Aunque su nombre no sea tan popularmente conocido como otros problemas de la piel, lo cierto es que en realidad el melasma se caracteriza por ser una afección de la piel bastante más común de lo que se piensa. De hecho, su nombre proviene o deriva de la palabra griega «melas«, que significa oscuro o negro, lo que podría ser un indicativo claro de ante qué problema nos enfrentamos.
Efectivamente, el melasma es una patología cutánea que consiste en la aparición de manchas oscuras, generalmente de color marrón, localizadas y distribuidas sobre todo en áreas que han estado expuestas al sol, habitualmente en la zona de la cara. Pero no es el único lugar en el que aparecen, ya que también pueden surgir en el cuello y más extrañamente en los antebrazos.
No obstante, estas manchas no solo pueden presentarse con color marronáceo. También es posible que las manchas se tornen de color gris o azulado. Eso sí, tienden a ser asintomáticas, bilaterales y simétricas.
Tiende a ser más común en las mujeres que en los hombres. De hecho, las estadísticas son claras en este sentido, ya que indican que alrededor del 85% de las personas que presentan melasma son mujeres. Aunque también es cierto que con el incremento de horas que se tiende a pasar al sol, unido al aumento del riesgo de los efectos de éste, cada vez es mayor el porcentaje de hombres afectados.
No solo surgen en personas con la piel blanca y con tendencia a las manchas. También es frecuente que aparezcan alteraciones en personas con la piel morena u oscura.
¿Qué es el melasma?
Como te indicábamos anteriormente, se trata de un problema de la piel que consiste en la aparición de manchas marrones, grises o azuladas en la cara, cuello, hombros y más raramente en el antebrazo, especialmente en zonas del cuerpo expuestas habitualmente al sol.
Desde un punto de vista médico es también conocido con el nombre de cloasma o máscara del embarazo. Esta última denominación es debido a que durante la gestación es común que aparezca, como resultado de los factores hormonales y más concretamente de los niveles de progesterona.
No se trata de una afección grave, que en cualquier caso no pone en peligro la vida de la persona que la padece, pero sí supone un problema estético para la mayoría de los pacientes que la sufren, ya que la piel afectada puede presentar una apariencia similar a la que tendría la piel sucia y poco aseada, cuando en realidad no sería así.
No te pierdas: Por qué aparecen las manchas oscuras en la piel
¿Cuáles son sus síntomas?
El síntoma, signo o señal más evidente del melasma o cloasma es la aparición de manchas en la piel, sobre todo de color marrón castaño o grisáceo que dan la sensación de que la piel se encuentra parcheada. Estas manchas pueden presentar también un color azulado, aunque es menos común que las de tono marrón.
No obstante, la zona comúnmente más afectada tiende a ser la zona de la frente, las mejillas, el labio superior y el mentón, así como en la nariz. En caso de aparecer de forma aislada suele ser habitual la zona de la mejilla.
Por otra parte, existen zonas del cuerpo mucho menos habituales, como por ejemplo podría ser la zona del cuello, los hombros o los brazos. En cualquier caso, este es el único síntoma que surge o aparece con el melasma.
¿Cuáles son sus causas? ¿Por qué aparece?
Existen distintas causas que pueden influir de forma directa en la aparición del melasma. De hecho, hoy en día se sabe que existen diferentes factores que estarían implicados en su desarrollo, aunque originalmente la causa precisa es por momentos desconocida:
- Predisposición genética: Se sabe que tener un familiar directo afectado aumenta las probabilidades de padecerlo.
- Exposición al sol y a la luz ultravioleta: Los rayos ultravioleta activan la formación de melanina. Por este motivo el melasma tiende a aparecer sobre todo en las zonas del cuerpo más expuestas al sol.
- Cambios hormonales: Puede aparecer por factores hormonales, por ejemplo tras el consumo de medicamentos anticonceptivos por los niveles de estrógenos, o por el embarazo debido a los niveles de progesterona.
- Determinadas enfermedades endocrinas: El melasma puede convertirse en un síntoma más de alguna enfermedad endocrinológica, como podría ser el caso de la diabetes mellitus.
- Estrés: Aunque no es una causa directa, sí se conoce que puede afectar y empeorar el melasma que ya ha aparecido.
Comentar