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Rosácea: causas, síntomas y cómo evitar el empeoramiento

El acné rosácea (o simplemente rosácea) es un problema crónico de la piel que ocasiona una serie de síntomas evidentes y claros. Pero ¿cuáles son sus causas y cómo evitar que empeore?.

El acné rosácea (también conocido simplemente con el nombre de rosácea) es una afección cutánea común que puede afectar la vida diaria y la autoestima de quienes la padecen. A menudo se caracteriza por enrojecimiento facial, vasos sanguíneos visibles y, en algunos casos, pápulas y pústulas que pueden confundirse con el acné.

Aunque no tiene cura, existen tratamientos y estrategias de cuidado de la piel que pueden ayudar a controlar sus síntomas y mejorar la calidad de vida.

En este artículo, exploraremos qué es la rosácea, sus síntomas, causas y factores desencadenantes comunes. Además, discutiremos los tratamientos disponibles y ofreceremos consejos para el cuidado de la piel que te ayudarán a manejar esta afección y mantener una tez saludable y hermosa.

Si tú o alguien que conoces está lidiando con este problema, te invitamos a seguir leyendo para obtener información valiosa y consejos prácticos que te ayudarán a enfrentar esta afección de la piel de manera efectiva.

Recuerda que, aunque la rosácea puede ser un desafío, con el enfoque y tratamiento adecuados, es posible controlarla y tener la tez que siempre has soñado.

rosacea

¿Qué es la rosácea y cuáles son sus síntomas?

Es una afección crónica e inflamatoria de la piel que afecta principalmente a adultos, en especial a mujeres de mediana edad con piel clara. Aunque su causa exacta aún no se comprende completamente, se cree que factores genéticos, inmunológicos, vasculares y ambientales pueden contribuir a su desarrollo.

La rosácea suele presentarse en episodios o brotes, y sus síntomas pueden variar en gravedad y manifestación entre las personas afectadas.

Los síntomas más comunes incluyen:

  1. Enrojecimiento persistente: Se caracteriza por enrojecimiento facial, especialmente en las mejillas, la nariz, la frente y el mentón. Este enrojecimiento puede ser persistente o aparecer en episodios.

  2. Vasos sanguíneos visibles: Los capilares dilatados y visibles en la superficie de la piel, conocidos como telangiectasias, son otro síntoma común de la afección.

  3. Pápulas y pústulas: En algunos casos, la rosácea puede causar la aparición de pápulas (protuberancias rojas e inflamadas) y pústulas (protuberancias llenas de pus), que pueden confundirse con el acné. Estas lesiones generalmente aparecen durante los brotes y pueden ser dolorosas o sensibles al tacto.

  4. Sensibilidad e irritación: Las personas con este problema pueden experimentar sensibilidad, sequedad, picazón o ardor en la piel afectada.

  5. Ojos y párpados inflamados: También puede afectar los ojos y los párpados, causando enrojecimiento, irritación, sequedad y hinchazón. Esta forma se denomina «ocular» y puede provocar problemas en la visión si no se trata adecuadamente.

  6. Engrosamiento de la piel: En casos severos y menos comunes, puede causar engrosamiento de la piel, especialmente en la nariz, lo que lleva a una apariencia bulbosa y agrandada, conocida como rinofima.

Es importante tener en cuenta que cada persona con rosácea puede experimentar una combinación única de síntomas y grados de severidad. Si sospechas que puedes tener este problema, es fundamental consultar con un dermatólogo para obtener un diagnóstico preciso y recibir orientación sobre el tratamiento y manejo adecuados.

Cuáles son sus causas

Aunque las causas exactas de la rosácea aún no se conocen por completo, se cree que varios factores pueden contribuir al desarrollo y la exacerbación de esta afección cutánea. A continuación, se enumeran algunos de los posibles factores implicados en su aparición:

  1. Factores genéticos: Parece ser más común en personas con antecedentes familiares de la afección, lo que sugiere que puede haber una predisposición genética.

  2. Disfunción del sistema inmunológico: Algunas investigaciones sugieren que podría estar relacionada con una respuesta inmunológica anormal, que provoca inflamación en la piel.

  3. Problemas vasculares: Se caracteriza por enrojecimiento e hinchazón, lo que sugiere que la dilatación anormal de los vasos sanguíneos y la inflamación podrían desempeñar un papel en su desarrollo.

  4. Microorganismos: Algunos estudios sugieren que ciertos microorganismos, como el ácaro Demodex folliculorum (un ácaro microscópico que vive en la piel humana) y la bacteria Helicobacter pylori (que se encuentra en el tracto gastrointestinal), podrían estar relacionados con la afección en algunas personas.

  5. Factores ambientales y de estilo de vida: La exposición a condiciones extremas de calor o frío, la exposición prolongada al sol y el estrés pueden exacerbar los síntomas en personas susceptibles.

A pesar de que aún no se comprenden completamente las causas subyacentes de la rosácea, el conocimiento actual sugiere que es probable que una combinación de factores genéticos, inmunológicos, vasculares y ambientales esté involucrada.

La investigación continúa en este campo, y se espera que en el futuro se obtengan más conocimientos sobre las causas y los mecanismos que desencadenan la rosácea, lo que podría conducir a mejores tratamientos y estrategias de prevención.

acne adulto

¿Es lo mismo acné que rosácea?

No, el acné y la rosácea son dos condiciones de la piel diferentes, aunque pueden parecerse en algunos aspectos y a veces se confunden entre sí. A continuación, pasamos a describir las principales diferencias entre ambas afecciones:

Acné:

  • El acné es una afección cutánea común, especialmente entre adolescentes y jóvenes adultos, aunque puede afectar a personas de cualquier edad.
  • Se caracteriza por la aparición de granos, espinillas, puntos negros y, en casos más severos, quistes y nódulos. Así puedes eliminarlos de forma natural.
  • El acné se forma cuando los poros de la piel se obstruyen debido al exceso de sebo (aceite producido por las glándulas sebáceas) y células muertas. Esto puede dar lugar a la proliferación de bacterias y a la inflamación.
  • Las causas del acné pueden incluir cambios hormonales, genética, estrés, dieta y factores ambientales.

Respondemos: ¿Por qué aparece el acné en la adolescencia?

Rosácea:

  • Es una afección crónica de la piel que afecta principalmente a adultos, especialmente a mujeres de mediana edad con piel clara.
  • Se caracteriza por enrojecimiento, hinchazón, vasos sanguíneos visibles y, en algunos casos, pápulas y pústulas que pueden parecerse al acné.
  • Es una afección inflamatoria que afecta a las pequeñas venas y capilares de la cara, y se cree que puede estar relacionada con factores inmunológicos, vasculares y nerviosos.
  • Las causas exactas no se conocen, pero se cree que factores genéticos, ambientales y del estilo de vida pueden influir en su desarrollo. Los desencadenantes comunes incluyen la exposición al sol, el estrés, el consumo de alcohol, alimentos picantes y cambios bruscos de temperatura.

Aunque el acné y la rosácea pueden compartir ciertos síntomas, como el enrojecimiento y la aparición de pápulas y pústulas, sus causas y tratamientos son diferentes. Si no estás seguro de si tienes uno u otro, es importante consultar con un dermatólogo para obtener un diagnóstico preciso y recomendaciones de tratamiento adecuadas.

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Factores desencadenantes y cómo evitarlos

Aunque sabemos que la rosácea es una afección crónica, ciertos factores pueden desencadenar o empeorar sus síntomas. Identificar y evitar estos factores desencadenantes puede ayudarte a controlar mejor el problema y reducir la aparición de brotes.

A continuación, se mencionan algunos factores desencadenantes comunes y consejos sobre cómo evitarlos:

  1. Exposición al sol: La luz solar intensa puede exacerbar el enrojecimiento y la inflamación. Protege tu piel utilizando protector solar con un FPS alto (30 o más) y vistiendo sombreros y gafas de sol cuando estés al aire libre.

  2. Cambios extremos de temperatura: Evita las saunas, los baños calientes y la exposición a temperaturas extremas, ya que pueden empeorar los síntomas. Cuando sea posible, intenta mantener un ambiente de temperatura estable.

  3. Estrés emocional: El estrés puede ser un factor desencadenante importante para muchas personas. Aprende técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga o la respiración profunda, para ayudar a controlar tus niveles de estrés y reducir la posibilidad de brotes.

  4. Alimentos y bebidas: Algunos alimentos y bebidas pueden causar brotes en algunas personas. Los desencadenantes comunes incluyen comidas picantes, alcohol, bebidas calientes y alimentos ricos en histamina. Llevar un diario de alimentos y síntomas puede ayudarte a identificar y evitar los alimentos que desencadenan tus síntomas.

  5. Ejercicio: El ejercicio intenso y el sobrecalentamiento pueden empeorar los signos. Opta por actividades físicas de menor intensidad y asegúrate de mantenerte fresco e hidratado durante el ejercicio.

  6. Productos para el cuidado de la piel: Algunos productos cosméticos pueden irritar la piel sensible de las personas con rosácea. Evita productos que contengan alcohol, fragancias, exfoliantes fuertes o ingredientes irritantes. Opta por productos suaves, hipoalergénicos y sin fragancias diseñados para pieles sensibles.

Recuerda que cada persona es única, y lo que desencadena los síntomas en una persona puede no afectar a otra. Llevar un registro de tus desencadenantes personales y adaptar tus hábitos y rutinas en consecuencia puede ayudarte a reducir la frecuencia y la gravedad de los brotes.

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5 tratamientos efectivos para la rosácea 

Sí, hemos mencionado que esta afección no tiene cura, pero sí existen algunos tratamientos que pueden ayudar a controlar y reducir sus síntomas y mantener a raya los brotes. El tratamiento más indicado puede variar según la gravedad del problema y los síntomas específicos que presente cada persona, pero puedes empezar por aquí:

Medicamentos tópicos

Estos productos son fundamentales en el tratamiento de la rosácea, ya que pueden reducir el enrojecimiento, la inflamación y las lesiones asociadas con la afección. Los medicamentos y cosméticos tópicos suelen ser el primer enfoque de tratamiento recomendado por los dermatólogos.

¿Quieres saber cuáles son los mejores ingredientes que puedes encontrar y qué propiedades tiene cada uno de ellos? Pues sigue leyendo.

  • Metronidazol: Este es un antibiótico tópico que se utiliza comúnmente, ya que tiene propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas. El metronidazol puede reducir el enrojecimiento, las pápulas y las pústulas asociadas.

  • Ivermectina: La ivermectina es un agente antiparasitario que también tiene propiedades antiinflamatorias. Se ha demostrado que es efectivo en el tratamiento de la rosácea, especialmente en casos en los que el ácaro Demodex folliculorum puede estar involucrado en la inflamación cutánea.

  • Ácido azelaico: Este es un ácido dicarboxílico que se encuentra naturalmente en granos como el trigo, la cebada y el centeno. El ácido azelaico tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antimicrobianas, lo que lo convierte en un ingrediente eficaz para reducir el enrojecimiento y las lesiones inflamatorias.

  • Sulfacetamida sódica y azufre: Esta combinación de un antibiótico y un ingrediente queratolítico (que ayuda a eliminar las células muertas de la piel) puede ser útil para tratar el problema, especialmente en casos en los que la tez es grasa o propensa a la obstrucción de poros.

  • Brimonidina y oximetazolina: Estos medicamentos tópicos son vasoconstrictores que funcionan reduciendo temporalmente el enrojecimiento al contraer los vasos sanguíneos. Estos productos se pueden utilizar para controlar el enrojecimiento facial en casos de rosácea eritematotelangiectásica (rosácea caracterizada por enrojecimiento persistente y vasos sanguíneos visibles).

Al elegir medicamentos y cosméticos tópicos, es importante tener en cuenta la sensibilidad de la dermis. Opta por productos hipoalergénicos, sin fragancias y no comedogénicos diseñados específicamente para pieles sensibles y propensas a la rosácea.

Consulta con un dermatólogo para obtener recomendaciones y orientación sobre los medicamentos tópicos más adecuados para tu situación específica.

Además, estos remedios caseros también te pueden ayudar

Antibióticos orales

En casos más severos o persistentes, los médicos pueden recetar antibióticos orales, como la doxiciclina o la tetraciclina, para tratar la inflamación y las lesiones inflamatorias.

Terapia láser y de luz pulsada intensa (IPL)

Estos tratamientos utilizan luz láser o pulsada para reducir el enrojecimiento y los vasos sanguíneos visibles en la piel. Pueden ser útiles para personas con rosácea que no responden a los tratamientos tópicos o a los antibióticos.

Medicamentos para la rosácea ocular

Si el problema afecta los ojos, los médicos pueden recetar medicamentos específicos, como gotas o ungüentos oculares, para tratar la inflamación y las infecciones oculares.

Cambios en el estilo de vida y cuidado de la piel

Además de los tratamientos médicos, es fundamental adoptar buenos hábitos de cuidado de la piel y evitar los factores desencadenantes conocidos. Utiliza productos suaves y sin fragancias diseñados para pieles sensibles, y sigue las pautas mencionadas en la sección de factores desencadenantes para reducir la aparición de brotes.

Es importante recordar que el tratamiento de la rosácea puede ser un proceso de ensayo y error, y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Trabaja en conjunto con un dermatólogo para encontrar el tratamiento adecuado para tu situación específica y ajusta el enfoque según sea necesario. Con paciencia y persistencia, es posible controlarla y mejorar la apariencia y la salud de la piel.

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Cuidado de la piel y consejos para personas con rosácea

El cuidado adecuado de la piel es fundamental para controlar la rosácea y mantener la dermis lo más sana posible. A continuación, se enumeran algunos consejos de cuidado dérmico y recomendaciones específicas para personas que sufran de esta afección:

  • Limpiar suavemente: Utiliza un limpiador suave, sin fragancias y especialmente formulado para pieles sensibles. Lava tu rostro con movimientos suaves y circulares, evitando la fricción excesiva. Enjuaga con agua tibia (no caliente) y seca la cara con palmaditas suaves usando una toalla limpia.

  • Hidratación: Mantén tu tez hidratada aplicando una crema o loción hidratante suave y sin fragancias diseñada para cutis sensibles. La hidratación ayuda a fortalecer la barrera protectora y a reducir la irritación.

  • Protección solar: La exposición al sol puede empeorarla, por lo que es crucial proteger tu rostro de los rayos UV. Utiliza un protector solar de amplio espectro, con un FPS de 30 o más, todos los días. Opta por protectores solares minerales que contengan óxido de zinc o dióxido de titanio, ya que estos ingredientes son menos irritantes más seguros.

  • Evitar ingredientes irritantes: Al seleccionar productos cosméticos, evita aquellos que contengan alcohol, fragancias, ácidos fuertes o exfoliantes abrasivos. Estos ingredientes pueden agravar los síntomas.

  • Uso de maquillaje hipoalergénico: Si utilizas maquillaje, elige productos hipoalergénicos y no comedogénicos diseñados para pieles sensibles. Los productos minerales a base de polvo suelen ser menos irritantes.

  • Control del estrés: El estrés emocional puede desencadenar brotes. Incorpora técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga o la respiración profunda, en tu rutina diaria para ayudar a reducir el estrés y controlar el problema.

  • Identificar y evitar desencadenantes: Mantén un registro de los factores que desencadenan tus síntomas, como alimentos, bebidas, cambios de temperatura o actividades. Evita estos desencadenantes siempre que sea posible para minimizar la aparición de brotes.

  • Consulta a un dermatólogo: Trabaja en conjunto con un dermatólogo para desarrollar un plan de tratamiento personalizado y un régimen de cuidado de la piel adaptado a tus necesidades específicas. El dermatólogo puede recomendarte productos y tratamientos adecuados para controlar tu rosácea y mejorar la salud de tu piel de forma personalizada.

Al seguir estos consejos y cuidar adecuadamente su piel, las personas con rosácea pueden reducir la frecuencia y la gravedad de los brotes, mejorando así su calidad de vida y bienestar general.

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En conclusión, la rosácea es una afección crónica de la piel que se caracteriza por enrojecimiento, inflamación y, en algunos casos, pápulas y pústulas. Aunque la causa exacta sigue siendo desconocida, se cree que factores genéticos, ambientales e inmunológicos pueden desempeñar un papel en su desarrollo.

La identificación y evitación de los factores desencadenantes, junto con un cuidado adecuado de la piel, pueden marcar una gran diferencia en el control y la prevención de brotes.

Existen tratamientos disponibles, como medicamentos tópicos, antibióticos orales y terapias con láser y luz pulsada intensa, que pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la apariencia de la piel. 

Es fundamental recordar que el manejo de la rosácea puede requerir paciencia y persistencia, pero con el enfoque adecuado y un compromiso continuo con el cuidado de la piel, es posible controlar la afección.

Este artículo se publica solo con fines informativos. No puede ni debe sustituir la consulta a un Médico. Le aconsejamos consultar a su Médico de confianza.
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Angela

Técnico Superior en Dietética.

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