Cada año miles de personas fallecen a causa de padecer las denominadas como enfermedades cardiovasculares, como consecuencia, sobretodo, de malos y nocivos hábitos de vida. En este sentido, muchos especialistas alertan que el consumo de tabaco o de alcohol, además del consumo excesivo de grasas en la dieta es un índice claro de riesgo de padecer este tipo de enfermedades.
Por este motivo, resulta fundamental que la persona se haga un análisis de sangre cada año (en caso de que no haya ningún tipo de condicionante añadido, o bien cada seis meses si debe controlar algún índice o patología), como forma para conocer si padece colesterol alto o si tiene los triglicéridos altos.
Pero, según ha demostrado recientemente un estudio, parece que mantener un buen nivel de vitamina C tiende a disminuir el riesgo de sufrir este tipo de enfermedades.
¿Qué son las enfermedades cardiovasculares?
Las enfermedades cardiovasculares son también conocidas médicamente como enfermedades del corazón, aunque lo cierto es que consisten igualmente no solo en trastornos del corazón, sino de los vasos sanguíneos.
Es decir, las enfermedades cardiovasculares consisten en un conjunto de trastornos y afecciones tanto del corazón como de los vasos sanguíneos. Y se convierten, de hecho, en la principal causa de muerte en prácticamente todo el mundo.
De hecho, como informó hace algún tiempo la propia Organización Mundial de la Salud, se estima que en el año fallecieron alrededor de 17,5 millones de personas por alguna enfermedad cardiovascular. Es más, de éstas, alrededor de 7,4 millones se debieron a la cardiopatía coronaria, y 6,7 millones a los accidentes vasculares cerebrales.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares?
Se ha demostrado que existen determinados hábitos (no solo alimenticios) que se convierten en las causas directas de que una persona pueda sufrir una enfermedad cardiovascular. Por ejemplo, el consumo de tabaco y de alcohol y seguir un estilo de vida sedentario son causas directas muy relacionadas.
Y estos hábitos tienden a manifestarse en la persona en forma de sobrepeso y obesidad, niveles elevados de colesterol, triglicéridos y azúcar, y también hipertensión arterial. Todos ellos tienden a aumentar el riesgo de sufrir ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca o accidentes cerebrovasculares, entre otros.
Por ello, desde un punto de vista médico se ha demostrado que reducir el consumo de azúcar y de sal en la dieta, unido a la eliminación de alcohol y tabaco, y mantener una actividad física regular ayuda de manera muy positiva a la hora de reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco.
¿Cómo ayuda la vitamina C contra las enfermedades cardiovasculares?
Según se ha demostrado científicamente, mantener unos buenos niveles de vitamina C ayuda a la hora de prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Pongamos como ejemplo un estudio danés en el que se monitoreó a más de 100.000 personas. Se descubrió que las personas que tenían niveles más elevados de vitamina C en su plasma sanguíneo tuvieron un índice muchísimo menor de enfermedades cardíacas.
Otro estudio científico, publicado en la edición especializada American Heart Journal, reveló que cada incremento de 20 µmol/L de vitamina C se relaciona con una menor mortalidad por insuficiencia cardíaca (de alrededor de un 9% menos).
Por ello, saber que cada persona necesita 90 mg. al día para tener cubiertas casi al 100% la necesidad diaria en vitamina C, ayuda a la hora de prevenir este tipo de enfermedades. No obstante, debemos tener en cuenta que esta cantidad diaria recomendada depende del sexo y de la edad que tenga la persona. Por lo que lo más adecuado es echar un vistazo a las siguientes recomendaciones:
Cantidad recomendada de vitamina C según la etapa de la vida:
- Bebés hasta 6 meses de edad: 40 mg
- Bebés de 7 a 12 meses de edad: 50 mg
- Niños de 1 a 3 años de edad: 15 mg
- Niños de 4 a 8 años de edad: 25 mg
- Niños de 9 a 13 años de edad: 45 mg
- Adolescentes (varones): 75 mg
- Adolescentes (niñas): 65 mg
- Adultos (hombres): 90 mg
- Adultos (mujeres): 75 mg
- Mujeres embarazadas: 85 mg
- Mueres en periodo de lactancia: 120 mg
Para asegurar este consumo, una buena idea es conocer los alimentos ricos en vitamina C.
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