¿Te han diagnosticado recientemente de la presencia de un ojo de gallo en el pie? Es bastante posible que hayas acudido a la consulta del podólogo por la herida dolorosa que ocasiona desde el momento que surge.
Aunque popularmente es conocido con el nombre de ojo de gallo u ojo de perdiz, lo cierto es que desde un punto de vista médico su nombre más correcto es el de heloma interdigital, callo blando o heloma Molle. Se trata básicamente de un pequeño callo que aparece habitualmente entre nuestros dedos, mayoritaria y comúnmente entre el dedo 4º y 5º. Es en esta zona donde aparece o surge una protuberancia tremendamente dolorosa, la cual roza el 5º dedo y como resultado aparece una herida. Como vemos, se trata básicamente de un heloma (callo) que sale entre los dedos.
El motivo principal por el que suele aparecer el ojo de gallo en el pie es como consecuencia de haberse ejercido una gran presión sobre ellos. Más concretamente, su causa principal la encontramos en una acumulación de queratosis en una determinada zona en concreto, que surge como una dureza concentrada.
¿Qué es el ojo de gallo?
Como te indicábamos brevemente en las líneas anteriores, el conocido popularmente como ojo de gallo es un callo que aparece entre nuestros dedos, en la mayoría de las ocasiones tiende a surgir sobre todo entre los dedos 4º y 5º, lugar donde aparece una protuberancia que al rozarse con el quinto dedo produce una dolorosa herida, la cual se caracteriza por ser muy molestia.
Desde un punto de vista médico básicamente consiste en una acumulación de queratosis, la cual surge en una determinada zona concreta del pie (básicamente surge sobre todo entre los dedos, en especial entre el cuarto y el quinto dedo). Por este motivo es habitualmente conocido con el nombre de callo blando.
Las causas por las que aparecen el ojo de perdiz en el pie
La principal causa por la que aparece el ojo de gallo es como consecuencia de la presión ejercida en la zona de la piel donde surge, habitualmente debido al uso de calzado de punta estrecha que comprime y aprisiona los dedos en exceso, lo que ocasiona a su vez que las protuberancias óseas se rocen aún más entre ellas.
Por ello suele ser un trastorno del pie que aparece sobre todo en mujeres, fundamentalmente porque tienden a utilizar un mayor número de zapatos estrechos (en comparación con los hombres). Por ejemplo, entre los principales “culpables” que tienden a ocasionar la aparición de los ojos de gallo o de perdiz en los pies suelen ser los tacones y zapatos con punta estrecha o muy estrecha.
¿Qué síntomas produce?
Suele ser muy habitual que el ojo de gallo se confunda médicamente con el papiloma, como opinan en la Fundación René Quinton, debido a que tiende a mostrar unas características físicas bastante parecidas. Por ello el diagnóstico debe siempre ser realizado por un profesional médico, en especial por un podólogo especializado.
Entre los síntomas más comunes tienden a surgir como una parte de la piel erosionada e inflamada, muy húmeda, la cual suele infectarse por hongos o por bacterias dependiendo de su gravedad, Las ulceraciones pueden también aparecer como consecuencia de la no atención correcta y rápida.
¿Cómo se trata el ojo de gallo o callo blando?
El único tratamiento médico definitivo útil para la curación del ojo de gallo es el tratamiento quirúrgico. ¿Por qué? Fundamentalmente porque es la única forma de eliminar las protuberancias óseas que hayan surgido como consecuencia del uso de calzado muy estrecho. En caso de no ser el tratamiento quirúrgico para retirar la lesión también es posible exfoliarla.
Después del tratamiento es posible aliviar la zona utilizando un calzado cómodo y ancho, para evitar aprisionar la zona y que no se vuelva a reproducir de nuevo. En este sentido, la exfoliación también es útil, así como el uso de pequeñas prótesis de silicona con el fin de evitar de nuevo el roce entre los dedos.
Remedios caseros para quitar el ojo de gallo
Aunque el tratamiento más adecuado para eliminar el callo blando es el quirúrgico, también existen algunos consejos naturales que pueden ser de gran ayuda, y que poseen la ventaja de poder aplicarlos fácilmente en casa:
- Vinagre de manzana y aceite de ricino. Gracias a sus cualidades anti bacterianas, ayudan a evitar que el ojo de gallo pueda infectarse, al limpiar la piel profundamente. Para aplicarlo solo necesitas calentar 2 litros de agua. Una vez caliente viértelo en un recipiente grande donde puedas sumergir los pies cómodamente. Añade jabón líquido y 2 cucharadas de vinagre de manzana. Sumerge los pies en el agua caliente -con cuidado de no quemarte- durante 20 minutos. Luego límate la piel con piedra pómez. Para terminar, seca la piel bien y aplícate aceite de ricino. Se aconseja repetir este proceso durante 2 semanas máximo.
- Quitar ojo de gallo con limón. Se trata de otro remedio casero muy popular. Solo tienes que lavar bien un limón bajo el agua del grifo. Sécalo y corta una tira de cáscara con el tamaño suficiente como para cubrir el dedo. Envuelve el dedo afectado con la cáscara de limón y sujétala bien con la ayuda de una venda, dejando actuar durante toda la noche. Se aconseja repetir el tratamiento hasta que el ojo de gallo haya desaparecido.
- Vinagre de manzana y cebolla. Ambos son ingredientes anti bacterianos, a la vez que la cebolla posee propiedades antiinflamatorias. Para aplicarte este remedio solo tienes que verter un vaso de vinagre de manzana en un recipiente de vidrio, y añadir dos rodajas de cebolla. Cierra el recipiente durante 12 horas, y por la noche, utiliza la cebolla para cubrir el ojo de gallo con la ayuda de una venda, dejando actuar durante toda la noche.
Estos remedios pueden ser de grandísima ayuda. No obstante, siempre es recomendable acudir al Podólogo para recibir el tratamiento médico más adecuado, así como una correcta revisión.
Bibliografía:
- Thomas B. Fitzpatrick (2009). Dermatología en Medicina General. Ed. Médica Panamericana: Pág. 872.
- Frederick M. Dearborn (2002). Enfermedades de la piel: Incluyendo las Exantemas. B.JAIN PUBLISHER: Pág. 254.
- Personal de Healthwise. Northshore University HealthSystem. Callos y Callosidades. Consultado el 10/01/2019. Disponible en Northshore University HealthSystem.
Comentar