Hoy continuaremos abordando el tema de la autoestima, y en este caso hablaremos de qué características presentan las personas con baja autoestima y con alta autoestima. Esto nos permitirá entender un poco mejor porqué respondemos de ciertas formas ante algunas situaciones de la vida.
Puede ser la clave para poder mejorar nuestra forma de vida, ya que nuestra autoestima determina en gran medida nuestro bienestar personal.
Como comentábamos existe una diferenciación entre la alta y la baja autoestima, esto es algo que todos hemos oído alguna vez y tenemos una cierta idea de ello. Sin embargo, desde la psicología se abordan otras diferenciaciones, abriendo un abanico más amplio de tipos de autoestima. Uno de estos aspectos es el de la inestabilidad o estabilidad de la autoestima.
Es decir, podemos tener una alta autoestima que sea estable, o que sea inestable. Y lo mismo sucede con la baja autoestima. Veamos de qué se trata cada uno de ellos.
¿Cómo se comportan las personas con una autoestima alta y estable?
Para estas personas, que tienen una alta valoración de sí mismas, los reveses de las vida no afectan su autoestima. Suelen ser muy abiertos en la forma de desenvolverse ya que tienen una sólida imagen de sí mismos que no es alterada por otros. Son capaces de sostener su punto de vista en una discusión con otros y esto no los desestabiliza emocionalmente.
Cuando la alta autoestima se vuelve inestable
En este caso, nos referimos a personas que con una alta autoestima, presentan dificultades para sostenerla constantemente. Algunas situaciones que pueden desestabilizar su autoestima son –por ejemplo- los ámbitos muy competitivos.
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Son muy críticos ante sus propios fracasos y aunque pueden defender su punto de vista con mucha convicción, se cierran ante los puntos de vista de los otros y buscan monopolizar la palabra para evitar las opiniones ajenas. Sienten mucha preocupación por su autoestima, e incluso pueden tener actitudes agresivas para sostenerla.
Cómo identificar una autoestima baja y estable
Al igual que en la autoestima alta y estable, lo que pasa fuera no logra modificar la autovaloración de la persona, que siempre es muy baja. Ni siquiera los éxitos pueden torcer su mirada desvalorizada sobre sí mismos.
Frecuentemente este rasgo de la personalidad se acompaña por una desatención a su imagen personal, la indecisión y miedo a fracasar o equivocarse. Su valoración negativa de sí mismos los lleva a no poder sostener sus puntos de vista en confrontaciones con otros.
Tener la autoestima baja e inestable
En estos casos, también sienten una valoración negativa de sí mismos, como en el ejemplo anterior. Sin embargo su autoestima puede elevarse por eventos externos, con un logro, una decisión exitosa, etc.; aunque esto cede rápidamente cuando pasa esa situación y la autoestima baja nuevamente.
Suelen animarse a decir su opinión, pero no tienen la posibilidad de defenderla ante la de otros, debido a las sensaciones de inferioridad que acompañan a la baja autoestima.
Como veréis estos rasgos para cada tipo de autoestima, aunque breves, nos permiten reconocer bastante claramente nuestros comportamientos o los de otras personas. Ahora os proponemos revisar cuál es la vuestra (y de ser necesario buscar estrategias para fortalecer la autoestima!). Yo creo que ya he descubierto la mía…
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