Si existe un mineral que encontramos en una mayor cantidad en nuestro organismo, no hay duda que el potasio se convierte en uno de los más importantes. Consiste en un macromineral, que ayuda a mantener la presión normal en el interior y exterior de las células, es fundamental en el funcionamiento del sistema nervioso, regula el balance del agua… Aunque no es tan habitual, en determinadas circunstancias podemos sufrir de hipocaliemia, que consiste en tener un nivel bajo de potasio en sangre.
Esto significa que los niveles de potasio en sangre se sitúan por debajo de 3.7 a 5.2 mEg/L (3.7 a 5.2 mmol/L), que son los considerados como normales. Aunque debemos advertir que estas cifras pueden variar ligeramente de un laboratorio a otro.
¿Qué es la hipocaliemia y por qué se produce?
Aunque médicamente se conoce con el nombre de hipocaliemia, básicamente consiste en la disminución, por debajo de valores considerados como normales, del nivel circulante en la sangre de potasio, un mineral (electrólito) imprescindible para el buen funcionamiento de las células, el cual se obtiene fundamentalmente a través de los alimentos que consumimos.
Con el fin de mantener un equilibrio apropiado de potasio en el organismo, los riñones son capaces de eliminar el exceso de potasio que puede existir en la sangre, a través de la orina.
Son varias las causas que pueden influir en la disminución de los niveles de potasio en la sangre. Fundamentalmente son las siguientes:
- Consumo de determinados medicamentos y fármacos. Es común en el caso de diuréticos (por ejemplo, mediante pérdidas excesivas de potasio a través de la orina) y determinados antibióticos.
- Vómitos o diarrea.
- Determinados trastornos genéticos, como síndrome de Bartter o parálisis periódica hipocaliémica.
- Consumo de laxantes en exceso (pueden ocasionar la presencia de diarreas).
- Bulimia y otros trastornos alimentarios.
- Enfermedad renal crónica. Consiste en la falla crónica de los riñones, lo que se traduce en que estos órganos están dañados y no pueden filtrar adecuadamente la sangre, acumulándose en el cuerpo distintos desechos que pueden ocasionar daño.
- Exceso de sudoración.
- Niveles disminuidos de magnesio.
Síntomas del nivel bajo de potasio
En la mayoría de las ocasiones, especialmente cuando la disminución de los niveles de potasio en sangre no es muy elevada, no tiende a producir síntomas. De hecho, en muchos casos estos síntomas suelen ser leves. Y en caso de producirse, los más comunes son los siguientes:
- Palpitaciones irregulares.
- Estreñimiento.
- Debilidad muscular o espasmos.
- Entumecimiento y hormigueo en las articulaciones.
- Fatiga.
Sin embargo, cuando los niveles de potasio en sangre bajan mucho puede ocasionar la aparición de latidos cardíacos o ritmos cardíacos anormales, especialmente en aquellas personas que ya tengan enfermedades cardíacas. En estos casos, pueden surgir síntomas como mareos, náuseas y desmayo.
Tratamiento del potasio bajo
Dependiendo del nivel del valor de potasio en sangre, el tratamiento médico que se prescribe varía. Así, si la afección es más bien leve, el tratamiento médico consiste habitualmente en la administración oral de pastillas o fármacos de potasio. Sin embargo, si la afección es grave, es posible la administración a través de una vena (IV) de potasio.
También es una buenísima idea optar por seguir una dieta rica en potasio. O lo que es lo mismo, una alimentación basada en el consumo de alimentos ricos en potasio. Destacan especialmente alimentos como los plátanos (bananos), aguacates, patatas, salvado, zanahorias, lácteos, naranjas, judías, guisantes, salmón, espinacas, algas marinas y tomates.
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