Conocida científicamente con el nombre de ácido acetilsalicílico, y más popularmente con el nombre comercial de aspirina, nos encontramos probablemente ante uno de los fármacos o medicamentos más conocidos, consumidos y también populares. Se trata de un fármaco utilizado como analgésico y antiinflamatorio, útil para aliviar el dolor leve y moderado y también la inflamación.
También es útil como antiagregante plaquetario (indicado por tanto para personas en riesgo de formación de trombos sanguíneos) o como antipirético con el fin de reducir la fiebre elevada. De hecho, es común que muchos médicos receten aspirina con el fin de prevenir los ataques cardíacos o cerebrales (accidentes cerebrovasculares), la angina de pecho y los ataques isquémicos transitorios.
Por un lado, la aspirina es capaz de reducir las sustancias de nuestro cuerpo que originan inflamación o dolor. Mientras que, por otro, impide que las plaquetas –células sanguíneas- se adhieran unas a otras formando coágulos. Por ello quienes han sufrido un ataque cardíaco deben tomar aspirina, dado que evita la formación de otros coágulos sanguíneos en las arterias coronarias.
Teniendo en cuenta que existen diferentes tipos de aspirina debemos tener en cuenta que la dosis respecto a la cantidad de aspirina a tomar podría variar, de forma que es el médico o el farmacéutico quien puede ayudar a obtener más información acerca de cómo y cuando tomarla. No obstante, es necesario tener presente que la aspirina puede tomarse tanto prescripta por el especialista médico, como sin ser prescripta.
En el momento de tomar aspirina debemos saber que si se están tomando otros medicamentos éstos podrían aumentar o disminuir el efecto del ácido acetil salicílico, causando interacciones. Entre los medicamentos o fármacos que pueden ocasionar la aparición de interacciones, podemos mencionar los siguientes:
- Ibuprofeno.
- Anticoagulantes.
- Otros fármacos que contengan aspirina (con o sin receta).
- Acetaminofeno.
- Corticoesteroides.
- Naproxeno.
- Ketoprofeno.
- Medicamentos para la diabetes.
- Medicamentos para la presión arterial elevada (hipertensión arterial).
Además, es necesario evitar el consumo de bebidas alcohólicas durante el tratamiento con aspirina, ya que ambos productos combinados pueden dañar internamente el estómago.
¿Cuándo no es recomendable el consumo de aspirina?
Pero como ocurre con cualquier otro medicamento, la aspirina también posee determinadas contraindicaciones que hacen que en determinadas circunstancias, ante determinados momentos o afecciones, su consumo no sea del todo seguro o incluso esté completa y totalmente contraindicado.
Las contraindicaciones de la aspirina más importantes son las siguientes:
- Alergia a la aspirina.
- Hemofilia.
- Enfermedad de Hodgkin.
- Úlcera gástrica, úlcera sangrante u otros problemas digestivos y/o estomacales.
- Enfermedad del riñón.
- Enfermedad del hígado.
- Enfermedad del corazón o insuficiencia cardíaca.
- Asma.
- Gota.
- Anemia (o alguna vez se presentó).
- Presencia de pólipos nasales.
- Si planeas un embarazo, estás embarazada o estás dándole el pecho a tu hijo.
- Antes de un procedimiento quirúrgico o dental.
Ante cualquiera de estas condiciones es importantísimo que el médico conozca nuestros antecedentes médicos, sobre todo antes de comenzar a consumir aspirina con regularidad.
También es posible que se presenten algunos efectos secundarios, tales como afecciones gastrointestinales (irritación gástrica, úlcera gástrica, úlcera duodenal, vómitos y náuseas), hepatitis, disfunción renal, sangrado o elevación de las enzimas hepáticas.
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