Mantener un cuidado y una limpieza de nuestros oídos es fundamental, dado que de esta forma conseguiremos evitar de manera más o menos efectiva problemas auditivos, y sobre todo la molesta, incómoda y dolorosa infección de oídos.
Pero no solo es necesario mantener una adecuada higiene, también es fundamental cuidarlos externamente para evitar la pérdida de audición, que cada vez ocurre a edades más tempranas.
¿Cómo podríamos cuidar nuestros oídos externamente? En realidad es sumamente sencillo. En primer lugar no deberíamos abusar de los auriculares, y en caso de utilizarlos descansar media hora por cada 2 horas que los usamos, bajar el volumen de aquello que estemos escuchando y retirarlos inmediatamente si sentimos una especie de silbido en los oídos (es el síntoma que nos indicará que los hemos estado usando durante muchísimo tiempo).
Pero ¿sabías que tendemos a cometer muchos errores cuando limpiamos nuestros oídos internamente? Aunque no lo creas, los bastoncillos de oídos pueden no ser adecuados, especialmente si los utilizamos de forma inadecuada (que es probablemente lo que siempre estemos haciendo).
De hecho, solo deberíamos utilizarlos para limpiar la parte externa del oído, y nunca introducirlos en el canal auditivo, ya que corremos el riesgo de ocasionar laceraciones y peligrosos traumatismos que podrían terminar por desencadenar una otitis o infección en el conducto auditivo.
¿Qué es el cerumen que aparece en los oídos?
Aunque en un primer momento pensemos en la cera de oídos como un incómodo “visitante” de nuestros oídos, poco higiénica y molesta, lo cierto es que cumple dos importantísimas funciones. Por un lado ayuda a combatir las infecciones que podrían dañar la piel del interior del canal auditivo ya que contiene sustancias químicas especiales que cumplen este fin.
Por otro lado, actúa como un auténtico escudo entre el tímpano y el mundo exterior, de manera que la cera es capaz de atrapar la suciedad, el polvo y otras cosas extrañas que se introducen en nuestro oído. Digamos que la cera ayuda a que no puedan avanzar más internamente.
Es fabricada en el conducto auditivo externo de forma totalmente natural gracias a la presencia de unas glándulas especiales que la producen. Consiste en una sustancia de color amarillento y apariencia cerosa que es secretada por nuestro oído con el fin de limpiar, lubricar y proteger el oído.
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¿Cómo eliminar el cerumen de nuestros oídos adecuadamente?
Mantén una higiene diaria adecuada
La realidad es que es común y normal que la cera desaparezca sola de nuestros oídos, ya que es habitual que de forma totalmente natural los oídos la expulsen cuando nos bañamos y nos lavamos el pelo.
Por ello, cada vez que estemos en la ducha, es adecuado mojarnos con cuidado el oído en la ducha siempre con agua tibia. Luego limpiarnos la zona más externa del oído con ayuda de una toalla fina.
Aplícate una solución de agua y sal
Se trata de un método natural realmente efectivo, que además destaca por ser fácil de elaborar y de aplicar. Solo necesitas una cucharada de sal y media taza de agua. Para prepararlo solo tienes que calentar el agua y mezclar la sal en ella.
Cuando esté tibio remoja una pequeña bolita de algodón, inclina el oído hacia arriba y exprime algunas gotitas de esta solución en él.
Opta por el agua oxigenada
El agua oxigenada es también otra de las opciones naturales para eliminar el cerumen de los oídos, probablemente el más popular y conocido. Y su preparación y aplicación es igualmente sencilla.
Solo necesitas mezclar en una taza a partes iguales el agua oxigenada de porcentaje bajo (entre 3% o 4%) con la misma cantidad de agua. Por ejemplo, mezclar la mitad de una taza de agua por la mitad de una taza de agua oxigenada o peróxido de hidrógeno.
Utiliza una bolita pequeña de algodón, remójala en la mezcla y exprime unas gotas de ésta en los oídos.
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