Con la llegada de la primavera (¡cuidado con las alergias primaverales!), llega también el buen tiempo, y con él comienzan las ganas por no esperar al verano y disfrutar, por ejemplo, de un buen día de playa.
Tal y como sucede en la mayoría de las ocasiones cuando por ejemplo disfrutamos de un día de campo o de playa, a veces tendemos a comer cualquier cosa y ya está, especialmente para no perder tiempo de sol.
Esto no puede ser perjudicial siempre y cuando no se realice diariamente, aunque si te encuentras siguiendo una dieta de adelgazamiento o simplemente te preocupa cuidar tu figura, se pueden tomar una serie de pautas o de consejos para saber qué comer en los días de playa.
Cuidado con los sándwiches…
Muchas veces optamos por lo más sencillo: hacernos un delicioso bocadillo o bien un sandwich. Como hemos comentado muchas veces, esto no es para nada perjudicial, pero la precaución principal que debe tenerse es saber elegir el relleno, y qué utilizamos como aderezo (aceite de oliva, salsa de tomate, mayonesa…).
Eso sí, cada vez es mayor el número de nutricionistas que coinciden en señalar al pan de molde (el alimento habitualmente utilizado para la elaboración de sándwiches) como un elemento más que podría ser caracterizado de bollería, no siendo tan adecuado ni saludable como se piensa, no solo por los ingredientes que se tienden a utilizar en su elaboración, sino por su contenido calórico y en azúcares.
En lo que se refiere al relleno con el que prepararemos los sándwiches, debemos indicarte que las mejores elecciones es optar por aquellos alimentos bajos en calorías, como pueden ser la pechuga de pollo, el pavo o el jamón cocido magro, o bien hortalizas como rodajas finas de tomate, hojas de lechuga o aros de cebolla.
Siempre es mejor optar por aderezos poco calóricos, como la mayonesa light, la mostaza, el ketchup o queso blanco light para untar.
Eso sí, en lo que se refiere al pan, podemos elegir preferentemente integral o de salvado, aunque en caso de que este tipo de panes no nos gusten o no los tengamos a mano, una buena elección también es optar por pan de molde.
…Y con el pan de molde
Si piensas que el pan de molde es un alimento saludable a incluir en tus desayunos y meriendas diarias, debemos decirte que probablemente estés equivocado/a. De hecho, como te indicábamos brevemente en las líneas anteriores, cada vez son más los nutricionistas que lo tildan de bollería. ¿Por qué?.
Fundamentalmente por su elevado contenido calórico y por contener ingredientes no tan adecuados como podríamos pensar en un primer momento.
De media, una rebanada de pan de molde tiende a aportar unas 99 kcal, repartidas en 1,1 gramos de grasa, 19 gramos de hidratos de carbono (de los cuales azúcares 3,2 gramos), y 0,47 gramos de sal (lo que equivaldría a un 8% de la ingesta diaria de referencia para un adulto medio).
Ni qué decir de los ingredientes que habitualmente se utilizan para su elaboración, que en muchos casos no son nada saludables: azúcar, jarabe de maíz de alta fructosa, aceites vegetales (en la mayoría de casos refinados, como por ejemplo el aceite de girasol refinado), una gran cantidad de aditivos (emulgentes y conservadores)…
Por tanto, a la hora de hacernos un almuerzo o merienda para ir a la playa o a la piscina, especialmente si lo que deseamos son sándwiches, es sustituir el pan de molde por el pan común. Pero no cualquier pan: deberíamos desechar el pan blanco y escoger panes elaborados con harina integral.
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