Aunque el colesterol es un lípido fundamental e imprescindible para el buen funcionamiento de nuestro organismo, ya que como veremos es importantísimo para la realización de determinadas funciones básicas y vitales, lo cierto es que cuando aumenta se convierte en un peligro para nuestro salud.
Es decir, cuando tenemos el colesterol alto, significa que nuestros niveles de colesterol (probablemente tanto de colesterol LDL como de colesterol total) se encuentran elevados, con los evidentes riesgos que ello supone.
¿Por qué? Principalmente porque aunque normalmente el colesterol es transportado por las lipoproteínas pasando al torrente sanguíneo para ser distribuido por el cuerpo, cuando existe un exceso éste se deposita en las paredes de las arterias, causando placas de ateroma.
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Estas placas, unidas a la continua acumulación de nuevo colesterol, tienden a aumentar de tamaño, lo que termina por ocasionar una progresiva obstrucción en la pared de las arterias, así como una rigidez mayor.
Por ello, es fundamental prevenir el colesterol, teniendo especialmente en cuenta cuáles son las principales causas que suelen provocar que, de manera más o menos directa, aumente de forma peligrosa en nuestras arterias: la mala alimentación, el tabaco, el consumo de bebidas alcohólicas, seguir un estilo de vida sedentario…
Y es que no solo seguir una alimentación poco equilibrada y rica en grasas influye de manera decisiva en el aumento de las cifras de grasas en sangre. También seguir un estilo de vida poco activo y por tanto sedentario, junto con el tabaco y enfermedades como la diabetes.
En este sentido debemos tener en cuenta que se consideran niveles altos de colesterol cuando estas cifras se sitúan por encima de 220 mg/dl.
En lo que se refiere a la alimentación más beneficiosa para el colesterol, es cierto que existen alimentos cardiosaludables que, entre otros aspectos, pueden resultar sumamente beneficiosos para rebajar los niveles de colesterol alto. Y los frutos secos, por ejemplo, son unos candidatos excelentes.
Beneficios de los frutos secos para el colesterol
Los frutos secos son unos alimentos aconsejados dentro de una dieta sana y equilibrada, gracias a que son especialmente ricos en nutrientes beneficiosos y esenciales para nuestro organismo: vitaminas (como la vitamina E), minerales (como el selenio, fósforo, magnesio y calcio), ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, fibra y antioxidantes.
Por un lado, la vitamina E es un nutriente antioxidante que mejora el metabolismo celular y reduce la oxidación de las grasas, mientras que su contenido en ácidos grasos omega 3 y 6 aumentan la concentración del denominado como colesterol HDL.
Además, su contenido en fibra elimina el exceso de colesterol LDL, lo que se traduce en que los frutos secos son beneficiosos para aumentar los niveles de colesterol HDL por un lado, y rebajar los niveles de colesterol LDL por otro.
De ahí que comer cada día 25 gramos de frutos secos ayuda a rebajar los niveles de colesterol en sangre.
¿Y cuáles son los mejores frutos secos para reducir el colesterol?
Destacan especialmente las nueces, unos frutos secos que sorprenden precisamente por su elevado contenido en ácidos grasos saludables, entre los que destaca la presencia del ácido alfa-linolénico.
Este ácido tiene la particularidad de que, nuestro organismo, es capaz de transformarlo en ácidos grasos Omega-3, los cuales como te hemos comentado a lo largo de la presente nota, ayudan de forma poderosa a la hora de reducir los niveles elevados de colesterol LDL y aumentar -además- el colesterol HDL (o bueno).
A esta presencia de ácidos grasos saludables también se le une su contenido en fitoesteroles, también conocidos como esteroles vegetales, que ayudan a disminuir las concentraciones elevadas de colesterol en la sangre.
Así que ya sabes cómo disminuir cada día los niveles de colesterol en sangre: optando por un puñado de nueces. Tu corazón te lo agradecerá, sin ninguna duda.
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