A diferencia de lo que muchas personas piensan, lo cierto es que la enfermedad renal es habitualmente una enfermedad que cursa siempre de forma silenciosa, no manifestándose hasta etapas muy avanzadas.
De hecho, es común que ésta no sea diagnosticada hasta que en unos análisis sanguíneos rutinarios aparece el nivel de creatinina alta (marcador que se utiliza para conocer el funcionamiento normal o no de los riñones), o si en una ecografía aparecen determinados problemas en los riñones.
Además de depurar los riñones cada año (una opción natural adecuada para mejorar su funcionamiento), debemos tener en cuenta que la dieta diaria es fundamental a la hora de prevenir la enfermedad renal.
Dieta equilibrada y baja en sal
Seguir una dieta equilibrada, basada en el consumo de frutas y verduras frescas y –sobretodo- baja en sal es siempre la mejor opción a la hora ya no solo de cuidar nuestros riñones, sino de cuidar nuestra salud en general.
Debemos tener en cuenta que el exceso de sal en la dieta es uno de los mayores enemigos para nuestros riñones, aunque no debemos olvidarnos tampoco que el consumo de sal en cantidades pequeñas es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Habitualmente el error está en incluir sal en la cocción y en los platos en el momento de prepararlos o comerlos, cuando originalmente muchos alimentos ya cuentan con una cantidad bastante amplia en sodio.
Prevención de enfermedades crónicas
Determinadas enfermedades crónicas, como por ejemplo la diabetes o la hipertensión arterial son los principales causantes de la aparición de daño renal, especialmente cuando no son controladas médicamente.
No debemos olvidarnos que la diabetes tipo 2 puede prevenirse en la mayoría de los casos, al igual que la hipertensión arterial.
Evita o elimina hábitos nocivos
Tanto el tabaco como el alcohol son dos enemigos claros no solo para nuestra salud, sino también para la salud óptima de nuestros riñones.
¿Lo mejor? Eliminar por completo tanto el tabaco como el consumo de alcohol en nuestra dieta.
Practica ejercicio físico
Llevar un estilo de vida sedentario también puede afectar al funcionamiento normal de los riñones. Por tanto, lo mejor es practicar ejercicio físico de manera regular, al menos 3 veces por semana durante 30 minutos cada vez.
Imagen | MilitaryHealth
Comentar