Es algo muy común. Cada vez que empezamos a cortar la cebolla para preparar una ensalada o cualquier salteado de verduras, nuestros ojos empiezan a irritarse de forma considerable para después dar paso a una buena cantidad de lágrimas con las que parece que hemos tenido un mal día.
¿Pero cuál es la razón por la que empezamos a “llorar” cada vez que cortamos en cachitos esta hortaliza? Seguro que muchos os preguntaréis. No es debido a una razón sentimental ni nada parecido. Ni tampoco porque sintamos pena por la cebolla al ver cómo la estamos cortando poco a poco en diminutos trozos.
Las células vegetales de la cebolla reaccionan con el agua del ojo
Todo se debe a una simple reacción química. Como muchos sabréis, la cebolla es una planta que se compone en su totalidad por distintas capas de células vegetales que están compuestas por sobre todo amoniaco.
A partir de ahí, desde el momento en el que cogemos el cuchillo y cortamos las capas de la cebolla, las sustancias presentes en esta hortaliza se “liberan” hasta que finalmente llegan a nuestros ojos.
A continuación, los compuestos vegetales reaccionan al entrar en contacto con el agua que hay justo en la superficie de nuestros globos oculares, produciendo así una nueva reacción química con la que se forma ácido sulfúrico.
Como mecanismo de defensa, los ojos empiezan automáticamente a segregar lágrimas, para así combatir el ácido sulfúrico y volver de este modo a rehidratar toda la zona afectada. Este proceso es básicamente un estímulo natural de nuestro cuerpo ante el “ataque” de un estímulo agresivo que puede resultar dañino para nuestra vista. Ni más, ni menos.
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¿Cómo podemos evitar el ardor en los ojos al cortar la cebolla?
Una vez sabido esto, seguro que a muchos de vosotros os surge la siguiente pregunta: “¿Cómo podemos dejar de llorar cuando cortamos una cebolla?” Pues a través de la última parte del artículo, os daremos una serie de consejos que seguro que os van a ser de gran utilidad de ahora en adelante.
Protegerse con unas gafas
Puede sonar un poco obvio, pero la verdad que es uno de los métodos más utilizados. A la hora de cortar una cebolla, siempre os podéis poner unas gafas de ver, de sol o de buceo.
De esta manera, conseguiremos que la sustancia que se segrega al picar esta hortaliza, no entre en contacto directo con nuestros ojos. Fácil, sencillo y para toda la familia.
Meter la cebolla en el congelador
Este método está cada vez más extendido y también resulta muy útil ya que es muy sencillo de llevar a cabo.
Tan solo hay que meter la cebolla en el congelador durante un periodo no superior a 60 minutos. Cuando la saquemos, seguro que al cortarla segregará menos cantidad de esa sustancia que resulta tan irritante para nuestros ojos.
Cortar la cebolla con una vela encendida
Un método algo desconocido pero que al mismo tiempo es de lo más efectivo. Antes de cortar la cebolla, tan solo habrá que encender una pequeña vela cerca, consiguiendo así que el humor y el calor que proveniente de la misma absorba parte de esta sustancia de la cebolla, justo antes de que entre en contacto los ojos.
Usar un cuchillo bien afilado
Utilizar un cuchillo con una hoja bien afilada también nos va a ser de gran utilidad a la hora de cortar la cebolla sin que esto suponga experimentar entrar en un mar de lágrimas. Esto se debe a que este tipo de utensilios realizan un corte más limpie y uniforme en las capas de esta hortaliza. De esta forma, se disminuye la liberación de esta sustancia irritable.
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