A la hora de comer los hábitos o rutinas se hacen cada vez más frecuentes y es que comer se ha convertido en un acto totalmente automático al que no se le presta mucha atención.
Sin embargo esa actitud a la hora de sentarse a comer es totalmente errónea, pues al igual que dormir, trabajar, aprender o caminar tiene su estructura y su composición de como hacerlo, la comida y sobre todo el acto de comer debe estar regido y compuesto de una manera cuidadosa y prestándole mucha atención.
Puede que la vida desenfrenada de algunas personas por trabajo, cuidado de hijos o simplemente por costumbre sea una de las causas por las que el acto de comer no nos parece tan importante como los demás.
¿Cómo comemos? Pues sin duda alguna, para algunos la hora de la comida se ha convertido en un acto totalmente rutinario y que en algunas ocasiones puede quitarnos tiempo para hacer otras cosas que se consideran más importantes.
Tenemos que empezar a ser consciente de que la comida y el tiempo estimado para comer tienen que ser respetados por encima de todo, pues de la comida sacamos las energías necesarias para llevar a cabo el día.
Malos hábitos alimenticios
Mencionaremos algunos malos hábitos a la hora de comer que son los más frecuentes dentro de la sociedad sobre los cuales tenemos que empezar ser habituales y optar por hábitos que sí tengan consecuencias en el organismo pero de forma positiva.
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Uno de los errores más habituales es comer deprisa, desde siempre nos han inculcado comer despacio y masticar bien los alimentos, por lo que esto no debe dejarse de lado y optar por comer más deprisa para terminar antes.
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Comer de pie, suele ser una opción a la hora de hacer la digestión para algunos que piensan que los alimentos se digieren antes si nos mantemos de pie. Esto es un error, hay que comer sentados y en buena posición.
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Comer al mismo tiempo que trabajamos o realizamos cualquier otra actividad. Este es uno de los fallos más frecuentes, ya que el tiempo suele ser bastante limitado y preferimos comer y trabajar o hacer otras cosas a la par. Hay que implicarse a la hora de comer, mostrando interés y no despistándonos con otra serie de cosas.
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Comer en horarios diferentes, esto perjudica mucho el proceso de digestión y altera el organismo ya que notará que la comida entrará en el estomago de manera aleatoria y no cada ciertas horas. Es indispensable comer siempre dentro de las mismas horas.
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Picar entre horas, esta costumbre es habitual entre las personas que no tienen un horario fijo o incluso suelen comer en sitios diferentes. Es mejor cada 3 o 4 horas y realizar de 4 a 5 comidas para no llenar el estómago al mismo tiempo que no nos quedamos con sensación de vacío.
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Comer siempre lo mismo, comer siempre los mismos alimentos provoca la reducción de vitaminas, minerales y otros elementos indispensables para el organismo que contienen otros alimentos que dejamos de lado para alimentarnos siempre de aquello que consideramos más fáciles de preparar o más rápidos de llevar.
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