Aunque médicamente su nombre original es Test de O’Sullivan, popularmente es conocida por muchas embarazadas y mamás con el nombre de prueba del azúcar en el embarazo. Efectivamente, se trata de una prueba diagnóstica que se realiza en el embarazo, con el objetivo de diagnosticar si la embarazada sufre o no de diabetes gestacional.
Se trata de una prueba diagnóstica útil para descubrir si la futura mamá tiene niveles altos de glucosa en la sangre, lo que –en caso positivo- permite al ginecólogo y/o matrona recomendar el seguimiento de una dieta adecuada para evitar que los niveles continúen altos, aunque entre los propios profesionales existe controversia sobre si realmente la presencia de diabetes en la gestación afecta o no negativamente al bebé.
¿Cuándo se realiza la prueba del azúcar en el embarazo? ¿En qué semana?
En España esta prueba se lleva a cabo de forma rutinaria a todas aquellas embarazadas que se encuentren entre las semanas 24 y 28 de gestación. No obstante, en algunas Comunidades Autónomas es habitual que la prueba se realice dos veces, la primera de ellas en el primer trimestre de embarazo.
¿Cómo se realiza la prueba del azúcar?
La conocida como prueba del azúcar en el embarazo es muy sencilla de realizar. Ésta se divide en los siguientes pasos:
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En primer lugar se realiza una extracción de sangre, y se mide el nivel de glucosa en sangre.
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A continuación la embarazada debe ingerir un líquido que contiene 50 gramos de azúcar disueltos en agua.
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Una hora después se vuelve a extraer sangre, para medir nuevamente la glucosa en sangre.
Anteriormente se recomendaba que la embarazada mantuviera entre 8 a 10 horas de ayuno previo antes de la realización de la prueba, pero como manifiestan muchos especialistas, a día de hoy lo cierto es que la prueba puede realizarse en cualquier momento del día. No obstante, aún muchos hospitales y centros de salud continúan haciendo esa recomendación.
Valores normales de la prueba del azúcar
En las dos extracciones la glucosa en sangre debe situarse por debajo de los 140 mg/dl; si es así, estos niveles son considerados como normales y no existirían dudas de que la futura mamá pueda sufrir alguna intolerancia a los hidratos de carbonos o una diabetes gestacional:
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Si los niveles de glucosa en sangre son iguales o superiores a los 140 mg/dl: se sospecha de la posible existencia de una intolerancia a los carbohidratos.
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Si los niveles son iguales o superan los 200 mg/dl: se diagnostica diabetes gestacional.
Precisamente si los niveles son iguales o superiores a los 200 mg/dl es necesario repetir el test para confirmarlo. Sin embargo, si los niveles han igualado o superado los 140 mg/dl pero no han llegado a los 200 mg/dl, se debe realizar la conocida como curva de glucemia o test de tolerancia oral a la glucosa, que consiste en monitorizar los valores de glucemia después de una sobrecarga oral de 100 gr. de glucosa, realizándose cuatro mediciones en intervalos de una hora.
Si existe de nuevo algún valor que excede los límites se debe repetir la prueba en tres semanas, y si nuevamente vuelve a exceder el límite se diagnostica intolerancia a la glucosa. Cuando aparecen dos valores que exceden los límites se diagnostica la presencia de diabetes gestacional.
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