróxido de magnesio o carbonato de calcio, por ser los más rápidos, eficaces y seguros.
Referencias bibliográficas:
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- Frawley J, Hall H, Adams J, Sibbritt D. Health care utilisation of women who experience pregnancy-related reflux, nausea and/or vomiting. J Matern Fetal Neonatal Med. Aug;30(16):1938-1943. doi: 10.1080/14767058.2016.1232711.
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