Aunque su nombre médico original es dispepsia lo cierto es que son muchas las personas que utilizan habitualmente su nombre o denominación popular: indigestión. Se trata básicamente de un horrible malestar estomacal, que surge tras haber comido grandes cantidades de comida, por haber comido alimento que no te sientan del todo bien, o por haberlo hecho simplemente demasiado rápido.
Pero sus causas son en realidad más amplias: situaciones de estrés, ansiedad o depresión; ingerir excesivas cantidades del alcohol; consumo de determinados medicamentos (como los antiinflamatorios o el ácido acetilsalicílico); optar por comidas muy condimentadas; abusar del café…
Sea como fuere, cuando la dispepsia o indigestión aparece, no hay duda que sus síntomas son más que evidentes: malestar y dolor en la parte superior del abdomen, hinchazón abdominal, acidez, digestión pesada, eructos, náuseas, vómitos y regurgitaciones. No siempre aparecen todos los síntomas, siendo el más común el dolor estomacal, la hinchazón y la digestión muy lenta o pesada.
Es evidente que una prevención eficaz pasa por evitar las comidas copiosas y excesivas, reducir aquellos platos muy condimentados y con exceso de grasas, evitar pasarnos con las bebidas alcohólicas y el café, y disfrutar por lo general de una vida mucho más tranquila, alejándonos de las preocupaciones y las tenciones emocionales.
Pero si la indigestión ya ha hecho acto de aparición, y comenzamos a sufrir sus molestos síntomas, es necesario conocer de qué forma podemos reducirla y ayudar a nuestro sistema digestivo a hacer mejor la digestión. Y es que aunque sus molestias son pasajeras y tienden a remitir sin tratamiento, lo cierto es que siempre es una buena ideal saber cómo disminuir sus síntomas, sobre todo para no pasarlo tan mal cuando los estamos sufriendo…
Zanahoria hervida con sal: el mejor remedio natural para aliviar la indigestión
La zanahoria es una hortaliza deliciosa, de característica forma, apariencia y color naranja. Posee sustancias aromáticas y una serie de compuestos y sustancias que le confieren una amplia diversidad de cualidades y propiedades: es digestiva, diurética, depurativa, antioxidante y vigorizante. Además, ayuda a tratar las úlceras y disminuir sus síntomas, es ideal contra la anemia y estimula el sistema inmunológico reforzando nuestras defensas.
Aunque consumida fresca y cruda es muy digestiva, lo que se traduce en que en caso de sufrir indigestión tiende a aumentar sus síntomas, lo cierto es que cuando es consumida cocida ayuda a reducir sus molestias.
- Ingredientes que necesitas: 1 zanahoria, sal gruesa y 1 poco de agua para su cocción.
- Preparación del remedio: lava bien la zanahoria, corta sus hojas y pélala. Córtala luego en varios trozos. Ponla en un cazo con agua y lleva a ebullición, cocinándola hasta que esté muy tierna. Añade sal gruesa en cantidad, y mezcla bien. Finalmente come.
Como ves, el remedio es muy sencillo de elaborar y de aplicar, pero muy efectivo. Eso sí, para que funcione la zanahoria tiene que estar muy cocida, y ser elaborada con mucha sal (por tanto, es un remedio no aconsejado para personas con hipertensión arterial).
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