Aunque el colesterol alto es un verdadero problema para la salud, lo cierto es que tener altos los niveles de un colesterol determinado no supone un problema, más aún es un beneficio y una garantía de salud.
Obviamente, nos estamos refiriendo al denominado como colesterol HDL (también conocido con el nombre de colesterol bueno). Y es que se trata de una grasa saludable que se contrapone a los efectos negativos del bautizado como colesterol malo (o colesterol LDL).
A diferencia de lo que muchas personas piensan, el colesterol es fundamental e imprescindible para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, dado que es vital para la formación celular o la actividad neuronal.
Sin embargo, el colesterol LDL se queda en las arterias, estrechándolas y aumentando el riesgo cardiovascular, mientras que el colesterol HDL actúa sobre el LDL evitando que éste se quede “pegado” en las arterias.
¿Qué es el colesterol bueno o HDL?
El colesterol bueno (también conocido como colesterol HDL o lipoproteína de alta densidad) es un tipo de colesterol que ayuda de manera muy positiva a la hora de eliminar el colesterol de la sangre, lo que a su vez evita la acumulación de la grasa y la formación de la placa.
Beneficios del colesterol bueno o HDL
- Ayuda a eliminar el colesterol de la sangre.
- Evita la acumulación de la grasa.
- Evita la formación de placa.
Valores normales del colesterol bueno o HDL
Los especialistas estiman que un colesterol HDL superior a 60 mg/dl ayuda a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, siendo considerados por tanto como positivos estos valores normales de HDL.
Por tanto, aquellas personas que tengan un colesterol HDL mejor de 40 mg/dl están en mayor riesgo.
Por este motivo, lo más aconsejable es mantener el colesterol HDL entre 40 y 70 mg/dl.
Cómo aumentar los valores de colesterol bueno o HDL
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Practicar ejercicio físico al menos tres veces por semana durante 20 minutos cada vez.
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Seguir una dieta equilibrada y saludable.
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No consumir alimentos ricos en grasas saturadas.
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Adelgazar si existe exceso de peso.
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No fumar.
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Evitar el estrés.
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Aumentar el consumo de alimentos que suben el colesterol bueno: como los pescados azules (salmón, arenque, sardinas, atún, trucha…), marisco, frutos secos, aceite de oliva, aguacate, brécol o ajo.
Imagen | gkdavie
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