Si existen dos alimentos tremendamente poderosos, llenos de beneficios y propiedades increíbles no solo preventivas sino también curativas, esos son el ajo y la cebolla. Es bastante probable que, de hecho, nos encontremos ante dos de los alimentos con más cualidades curativas gracias a su riqueza en diferentes sustancias y compuestos protectores frente a una amplia diversidad de enfermedades y afecciones. Es más, podríamos decir que nos encontramos a dos poderosos alimentos ideales para cuidar y proteger nuestra salud, sobre todo cuando los consumimos de forma diaria y regular.
El ajo es una especie de planta conocida con el nombre de Allium sativum, que cuenta con un bulbo de color blanco formado a su vez por una cabeza que se encuentra dividida en gajos, los cuales desde un punto de vista más popular son conocidos tradicionalmente con el nombre de dientes (dientes de ajo).
Entre las cualidades y beneficios más importantes del ajo debemos destacar su capacidad para reducir y disminuir los niveles altos de grasas en la sangre (siendo útil para rebajar los valores altos tanto de colesterol como de triglicéridos), ayuda a disminuir la presión arterial por lo que es ideal contra la hipertensión arterial, actúa como un potentísimo antibiótico natural siendo ideal para eliminar las bacterias del organismo y reforzar nuestro sistema inmune, y además es un buen desinfectante intestinal, actuando como antifúngico totalmente natural.
En el caso de la cebolla nos encontramos ante un maravilloso bulbo subterráneo conocida con el nombre de Allium cepa y que crece en la planta del mismo nombre. Su origen lo encontramos en Asia, concretamente desde 6.000 a.C., existiendo hoy día una amplísima gama de variedades que se clasifican en función del color, forma, tamaño y usos.
Entre las propiedades más interesantes de la cebolla debemos mencionar que es ideal para la diabetes ya que ayuda a reducir los niveles elevados de azúcar en la sangre, ayuda a depurar la sangre eliminando las impurezas presentes en la misma, es útil contra el estreñimiento, es ideal en caso de diarrea y además es un buen desintoxicante de los riñones.
Sin embargo, como de buen seguro habrás comprobado ya sobre todo si tiendes habitualmente a consumir ajo y cebolla (y además a prepararlos en la cocina de manera regular y cotidiana), existe un problema habitual: dejan un incómodo olor en las manos, lo que influye en que incluso horas después de haberlas reparado y cocinado nuestros dedos y manos continúen desprendiendo su aroma.
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Para evitarlo existen algunos trucos útiles que te podrían ser de gran ayuda. Te hablamos sobre ellos a continuación:
- Lavándote las manos rápidamente: Justo en el momento en el que hayas terminado de pelar y cortar tanto el ajo como la cebolla debes evitar tocarte las manos o frotártelas, colocando rápidamente las manos bajo el chorro de agua fría, dejando que el agua corra durante algunos segundos sobre la piel.
- Con ayuda de una cuchara de acero inoxidable: Después de poner tus manos bajo el agua fría, otra opción útil para eliminar las sustancias y compuestos causantes del mal olor es utilizar una cuchara y frotarla sobre las manos, pasándola por todos los dedos.
- Con bicarbonato de sodio: Cuenta con una capacidad casi maravillosa para absorber los olores naturalmente, de ahí que sea también útil a la hora de evitar el mal olor que dejan la cebolla y el ajo. Para conseguirlo solo tienes que colocarte un poco de bicarbonato en la palma de tus manos y frotarlas de manera muy enérgica, haciendo especial hincapié entre las uñas y los dedos. Para acabar, enjuaga tus manos con agua fría.
- Con un trozo de limón: El limón cuenta con un intenso aroma, destacando a su vez con unas maravillosas cualidades limpiadoras. Solo tienes que cortar un trozo de limón fresco y pasártelo por los dedos y las manos, frotándolas enérgicamente.
Estos trucos, sencillos y fáciles de seguir, te ayudarán a la hora de evitar que el olor de la cebolla y el ajo impregnen tus manos.
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