La glándula tiroides es una glándula del sistema endocrino que encontramos debajo de la nuez de Adán, concretamente sobre la tráquea y junto al cartílago tiroides. Es una glándula fundamental para el buen funcionamiento de nuestro organismo, ya que produce las hormonas tiroxina y triyodotironina, las cuales controlan nuestro metabolismo; es decir, la forma en la que las diferentes células de nuestro organismo utilizan la energía. De ahí que problemas en la glándula tiroides puedan provocar que la persona baje o aumente de peso bruscamente (sobretodo el aumento de peso se produce en el hipotiroidismo), y sin existir alguna otra causa médica relacionada.
En el caso del hipertiroidismo nos encontramos ante una dolencia que médica y popularmente también se la conoce con el nombre de tiroides hiperactiva. Esto significa que la glándula tiroides tiende a producir demasiada hormona tiroidea.
Sus síntomas al principio pueden ser poco claros, pero comprenden desde fatiga a cansancio general, pasando por un aumento del apetito con pérdida de peso, intolerancia al calor, deposiciones frecuentes y diarrea, bocio, nódulos en la tiroides, nerviosismo, aumento de la sudoración e irregularidades en la menstruación de las mujeres.
En lo que se refiere a la dieta que debe seguir una persona con hipertiroidismo, debemos tener en cuenta que en realidad existen determinados alimentos no recomendados. Por tanto, la clave está en descubrir qué alimentos si están permitidos, y además son recomendados.
¿Cuáles son los alimentos permitidos con hipertiroidismo?
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Vegetales: espárragos, cebollas, calabazas, berenjenas, pimientos, lechugas, pepinos, zanahorias, apio, endivias y perejil.
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Crucíferas: al ser ricas en ácidos clorogénicos y cafeico dificultan la absorción de yodo por parte del organismo. Destacan el brócoli y las coles de Bruselas.
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Frutas: melocotón, aguacate, naranja, granada, melones, uva, ciruelas, higos y melones.
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Legumbres: garbanzos y lentejas.
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Cereales y alimentos integrales: arroz integral, avena y pan integral.
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Frutos secos: mijo, pistachos, nueces, almendras, castañas, piñones, uvas pasas, dátiles y cacahuetes.
Por otro lado, también se aconseja el consumo de mucha agua y el consumo de alimentos ricos en proteínas, principalmente las aves y el pescado, y de forma eventual la ternera.
Imagen | richard_north
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