Si vives en las Islas Canarias es evidente que ya sepas lo que es el gofio y que incluso ya lo hayas probado en alguna que otra ocasión. Si es así, también es bastante probable que cada mañana desayunes unas cucharadas de gofio con tu café con leche habitual. Pero de no ser así quizá al descubrir los resultados obtenidos en un estudio científico llevado a cabo por el Hospital Universitario de Canarias (HUC) te plantees esta posibilidad. Pero vayamos por partes.
El gofio es el nombre popular que recibe en las Islas Canarias la harina tostada. Es decir, nos encontramos ante un maravilloso alimento formado por una harina de distintos cereales tostados no cernida, por lo general millo o trigo, convirtiéndose así en una deliciosa mezcla de granos tostados y molidos a la piedra.
En el Archipiélago Canario, por ejemplo, es habitual consumirlo con leche, en determinados platos (por ejemplo en potajes, purés y caldos) o también es muy usado en la elaboración de postres.
Destaca sin duda alguna por ser un alimento totalmente natural, en cuya elaboración únicamente se usan técnicas naturales como por ejemplo es el caso de la elaboración a la piedra, no conteniendo conservantes ni colorantes.
Es más, desde un punto de vista nutricional, sorprende por su alto contenido en vitaminas, entre las que podemos mencionar vitaminas del complejo B (como la B1, B2 y B3), vitamina A, C y D. También aporta minerales, como es el caso del hierro, magnesio, calcio, potasio, sodio y zinc, además de aminoácidos y ácidos grasos omega 6 poli insaturados.
La investigación sobre la que te hablábamos al comienzo de esta nota se llevó a cabo entre 2007 y y sus resultados se han conocido recientemente. El estudio fue realizado con datos recabados en mil pacientes de entre 70 y 80 años que presentaban síntomas de dolor de pecho a los cuales se les solicitó una prueba de esfuerzo.
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En aquellos momentos el trabajo de investigación empezó con el fin de estudiar si el consumo de gofio ejercía influencia en la capacidad de ejercicio, así como en el riesgo de presentar enfermedad arterial coronaria.
Con todo ello el estudio reveló que las personas mayores que consumieron gofio de manera habitual durante al menos 40 años presentaban una mejor capacidad funcional, un menor riesgo de sufrir una enfermedad arterial coronaria y mayor proporción en la superación de pruebas de esfuerzo.
De acuerdo a los resultados obtenidos con el estudio, publicado en la revista , el consumo mantenido de gofio es muy beneficioso para nuestra salud, dado que su ingesta prolongada ayuda a reducir el riesgo cardiovascular.
Como recuerdan los especialistas, en el siglo XXI la enfermedad cardiovascular continúa siendo la causa más frecuente de mortalidad, añadiendo a su vez que mantener un adecuado bienestar físico y seguir una dieta saludable a base de cereales es fundamental para su prevención.
Imágenes | Julen Iturbe-Ormaetxe / Jorge Correa (Flickr)
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