El hígado es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, debido fundamentalmente a la gran cantidad de funciones importantes que realiza a lo largo del día, y que nos permite en gran medida disfrutar por regla general de una buena salud.
En lo que se refiere a las propias funciones del hígado, nos encontramos con que es un órgano útil para depurar la sangre de toxinas, y trabaja junto con la vesícula biliar en la digestión de las grasas, entre otros.
Dada su importancia, resulta fundamental seguir una serie de pautas o hábitos determinados que ayuden a la hora de cuidar el hígado, cuestión que –en gran medida- ayuda muchísimo seguir una alimentación sana, rica en frutas y verduras frescas, y evitar el alcohol, gran enemigo del hígado.
Y es que enfermedades como el hígado graso tan común habitualmente con el incremento del sobrepeso y la obesidad pueden ser uno de sus mayores enemigos.
Cómo cuidar el hígado
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No tomes alcohol. Es uno de los mayores enemigos para la correcta salud del hígado, dado que puede causar una de las enfermedades más comunes: el hígado graso alcohólico.
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Evita el sobrepeso y la obesidad: son perjudiciales no solo para el hígado, sino también para nuestra salud. Además, pueden causar la aparición del hígado graso, una enfermedad que no tratada convenientemente, puede evolucionar a cirrosis y cáncer de hígado. Si tienes hígado graso, te podrán ayudar los consejos para eliminar la grasa en el hígado.
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Come siempre alimentos frescos, sanos y naturales. Tanto las frutas como las verduras frescas te ayudarán muchísimo.
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Toma entre 1,5 a 2 litros diarios de agua. Ayuda a tu organismo a eliminar las toxinas que no necesita, y al hígado a realizar bien sus funciones (entre ellas, la correcta depuración de las grasas).
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Es conveniente depurar el hígado al menos una vez al año, especialmente con la llegada del otoño.
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Toma infusiones que ayudan a cuidar el hígado. El diente de león es ideal.
- Tanto la silimarina como el cardo mariano son útiles a la hora de cuidar el hígado.
- Comer en exceso y en abundancia.
- Platos demasiado grasos o condimentados.
- Tomar alcohol.
- Beber poca agua.
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