La envidia es uno de los peores males que tiene el ser humano. Se basa en tener toda clase de sentimientos de rabia hacia otra persona por desear lo que tiene. Las personas envidiosas suelen tener un estado de ánimo pésimo, ofrecen negatividad e intentan destruir aquello que envidian.
Es de destacar que la palabra envidia procede del latín, invidere, que significa poner sobre y mirar, es decir, poner la mirada sobre algo. Las personas envidiosas poseen una doble característica que los identifica. Por un lado, el querer con todas las fuerzas poseer lo que no se tiene y es para otras personas, y por otro, desear que quien tiene lo que queremos, lo pierda. De esta manera, este tipo de personas suelen tener un alto grado de negatividad, que puede acabar por destruirles a ellos mismos y a los demás.
Según la Asociación Española de Coaching, si optamos por el deseo de mejora sin querer recorrer el esforzado trayecto necesario para ello, entonces estaremos alimentando sentimientos negativos de envidia hacia los demás, pues se comprueba que no podemos ser fácilmente como ellos. Es un mecanismo de defensa que viene a culpar al otro de lo que es o tiene y nosotros carecemos, “pero no estamos dispuestos a intentar conseguir con esfuerzo”.
Elementos que te ayudan a saber si una persona es envidiosa
Los síntomas de la envidia
Aparecen siempre relacionados con la posesión y pueden variar de una persona a otra. Aunque hay determinados síntomas en común que pueden ser útiles para saber si alguien que conoces puede tener envidia de nosotros.
Criticar sin parar a los demás
La crítica puede ser constructiva, a veces. Y también hay quien suele criticar por costumbre, ahora bien uno de los síntomas de la envidia está relacionado con este acto. Los envidiosos suelen ser personas que critican a las demás de forma continuada y además con maldad. Normalmente, critican a todo el mundo, desde amigos a familiares y hasta a sus parejas. Si tienes un amigo así, vigila porque puede ser que también te esté criticando a ti. Y todo esto por envidia.
No apoyan ante el éxito de otra persona
Esta clase de personas suelen alejarse de las otras cuando las segundas tienen éxito en la vida. Si han conseguido entrar en una plaza de oposición, si han conseguido un buen trabajo, si todo les va bien en lo personal y profesional… estas personas no suelen alegrarse de los éxitos de los demás. No suelen felicitar, ni interesarse por este logro, y se alejan de la persona que tiene éxito porque es algo que no pueden superar.
Complejo de inferioridad
Las personas envidiosas suelen esconder un profundo sentimiento de inferioridad. Y procede de la infancia porque, por temas de educación, sienten una gran posesión por sus cosas y las de los demás. El temor a perderlas por algún hecho del pasado es algo que se va gestando y, de mayores, lo proyectan con la envidia. Se sienten entonces inferiores a los demás por no poseer lo que tienen los otros.
No confían en ellos mismos
También desde la infancia aparecen otros síntomas, como la pérdida de confianza en uno mismo. Ello es provocado porque pocas personas les trasmiten la confianza que realmente necesitan para crecer como ser humano. En este sentido, sigue el complejo de inferioridad que se traslada a querer poseer lo que no es suyo como símbolo de que cuanto más mejor.
Personas que huyen y no ayudan
Un amigo envidioso puede mostrarse activo a la hora de ayudarte, pero posteriormente desaparecer. Es decir, que el envidioso cuando se pide estar a su lado y ayudar, no lo ofrece. Tendrá excusas para no hacerlo, a causa de la envidia que puede sentir.
La envidia como efecto positivo
No siempre la envidia es vista como algo negativo. Es decir, este sentimiento se puede volver positivo, pues según algunos antropólogos, la envidia puede dirigir hacia una lucha y competencia sana, pero en ningún caso como algo enfermizo que nos hace provocar la distancia entre personas en la sociedad.
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