Se trata probablemente de uno de los hábitos o rutinas más comunes en muchas casas de nuestro país: nos despertamos, nos lavamos la cara con el fin de espabilarnos mejor, y rápidamente nos dirigimos a la cocina con el objetivo de prepararnos un café bien cargado. Así todas las mañanas, todos los días, incluyendo los fines de semana y festivos (incluso evidentemente aunque no tengamos que ir a trabajar o a estudiar). Es decir, tendemos a beber café en ayunas, antes de haber comido algo más. Podemos mencionar en este punto los beneficios de beber café sólo y sin azúcar: es una bebida antioxidante, nos ayuda a disminuir la somnolencia, nos estimula y además es un excelente digestivo.
Sin embargo, como ya conocíamos en una nota anterior en la que precisamente respondíamos a la pregunta por qué no es bueno tomar café tras despertarnos, en realidad no es muy adecuado beber café cuando nos levantamos, debido a que entre las 8 y las 9 de la mañana encontramos más altos los niveles de cortisol en nuestro organismo, una hormona que se encuentra directamente relacionada con el estado de alerta. De hecho, lo más adecuado para disminuir la somnolencia y activarnos es en realidad beber café entre las 9:30 y las 11:30 horas de la mañana y después de comer a partir 13 horas del mediodía.
Ahondando un poco más en nuestros hábitos más comunes, lo cierto es que tomar café en ayunas es un completo error, no siendo una rutina muy saludable.
Debemos tener en cuenta que, durante la noche mientras descansamos y dormimos, mantenemos un ayuno prolongado que tiende a durar entre 6 a 8 horas de media. En este sentido, se recomienda siempre que los alimentos o bebidas que consumimos como primer alimento del día no sean irritantes de la mucosa del estómago.
Teniendo en cuenta que el café es una bebida irritante, en realidad nos encontramos ante una bebida no recomendada para el desayuno si antes no hemos comido nada, puesto que sólo conseguiríamos irritar la mucosa del estómago e incrementar la acidez estomacal. De hecho, se sabe que quienes beben café en ayunas y sólo optan por esta bebida y no desayunan nada más, suelen sufrir de gastritis a largo plazo.
Por tanto, la recomendación es más que evidente: si buscas los efectos estimulantes del café, lo mejor es trasladar su consumo hasta pasadas las 9:30 horas de la mañana. O bien, si no deseas cambiar tu rutina y quieres seguir disfrutando de tu taza de café en el desayuno, trata al menos de comer algo antes (por ejemplo una tostada con tomate y aceite de oliva, algunas galletas, un trocito de pan con mermelada de frutas…).
Imágenes | studio tdes / Lablascovegmenu
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