El hígado es, entre otras cuestiones, uno de los órgamos más importantes del cuerpo humano, ya que lleva a cabo muchas tareas necesarias para la vida, y es por ello por lo que depurar el hígado, al menos una vez al año, es una buena idea para poder mantener una buena salud.
El hígado cumple la función de desintoxicación del cuerpo, ya que convierte las sustancias tóxicas en menos dañinas y, por ende, factibles de ser excretadas.
Como sabes, junto al hígado trabaja la vesícula biliar, cuya principal función es la de concentrar la bilis, que sirve a su vez para la digestión de las grasas.
Dada esa cantidad de tareas que el hígado lleva a cabo a cada momento, se deben evitar todo aquello que lo haga trabajar de más, ya que tener una buena salud en el hígado ayuda en sí a tener una buena salud a nivel general.
Consejos y pautas para la depuración del hígado
El hígado puede ser depurado al menos una vez al año, aunque diversos expertos recomiendan su depuración cada aproximadamente seis meses.
Pero para poder depurar el hígado, en primer lugar se deben conocer qué alimentos son perjudiciales para éste, tal y como veremos en un futuro. Entre esos alimentos nos encontramos con los alimentos procesados, grasas animales, embutidos, y por ejemplo alimentos muy salados, asados o azucarados.
También comer en exceso puede ser perjudicial para el hígado, ya que las comidas muy abundantes llevan a que éste se sobrecargue.
Entre aquellos consejos para poder ayudar al hígado en su depuración nos encontramos:
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El diente de león ayuda al hígado a depurarse, especialmente a los hígados que sean perezosos, ya que es capaz de aumentar de entre 2 a 4 veces la secreción de la bilis.
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La alcachofa también es muy buena para el hígado, al igual que el cardo mariano, que cuenta con silimarina, protectora de este órgano.
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Tomando mucha agua ayudamos al hígado a digerir mejor las grasas, y a nuestro cuerpo a hidratarse debidamente.
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Comar mucha fruta, pero evitando aquellas con gran contenido de ácidos orgánicos, como el melón, la sandía y las fresas.
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Los tés, especialmente el té verde, ayuda al hígado, sobretodo al hígado graso, ya que ayuda a digerir y a eliminar la grasa acumulada.
Lo más recomendable es optar por ejemplo por suplementos en cápsulas de diente de león, alcachofa y cardo mariano, aunque también las puedes encontrar en gotas.
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