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La mejor temperatura para lavarse la cara: caliente, fría o tibia

El agua fría, el agua tibia y el agua caliente aporta beneficios útiles para el cuidado de la piel del rostro, no solo actuando como un elemento de limpieza. Te descubrimos sus cualidades.

¿Alguna vez te has preguntado si la temperatura del agua que usas para lavarte la cara puede influir en el estado de tu piel?

Puede que lo consideres un detalle menor, pero la realidad es que este aspecto, aparentemente insignificante, puede marcar una gran diferencia en la salud y belleza de tu rostro.

La temperatura del agua puede afectar el equilibrio de tu piel, su capacidad para absorber productos de cuidado facial y hasta el aspecto de los poros.

En este artículo, desglosaremos los pros y contras de lavarse la cara con agua caliente, fría y tibia, y te ayudaremos a descubrir cuál es la temperatura ideal para este ritual diario de belleza.

temperatura del agua lavado cara

Lavarse la Cara con Agua Caliente

En un día frío, lavarse el rostro con agua caliente puede parecer la opción más atractiva. No obstante, ¿sabes cómo esto impacta en el estado de tu cutis?

Al usar una temperatura caliente, los poros de tu piel tienden a dilatarse, lo que facilita la limpieza y la eliminación de impurezas y exceso de grasa.

Este efecto resulta ideal cuando queremos realizar una limpieza facial profunda para eliminar los puntos negros.

Sin embargo, no todo es positivo.

El agua caliente puede resultar demasiado agresiva para algunos cutis, especialmente aquellos sensibles o con tendencia a la sequedad.

Su uso constante puede eliminar los aceites naturales que protegen la dermis, causando sequedad y deshidratación y provocando que el organismo produzca más grasa para compensar, lo que a su vez puede llevar al desarrollo de impurezas y brotes de acné.

Además, la exposición continua a temperaturas elevadas (estamos hablando de temperaturas superiores a 38°) puede provocar enrojecimiento e incluso la ruptura de delicados capilares, especialmente en pieles finas y sensibles o con cuperosis

Por último, el agua muy caliente puede acelerar el proceso de envejecimiento al romper la elastina y el colágeno, componentes clave para la firmeza y elasticidad del rostro. 

Por lo tanto, aunque el agua caliente puede ser beneficiosa para una limpieza profunda ocasional, su uso diario podría no ser lo más recomendable para la salud de tu rostro. Sin duda, uno de los errores que más comentemos durante el lavado

Agua Fría ¿es lo más recomendable para lavarse el rostro?

Por otro lado, tenemos el agua fría, que es cuando su temperatura es menor a 20°.

Un chorro de agua fresca sobre tu cara puede ser un despertar vigorizante en las mañanas y aportar ciertos beneficios a tu cutis.

Es conocida por su efecto tonificante y refrescante. Ayuda a contraer los poros y a reducir la hinchazón, por lo que puede ser una opción maravillosa después de una larga noche o en esos días de calor intenso.

Además, se dice que el agua fría puede estimular la circulación sanguínea, lo que favorece la oxigenación de la dermis y puede dar lugar a un rostro más luminoso y lleno de vida.

A pesar de sus bondades, la temperatura fría también tiene su lado oscuro.

Su uso podría no ser lo suficientemente eficaz para deshacerse de la grasa y las impurezas que se acumulan en la superficie cutánea, ni de eliminar correctamente el desmaquillante o limpiador.

Además, el agua demasiado fría puede ser un shock para tu cutis, especialmente si tienes una piel sensible.

Así, aunque puede ser una aliada para revivir tu rostro en ciertos momentos, no es la opción más eficiente para una limpieza profunda y efectiva.

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agua fría lavado cara

El Agua Tibia, una buena alternativa

La temperatura del líquido que usas para limpiar y aclarar tu rostro debería ser, idealmente, ni muy caliente ni muy fría. Aquí es donde entra en juego el equilibrio.

El término «tibia» se refiere generalmente a agua que está entre los 32° y 37°, que es alrededor de la temperatura corporal.

El agua a esta temperatura combina los beneficios de las variantes más extremas sin sus desventajas.

Por un lado, es suficientemente caliente como para ayudar a disolver la grasa y las impurezas, facilitando así una limpieza eficaz del rostro. Perfecto cuando realizas una doble limpieza

Al mismo tiempo, no es tan caliente como para eliminar los aceites naturales que protegen la dermis o provocar una reacción adversa en las pieles más sensibles.

Por otro lado, no es tan fría como para ser un shock para tu cutis, pero es lo suficientemente fresca como para ayudar a cerrar los poros dilatados después de la limpieza, lo que resulta en un acabado más liso y tonificado.

Entonces, si buscas una solución equilibrada que te permita limpiar tu rostro de manera efectiva sin comprometer su salud y belleza, el agua tibia puede ser la mejor opción para ti.

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Conclusión: La mejor temperatura para lavarse la cara

Tras analizar los pros y contras de cada temperatura, podemos concluir que, aunque el agua caliente puede ser útil para una limpieza profunda ocasional y la fría puede proporcionar un refrescante despertar o un alivio en un día caluroso, la mejor opción para el lavado diario de la cara es el agua tibia.

Recuerda que no debes hacerlo más de dos veces al día

Ofrece el equilibrio perfecto: es lo suficientemente caliente para ayudar a disolver y eliminar la grasa y las impurezas de la piel, y lo suficientemente fresca para no causar sequedad ni irritación.

Además, su uso contribuye a mantener el equilibrio de la dermis, lo que resulta en una piel más saludable y radiante.

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Consejo Final: Secado después de la limpieza

Una vez hayas finalizado tu rutina de limpieza facial con un aclarado tibio, recuerda secar tu rostro con delicadeza. Evita frotar con la toalla, ya que esto puede causar irritación y enrojecimiento.

En su lugar, da suaves toquecitos para absorber las gotitas sin dañar tu piel.

Elegir una toalla suave y de fibras naturales también puede contribuir a mantener tu rostro sano y radiante.

Así, con una limpieza adecuada, un secado cuidadoso y una crema equilibrante como esta, estarás asegurándote de ofrecer a tu piel el cuidado que se merece.

Recuerda, cuidar tu rostro no se trata solo de los productos que aplicas, también incluye detalles como la temperatura del agua que utilizas. Asegúrate de usar una temperatura tibia para mantener tu piel limpia, fresca y en su mejor estado.

Angela

Técnico Superior en Dietética.

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Técnico Superior en Dietética.

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