Seguramente sabrás que la tiroides es una glándula que encontramos en el cuello, situada más concretamente justo delante de la tráquea y encima de la clavícula. Presenta forma de mariposa y cuenta con dos “lóbulos” laterales unidos por una estrecha tira de tejido.
Consiste en una glándula endocrina, cuya principal función es la de producir hormonas tiroideas, las cuales son importantísimas para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo y para nuestra salud en general dado que controlan el ritmo de muchas actividades de nuestro organismo, como por ejemplo: cuán rápido late nuestro corazón o la velocidad con la que se nuestro cuerpo quema las calorías que obtenemos a partir de la alimentación.
En la mayoría de las ocasiones no es posible sentir ni ver la glándula tiroides. Sin embargo, cuando se producen algunos problemas tiroideos como por ejemplo determinadas afecciones o enfermedades tiroideas sí es posible observar un abultamiento en esta área del cuello, sobre todo si aumenta de tamaño.
Entre las hormonas que la tiroides se encarga de producir nos encontramos fundamentalmente con tres de las más importantes y destacadas en lo que se refiere al buen funcionamiento de nuestro organismo: la tiroxina (o T4), la T3 y la T3 reversa (también conocida como inactiva).
Todas estas hormonas controlan el metabolismo, lo que se traduce en que controlar la forma en que nuestro organismo obtiene energía a partir de los alimentos digeridos. De ahí que cuando la tiroides no funciona correctamente nuestro cuerpo utiliza la energía de forma más lenta (aumentamos de peso) o más rápidamente de lo que debería (pérdida de peso).
Síntomas de los problemas de tiroides principales
Evidentemente los síntomas que puedan surgir variarán en función de cuál sea el problema de tiroides que los esté ocasionando, de ahí que sea útil conocer y descubrir qué sintomatología puede producir cada trastorno o afección:
- Hipertiroidismo: pérdida de peso, pérdida del cabello, insomnio, irritabilidad, taquicardias, nerviosismo, músculos debilitados, ojos saltones, evacuaciones intestinales frecuentes, sudor excesivo y flujo en la menstruación menor.
- Hipotiroidismo: aumento de peso, cansancio, voz grave, piel seca, pérdida del cabello, estreñimiento, abortos espontáneos, infertilidad, disminución del deseo sexual, uñas débiles, problemas de memoria, intolerancia al frío y tendencia a los resfriados.
- Bocio: el más evidente es la presencia de una protuberancia abultada situada en la región anterior del cuello. Se puede producir afonía, dificultad para tragar y para respirar.
- Tiroiditis: aumento de peso inesperado, dolores musculares, fatiga, estreñimiento, sequedad en la piel y depresión. No obstante, también puede causar dolor en la glándula tiroides, una pérdida de peso, frecuencia cardíaca rápida, debilidad muscular, temblores y fatiga.
Como vemos, cada afección de tiroides puede causar una sucesión de síntomas determinados, pero que en realidad pueden no ser claros para ayudar a saber o a conocer que efectivamente se tiene un problema de tiroides. Por ello, una buena opción es descubrir algunas señales comunes que aparecen cuando la tiroides funciona mal.
Señales que pueden indicar la existencia de un problema en la tiroides
Además de los síntomas indicados anteriormente en función del trastorno o enfermedad que afecte a la tiroides, cuando existe un problema o afección que afecta a esta glándula sí existen determinados síntomas o señales que surgen y que en realidad pueden ser muy útiles para el médico. Son los siguientes:
- Pérdida o aumento de peso: dado que la tiroides es la encargada y la responsable de regular la velocidad de nuestro metabolismo, cuando se produce una pérdida de peso podría indicar la existencia de hipertiroidismo, mientras que cuando se produce un aumento de peso repentino (por ejemplo de 5 o 10 kg. en 2 o 3 meses) puede indicar la existencia de hipotiroidismo.
- Dolor corporal: se sienten dolores en los músculos y en las articulaciones, incluso aunque no hagamos ningún sobreesfuerzo físico.
- Cansancio: dado que la tiroides posee un papel vital en los niveles de energía de nuestro organismo, cuando existe algún trastorno que la afecta es habitual que nos sintamos cansados y fatigados aún aunque descansemos las suficientes horas. Es común que este cansancio surja sobre todo cuando se tiene hipotiroidismo.
- Estreñimiento: surge sobre todo como consecuencia del ralentizamiento de la actividad hormonal de la tiroides, de manera que se presenta dificultad para eliminar las heces a través del tracto digestivo.
- Manos y pies fríos: ya que la tiroides regula la temperatura de nuestro cuerpo, cuando existe un problema de tiroides es común sentir los pies o las manos frías, al igual que el resto del cuerpo.
- Problemas en la piel, el cabello y en las uñas: caída del cabello, uñas frágiles o débiles que se agrietan con facilidad, así como la piel seca o muy reseca.
- Problemas en el estado de ánimo: es habitual sentir depresión, ansiedad y nerviosismo. También pueden producirse cambios de humor y en el estado de ánimo.
Ante el menor síntoma siempre lo más adecuado es acudir a nuestro médico, el cual nos realizará un análisis detallado y tendrá en cuenta nuestro historial clínico para indagar acerca de si anteriormente ya sufríamos o no algún problema común de tiroides, como por ejemplo puede ser el caso del hipertiroidismo o el hipotiroidismo.
No es ni mucho menos adecuado ignorar estos síntomas, ya que con el paso del tiempo los problemas o enfermedades de la tiroides pueden desencadenar complicaciones más graves en la salud.
Imágenes | ISTOCKPHOTO/THINKSTOCK
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