Mucho se habla últimamente de las personas tóxicas, aunque éste es un término algo controvertido en el ámbito de la psicología. Pero más allá de debates académicos, es probable que nuestra propia experiencia personal nos muestre el paso de cierta gente tóxica por nuestra vida, aunque quizás nunca lo hubiéramos pensado desde esa manera.
Una buena forma de poder lidiar con las personas tóxicas es en primer lugar poder reconocerlos, a través de algunos rasgos que presentan. Como se dice habitualmente, el primer paso para resolver un problema es reconocerlo, por eso os contaremos cómo reconocer a una persona tóxica que ha entrado en vuestra vida.

¿Qué es una persona tóxica?
Es difícil brindar una definición exacta del término, pero podríamos explicar que una persona tóxica es aquella que sistemáticamente perturba a las personas que lo rodean, buscando impedir su bienestar.
Como es de suponer y de imaginar, dentro de este espectro entran un importante número de conductas, aunque seguramente no exista una persona que reúna todas esas características (o eso creemos).
¿Cómo identificar a una persona tóxica? Sus rasgos
Veamos algunas cuestiones que puedan sernos de utilidad para reconocer las actitudes que son más típicamente habituales en las personas tóxicas:
- Las personas tóxicas provocan en uno sentimientos negativos. Quizás notes que llegas de buen de humor al encuentro con alguien pero al irte te sientes enojado, frustrado o malhumorado. Si esto se da regularmente es posible que se trate de una persona tóxica.
- Suelen instalarse en la queja y no hacen mucho por resolver lo que les ocurre; y buscan atraer a gente que se una a sus quejas. Tienen una visión marcadamente negativa sobre las cosas, lo que puede llevarte a instalarte en ese lugar en vez de buscar las soluciones a tus problemas. Esta mirada negativa los hace ser poco agradecidos con las cosas positivas que pudieran tener en su vida.
- Son muy centrados en sí mismos y en sus problemas, dejando de lado o restando importancia a lo que ocurre a los demás.
- Generalmente no intentan emprender nuevas cosas, para lo que suelen poner todo tipo de excusas.
- No suelen hacerse cargo de sus fallos, siendo estas responsabilidad o culpa del otro, o simplemente mala suerte. Esto se relaciona con la creencia de ser superiores a los demás, lo que lleva generalmente a conductas o dichos descalificadores hacia los otros. Esto lleva a prejuzgar a las personas, generalmente de forma negativa
- Sienten mucha envidia de los logros ajenos y no los valoran.
- Pueden ser propensos a mentir, de forma que estas mentiras generan mucho dolor a las personas.

¿Qué nos provocan las personas tóxicas?
Otra forma de detectar a una persona tóxica en nuestra vida es en función de los sentimientos o estados que nos genera el contacto con ellas. Hay que tener presente que a veces nosotros mismos no logramos ver esto con claridad y que puede ser una persona cercana a nosotros quien la perciba, por ello debemos estar abiertos a sus consejos.
Una persona tóxica puede generar algunas de estas conductas en ti:
- Se vuelve el centro de tus pensamientos y de muchas conversaciones, esto hace que en tu mente cada vez cobre más poder, empeorando tu autoestima y tu humor.
- No puedes relajarte o disfrutar de otras actividades, si –por ejemplo- no dejas de pensar en una compañero o jefe que te vuelve loco el trabajo, aún cuando estás en tu tiempo libre.
- Consigue disminuir tu autoestima si “compras” su visión negativa de ti mismo.
- Te hace reaccionar descontroladamente, te hace poner violento o irascible.
- Evitas ir a sitios o –si no tienes más remedio- te sientes muy mal –incluso físicamente- cuando debes estar con esa persona.
- Le colocas como centro de todos tus problemas, depositando en esa persona todas las responsabilidades.
- Terminas contagiándote de su actitud o rebajándote a su nivel, haciendo cosas negativas que no son propias de ti.
Otras señales y rasgos evidentes de que estamos ante una persona tóxica
1. Solo se preocupan de sí mismos
Una de las características que mejor definan a las personas tóxicas es su EGO. Da igual lo que haya hecho o si os han hecho mucho daño. Tan solo se preocuparán de que su orgullo personal y vanidad sigan intactos. Y si para ello tienen que menospreciarte o insultarte, pues lo harán sin ningún tipo de tapujo.
Lo peor de todo es que después justifican esta actitud negativa alegando que tú has sido el causante de que haya reaccionado así. Por ello, las personas tóxicas nunca van a admitir que han tenido culpa en cualquiera de sus acciones y tampoco se percatan que estas pueden tener consecuencias en la vida de las personas.
De todas formas, si al final reconocen su error, lo admitirán para callarnos y no les molestemos de nuevo. Pero una vez tengan oportunidad de hacerlo, nunca durarán en actuar como ellos quieran y siempre pensando en su propio beneficio.
2. Son bastante envidiosos
Las personas tóxicas nunca se suelen alegrar por el bien ajeno, incluso si este proviene de su pareja o amigos más cercanos. Tienen un vacío tan grande, que tienen que llenarlo a través de desgracias o problemas de otras personas. De esta forma, se pueden sentir mejor a corto plazo.
Sin embargo, cuando ven que a otras personas les va bien en cualquier ámbito de su vida o que están saboreando las mieles del éxito en el ámbito profesional, las personas tóxicas suelen criticarlas y sentir una fuerte envidia. Ante esto, muchas de ellas piensan: “¿Cómo es posible que les vaya mejor a mí?”
Es más, este tipo de gente son capaces de hacer todo lo que esté en su mano para que cualquier persona de su alrededor fracase. De esta forma consiguen una sensación de placer y bienestar que les puede durar un par de días.
3. Son pesimistas y negativos por naturaleza
Una persona tóxica siempre echará la culpa de todo lo que le pasa a cualquier persona de su entorno. Si se les presenta un problema del que no saben cómo salir, se victimizan de su propia situación. También es muy común que ante esto se quejen de su mala suerte y cuánto les ha acompañado a su larga vida.
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Todo esto sin mencionar que cuando cometen un error, es muy difícil que lo reconozcan. Como bien os hemos explicado en el primer punto, anteponen su ego y vanidad a cualquier persona o situación. De ahí que sea sumamente difícil hacerles entrar en razón. Da igual lo que hagamos. Ellos seguirán en ‘sus trece’ y no darán a su brazo a torcer por el mero hecho de quedar por encima de nosotros.
Otro aspecto a tener en cuenta de este tipo de personalidad es que da igual que nos alejemos de ellos. En verdad no tienen ningún interés en nosotros. Y es cuestión de tiempo que encuentren otra ‘victima’ que esté dispuesta a aguantar su carácter.
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