No hay duda que la avena se ha convertido en un cereal que, en los últimos años, se ha puesto realmente de moda. Principalmente por el conocimiento, de parte del público en general, de las distintas cualidades y propiedades nutritivas que ofrece. Y, también, por ser considerado como un alimento nutritivo delicioso, ideal para deportistas y también para quienes siguen una dieta de adelgazamiento (su aporte en grasa es muy poco, comparado con su riqueza en fibra y su contenido en hidratos de carbono complejos).
Pero, como es obvio, para poder disfrutar de las cualidades de cualquier tipo de alimento (como en este caso ocurre con la avena), es necesario conocer de qué manera podemos prepararla en la cocina; especialmente sin que ello pueda suponer una pérdida de nutrientes -en especial vitaminas y minerales- y de otras propiedades relacionadas, sobre todo si la hervimos durante demasiado tiempo.
Principales errores que debemos evitar
Además de seguir con los pasos adecuados para poder preparar la avena, en función de nuestro gusto personal, si el resultado no es al principio el esperado, es bastante posible que hayamos cometido algún error. ¿Sabes cuáles son los más habituales? Toma nota:
- Dejar hervir demasiado tiempo la avena: Ya sea porque la cocinas al fuego con leche, cualquier bebida vegetal, o agua, es posible que la dejes durante mucho rato al fuego. Si es así pueden ocurrir varias cosas. La principal es que se termine por formar una masa difícil de comer, al ser bastante pastosa y dura.
- Optar por agua en lugar de leche: Aunque hay muchas personas que prefieren utilizar agua para su cocción en lugar de leche, lo cierto es que optando por la leche disfrutaremos de un alimento muchísimo más nutritivo y completo. Además, es cierto que con leche el resultado es mejor, ya que ayuda a que la avena quede más suave y cremosa.
- Cuidado si la avena se te pega al cazo: Es importantísimo remover la avena durante la cocción. De esta forma evitaremos que los copos se peguen al fondo del cazo, y que se formen molestos e incómodos grumos. Esto es así tanto si optamos por cocinar la avena al fuego o al microondas. De hecho, en caso de que optes por el microondas, se recomienda remover cada 45-50 segundos.
- Ten paciencia (con 5 minutos basta): También es posible que tengas prisa y retires la avena del fuego antes de tiempo. Si es así, y ya te ha ocurrido en algún momento, es probable que hayas comprobado cómo los copos de avena se notan duros, y son incómodos de comer. La clave está en dejar cocinar la avena durante al menos 5 minutos, para que los copos se hinchen un poco y se ablanden.
Cómo cocinar la avena fácilmente en casa
Ahora sí, una vez conocidos los principales errores que podemos cometer cada vez que cocinamos la avena para el desayuno o la merienda, es el momento adecuado para proceder a saber de qué manera es posible prepararla en casa para disfrutar de todas sus cualidades nutritivas.
1. Al fuego
Es la opción más sencilla, cómoda y fácil. De hecho, es la forma más habitual para preparar el tradicional -y delicioso- porridge de avena. Solo tienes que añadir a un cazo 1 taza de leche. Pon al fuego y lleva a ebullición. Cuando alcance este punto añade 5 cucharadas de copos de avena (yo la prefiero fina, ya que su resultado es mejor), y sin dejar de remover, baja un poco el fuego y deja que los cereales se cuezan durante al menos 5 minutos. La avena estará lista cuando se forme una pasta suave y cremosa. Una vez conseguido, apaga el fuego, sirve y endulza al gusto.
2. Al microondas
Es otra opción rápida que va ganando adeptos/as en los últimos tiempos. Solo tienes que poner el tazón de leche al microondas junto con las 5 cucharadas de copos de avena. Aunque el tiempo de cocción, a la máxima potencia, dura entre 1 minuto y medio y 2 minutos, es conveniente detener el microondas cada 45 segundos, y remover bien la avena (con cuidado de no quemarte, ya que el tazón por fuera estará caliente).
3. Preparar la avena sin cocción
Es otra opción para preparar la avena aún más curiosa si cabe, ya que no necesita cocción (pero sí dejar los copos de avena en remojo durante la noche anterior). Para prepararla solo tienes que verter leche en un recipiente de cristal que puedas cerrar herméticamente. Añade la avena al gusto, remueve bien para que ambos ingredientes se integren, y deja reposando en la nevera durante toda la noche anterior. Al día siguiente la avena estará lista.
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