Los espárragos son unos alimentos originarios principalmente del Mediterráneo, que ya fueron consumidos en su tiempo por los antiguos egipcios y griegos, aunque fueron introducidos en España por los romanos.
La mejor época para disfrutar de estas verduras permanentes u hortalizas son durante la primavera (concretamente durante los meses de abril y mayo), aunque también es cierto que podemos encontrarlos en los supermercados prácticamente todo el año.
Desde un punto de vista nutricional, en relación sobretodo a los diferentes beneficios y propiedades nutricionales que aportan, debemos distinguir las tres variedades que podemos encontrar en el mercado: los espárragos blancos, espárragos verdes y los espárragos trigueros.
No obstante, no hay duda que independiente de la variedad que consumamos, uno de los beneficios más importantes de los espárragos es su virtud para eliminar toxinas, gracias a su acción depurativa y diurética. Por este motivo es común su inclusión en dietas depurativas, por su tremenda capacidad para ayudar al organismo a expulsar toxinas y sustancias negativas acumuladas en el cuerpo de forma natural.
¿Qué cocción escoger al cocinar espárragos?
A la hora de comer espárragos para eliminar toxinas, está claro que la forma de preparación permitirá disfrutar de estos beneficios principales. Pero todo dependerá del tipo de espárrago que se vaya a consumir, ya que los espárragos finos tienden a cocinarse más rápidamente (son blanditos por dentro y crujientes por fuera), y los gruesos suelen tardar más en cocinarse.
1. En primer lugar retira la arena que quede en las puntas
Eso sí, antes de proceder a su cocción, es imprescindible lavar bien los espárragos frescos bajo el chorro de agua fría, para eliminar así los restos de arena que hayan podido quedar acumulada en las puntas.
Otra opción igual de sencilla es llenar un cuenco o bol grande con agua fría y dejar los espárragos en remojo durante algunos minutos, hasta que observes que no quede nada de arena en los mismos.
2. Retira los extremos de los espárragos
Se trata de la base del espárrago, la cual tiene la particularidad de ser bastante dura y difícil de comer. Además, no es muy sabrosa que digamos, por lo que la mayoría de expertos aconsejan su eliminación durante el proceso de preparación de los espárragos, antes por tanto de su cocción.
Para conseguirlo, solo tienes que colocar el manojo de espárragos en una tabla de cortar y cortarlos dejando entre 4 a 5 cm. de la base. También puedes quebrar los tallos uno a uno, sosteniendo el espárrago con las dos manos y doblándolo con cuidado hasta que distingas dónde se encuentra el lugar exacto en el que comienza la parte más dura.
3. Escoge la cocción más adecuada
Llegados a este punto, ¿cuáles son las formas de cocción de los espárragos más comunes y habituales?:
- Cocción en agua: basta con lavar bien los espárragos y amarrarlos verticalmente con ayuda de un hilo o fibra para cocinar. Pon agua a hervir en una olla alta y añade los espárragos fijándote que la punta o cabeza de los espárragos queden fuera del agua. ¿El mejor tiempo de cocción? 10 minutos si son espárragos delgados, y 15 minutos si son muy gruesos.
- Cocción al vapor: la forma de cocción es la misma, con la diferencia que se utiliza una cacerola con la mitad de agua, y cuando el agua rompe hervor colocar el canasto de la vaporera arriba, tapando con la tapa de la cacerola.
- Cocción a la plancha: basta con utilizar un poquitín de aceite de oliva en la plancha o grill y dejar que los espárragos se hagan, pero evitando que se quemen.
Imágenes de Istockphoto.
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