En las Sátiras de Juvenal (concretamente en la Sátira X, 356) nos encontramos con la célebre cita latina Mens sana in corpore sano, que básicamente viene a indicar la necesidad de orar para disponer de un espíritu equilibrado en un cuerpo equilibrado; aunque a día de hoy se utiliza con otro sentido: mente sana en un cuerpo sano.
Y es que para poder disfrutar de un cuerpo sano, además de seguir un estilo de vida saludable, es imprescindible mantener una mente sana y equilibrada, ya que todo aquello que pensemos se traducirá luego en síntomas de nuestro cuerpo.
Así, por ejemplo, cuando estamos nerviosos, estresados o ansiosos es habitual que nuestra respiración se agite, nos duela nuestro estómago, mantengamos una sudoración excesiva y nuestras manos se tornen frías.
Además de la mente, para poder disfrutar de un cuerpo sano es importantísimo seguir un estilo de vida equilibrado en prácticamente todos los sentidos y ámbitos: dieta, mente, estilo de vida en general, práctica de ejercicio físico…
Sigue una dieta sana y equilibrada
Seguir una dieta equilibrada basada en el consumo de alimentos sanos y saludables es fundamental para disfrutar de un cuerpo sano y saludable, ya que aportamos a nuestro organismo la gran diversidad de nutrientes esenciales (como proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas, minerales, aminoácidos, oligoelementos, fibra, antioxidantes…) que necesitamos cada día.
¿Los mejores alimentos? Destacan especialmente:
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Verduras y hortalizas: se aconseja el consumo de 3 a 5 raciones de verduras y hortalizas cada día. Son bajas en grasas y calorías, y sin embargo muy ricas en agua, vitaminas y minerales.
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Frutas: al igual que los vegetales, se recomienda el consumo de 3 a 5 raciones diarias de frutas frescas. Son ricas en agua, fibras, antioxidantes, vitaminas y minerales, y bajas en grasas y calorías.
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Cereales: son imprescindibles en una dieta sana. De hecho, deben constituirse como la base fundamental de nuestra alimentación, destacando las harinas integrales (más ricas en fibra, minerales y vitaminas). Se aconseja consumir de 4 a 5 raciones de cereales o derivados cada día.
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Legumbres: las legumbres –o leguminosas- son ricas en almidón, fibra y proteínas de alto valor biológico. Se aconseja comer de 2 a 3 raciones a la semana.
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Leche y derivados: aportan nutrientes de alto valor biológico, como por ejemplo lactosa, proteínas y vitaminas (A, B12, D y ácido fólico), además de minerales como el calcio. Se aconseja tomar de 2 a 4 raciones al día.
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Pescados: se convierten en una fuente excelente de proteínas, yodo y ácidos grasos saludables. Entre estos ácidos grasos nos encontramos con el omega-3, que encontramos sobretodo en el pescado azul y que ayuda positivamente a reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Se aconseja consumir de 3 a 4 raciones a la semana.
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Carnes: destacan por su contenido en agua y proteínas de calidad, además de vitaminas (sobretodo vitaminas del grupo B) y minerales (como hierro y zinc). Debemos diferenciar entre carnes rojas y blancas (mucho más sanas). Se aconseja comer 1 ración a la semana de carne roja y 2 a 3 raciones de carnes blancas.
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Frutos secos: presentan un alto contenido en grasas insaturadas, muchísimo más saludables que las saturadas. Además, aportan vitaminas y minerales, y ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Se aconseja consumir 25 gramos de frutos secos al día.
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Practica ejercicio físico regularmente
El ejercicio físico es fundamental para disfrutar de una buena salud. Muchos especialistas coinciden en señalar que es mejor practicar deporte al menos 3 veces por semana, durante un mínimo de 30 minutos cada vez (lo ideal es de 30 a 60 minutos).
Entre los beneficios del ejercicio más importantes, debemos destacar:
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Mejora la calidad del sueño y ayuda a descansar mejor.
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Es un buen desestresante.
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Ayuda a cuidar nuestra salud cardiovascular.
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Aumenta el gasto energético, ayudando a mantener un peso ideal.
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Vive una vida relajada y tranquila
En la actualidad es muy normal que muchas personas estén estresadas o ansiosas. ¿Lo realmente peligroso? Que veamos ambos trastornos como algo normal, común y habitual.
Por tanto, es fundamental tratar de vivir de la forma más relajada y tranquila posible, alejando las preocupaciones y los pensamientos negativos.
Una opción realmente positiva es practicar algún tipo de terapia natural que nos ayude a relajarnos, como por ejemplo la meditación, relajación, yoga o pilates. También puedes optar por infusiones relajantes y naturales.
Incluso la práctica de ejercicio físico te ayudará a desestresarte y a mejorar tu estado de ánimo, gracias a que produce endorfinas.
Evita automedicarte
Es habitual que muchas personas, desde el momento en que se resfrían o agripan, tiendan a automedicarse incluso aunque su propio médico no se lo haya recomendado.
Esto se traduce en que estos medicamentos pierden su eficacia a largo plazo, lo que significa que en caso de enfermedad más grave no serán efectivos en la disminución de los síntomas, como tratamiento médico.
Por tanto, debes tener en cuenta que sólo es el médico quien deba prescribirte el medicamento que necesitas en función del trastorno o enfermedad que puedas tener.
Imágenes | romainguy / Identity Photogr@phy / mikebaird / lululemon athletica / taiyofj
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