Aunque son muchos los factores de riesgo que pueden influir en la elevación de la tensión arterial, y que influyen en que en definitiva una persona sufra de hipertensión arterial, en realidad por el momento se desconocen las causas reales que ocasional la hipertensión sanguínea.
Es decir, aunque hasta el momento no se conocen las causas específicas que ocasionan la elevación de la tensión arterial, sobre todo cuando esta elevación es crónica y se mantiene en el tiempo, sí existen una serie de factores que influyen en su aumento. Especialmente aquellos factores que ocasionan la hipertensión, que consiste básicamente en el aumento crónico de la tensión arterial.
De hecho, se considera que existe tensión arterial elevada cuando la presión arterial sistólica se sitúa entre 140-159 mmHg y/o la presión diastólica entre 90-99 mmHg. Sin embargo, ésta es grave cuando la presión sistólica es de 180 mmHg o superior y la diastólica 110 mmHg o superior.
Por otro lado, tampoco podemos olvidarnos de la hipotensión, que consiste en tener valores de tensión arterial por debajo de lo que considerado como normal. En este sentido, la propia OMS (Organización Mundial de la Salud), la denomina como aquella tensión que se sitía por debajo de 100/70 mmHg.
¿Cuáles son las causas que provocan hipertensión?
Como indicábamos aunque de manera específica no existen unas causas específicas reales, sí existen factores de riesgo que influyen en la elevación de la tensión arterial. Los más comunes son los siguientes:
- Factores genéticos: la predisposición genética puede llevar a que se desarrolle hipertensión arterial, en especial cuando un familiar de primer grado ya presente esta patología.
- Sexo: los hombres presentan una mayor predisposición a desarrollar hipertensión arterial. Hasta que las mujeres llegan a la edad de la menopausia, cuando el riesgo se iguala en ambos sexos.
- Edad: la edad se convierte también en otros de los factores fundamentales, dado que es común que la presión arterial aumenten con el paso de los años.
- Sobrepeso y obesidad: se sabe que, a medida que se aumenta de peso, también tiende a elevarse la tensión arterial.
- Determinadas enfermedades: como es el caso de enfermedad renal crónica, enfermedad renal poliquística, estenosis de la arteria renal, tumores productores de renina o el síndrome de Liddle.
Estos alimentos son útiles para reducir la hipertensión
Ajo
El ajo es considerado no solo como un alimento delicioso y maravilloso desde un punto de vista culinario. También es conocido desde hace años por sus cualidades curativas, motivo por el cual ha llegado a ser denominado como un auténtico superalimento, gracias a sus increíbles beneficios protectores y antibióticas.
En el caso de tener la presión arterial elevada, el ajo ha demostrado ser un alimento natural que ayuda a disminuirla, tanto la tensión arterial máxima como la mínima. ¿Por qué? Fundamentalmente porque posee un interesantísimo efecto vasodilatador, que actúa en los pequeños capilares.
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Por otro lado, tampoco nos podemos olvidar de sus cualidades cardiosaludables, que se traducen en que ayuda a disminuir los niveles elevados de colesterol, siendo útil a su vez para prevenir y/o evitar la formación de trombos.
Cebolla
La cebolla es, al igual que el ajo, otro de los alimentos naturales cuyos beneficios curativos y medicinales son tremendamente conocidos y populares. Principalmente porque es un alimento de reconocida acción hipotensora, lo que significa que ayuda a reducir la tensión arterial elevada.
Por un lado, es útil para mejorar la circulación sanguínea, cualidad que se traduce precisamente en esa propiedad o virtud para bajar la tensión elevada. Por otro, también actúa como diurético, ayudando a favorecer la eliminación de los líquidos.
Sopa de pollo
A aquellos usuarios que disfruten de un buen plato de sopa de pollo, una comida que ha sido llamada como “la penicilina de la abuela” (por su capacidad para combatir el resfriado), están de enhorabuena.
Y es que recientemente investigadores japoneses han descubierto que este plato popular, tan apetecible en las noches tanto otoñales como invernales, puede ayudar a reducir la tensión arterial.
Los citados investigadores hallaron que las proteínas del colágeno encontrado en el pollo podían de hecho reducir la presión arterial, pudiendo actuar así como lo hacen los medicamentos para la presión arterial.
No en vano, estudios anteriores habían encontrado que, las pechugas de pollo, contenía sólo pequeñas cantidades de colágeno, pero no las suficientes para poder repercutir en la tensión arterial.
En el nuevo estudio, los científicos examinaron los muslos de pollo, encontrando con ello cuatro proteínas que tenían colágeno tal que actuaban como los citados medicamentos inhibidores de la ECA.
Eso sí, los investigadores han hecho una advertencia: aquello que sería medicinal es el pollo en sí, y no el resto de ingredientes de la sopa.
Plantas y hierbas medicinales
Además de algunos alimentos naturales, también existen determinadas plantas y hierbas con acción hipotensora, que ayudan de manera muy positiva a la hora de reducir la hipertensión. Las más útiles y adecuadas son las siguientes:
- Hojas de olivo: aunque menos conocidas que otras plantas con acción hipotensora, se convierten de hecho en un remedio natural ideal en caso de hipertensión arterial media-grave. Posee un principio activo conocido con el nombre de oleoeuropeína, el cual es útil para dilatar los pequeños vasos sanguíneos (y combatir las arritmias), actuando a su vez como diurético.
- Espino blanco: se trata de una de las plantas hipotensoras más conocidas en este sentido. Actúa como un relajante circulatorio, actuando no solo sobre la tensión arterial alta, sino sobre las arritmias, los dolores de cabeza y la irritabilidad.
- Cola de caballo: ¿quién no conoce las cuales de esta planta, o la ha utilizado en alguna que otra ocasión? Su acción diurética se debe a su alto contenido en flavonoides y en sales de potasio.
Como vemos, existen determinados alimentos que son de gran utilidad a la hora de reducir o controlar la tensión arterial, en especial cuando ésta es elevada. No obstante, es fundamental seguir un estilo de vida saludable, manteniendo una dieta variada rica en alimentos naturales y baja en grasas.
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