El dolor de cuello es, sin lugar a dudas, uno de los males más frecuentes actualmente, sobre todo entre la población adulta. El cuello está formado por una estructura compleja de vértebras cervicales, músculos y nervios.
Además, hay que tener en cuenta que esta zona del cuerpo no es recta, sino ligeramente curva, a lo que hay que sumar que tiene que sostener la cabeza. Por lo tanto, el cuello es muy sensible a las tensiones y a la rigidez.
¿Por qué se inflaman los músculos del cuello?
Las causas de los dolores de cuello son muy variadas; algunas de las más frecuentes son:
- Mala postura: Generalmente la mala postura suele darse por dos factores. El primero, haber dormido toda la noche en una mala postura como, por ejemplo, tumbado boca abajo. El segundo, pasar demasiadas horas en una misma postura frente a la pantalla del ordenador.
- Estrés: El cuello es una de las zonas más sensibles del cuerpo a los estados de estrés y ansiedad.
- Otra de las causas que necesitan de una revisión inmediata.
Remedios caseros para aliviar la inflamación de los músculos del cuello
Si no quieres recurrir a la química, existen una gran selección de remedios 100% caseros y naturales para relajar los músculos del cuello y eliminar, en gran medida, la rigidez y el dolor.
Manzanilla
La manzanilla es un ingrediente natural que tiene un montón de propiedades curativas; funciona muy bien para tratar el dolor muscular, relajando los músculos del cuello que se encuentran tensos, ya que actúa como anti inflamatorio.
Para preparar el remedio, pon agua a hervir y, cuando llegue a su punto de ebullición, añade tres cucharadas de manzanilla. Deja cocinar a fuego lento dos o tres minutos, retira y cuela. Cuando esté a temperatura ambiente empapa una compresa de algodón en la infusión y ponla directamente sobre el cuello; deja que actúe unos minutos y retira.
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Lavanda
La lavanda es una flor que tiene muchas propiedades para diversas enfermedades o dolencias. En cualquier herboristería uno puede comprar aceite de lavanda, que es muy efectivo para relajar los músculos del cuello.
Para aplicar el aceite simplemente hay que empapar bien las dos manos en él y masajear el área dolorida con movimientos circulares para aumentar la circulación sanguínea.
Ambos remedios son igual de efectivos para acabar con la tensión muscular en el cuello. El que se escoja depende, básicamente de la forma de aplicación que uno prefiera. Cuando uno está solo a la hora de la aplicación, con las compresas de manzanilla siempre es mejor, mientras que si nos acompaña alguien que pueda servir de ayuda, el masaje con aceite de lavanda seguro que va de perlas.
Consejos para evitar la tortícolis
Si quieres evitar que los músculos de tu cuello se tensen y se inflamen, y por tanto de evitar la tortícolis, hay varios consejos que conviene tener en cuenta:
- Siéntate correctamente: A la hora de sentarte, la espalda tiene que estar recta, apoyada completamente en el respaldo de la silla, y los pies apoyados completamente en el suelo. Si pasas muchas horas en la misma posición, es conveniente que escojas una silla con respaldo alto que te sirva para apoyar también el cuello.
- Cama y almohada: A la hora de dormir, el colchón tiene que ser firme, que no se hunda; la almohada tiene que tener una altura media. La mejor posición para cuidar el cuello es de lateral, con las piernas dobladas y las rodillas a la altura de pecho.
- Posición: Especialmente para todas aquellas personas que trabajan delante de un ordenador, es conveniente realizar pequeños descansos cada hora y estirar los músculos.
Si aún teniendo en cuenta estos consejos, la tensión y la rigidez muscular en el cuello son inevitables, recomendamos los remedios caseros y naturales. Resultan muchísimo más baratos que las cremas y pomadas elaboradas a base de químicos y son más saludables, tanto a corto como a largo plazo.
¿Cómo relajar el cuello?
Escoge en primer lugar una habitación en la que sabes que estarás cómodo/a. Incluso puedes poner un poco de música relajante y encender un poco de incienso.
- Ahora, sitúate en una posición cómoda y sigue el siguiente ejercicio:
- Lleva tus manos a la nuca.
- Presiona con los dedos bajo el cráneo, justo desde la línea media hacia fuera. Inspira.
- Ahora, con cada presión, debes aspirar el aire.
- Mientras aspiras dicho aire, inclina la cabeza hacia atrás poco a poco.
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