No hay nada mejor que la sensación de tener una piel perfectamente limpia y libre de impurezas. Pero, ¿qué ocurre cuando notamos esos pequeños y molestos puntos negros que aparecen en la nariz y en la barbilla?
Sabemos que pueden ser obstinados y difíciles de eliminar. Pero antes de que te rindas o recurras a técnicas dañinas para tu cutis, queremos presentarte una solución eficaz: la limpieza de piel profunda.
En este artículo, te mostraremos cómo puedes realizar una limpieza de piel profunda en casa, paso a paso, para decir adiós a esos persistentes puntos negros y disfrutar de un cutis más limpio y radiante. ¡Vamos a por ello!
Limpieza de cutis profunda: paso a paso
Paso 1 – Desmaquillado y Limpieza
El primer paso de nuestra rutina de limpieza profunda comienza eliminando cualquier traza de maquillaje y contaminantes del día.
Si realizas este proceso en la noche, el desmaquillado es fundamental. ¿Por qué? Los cosméticos, aunque nos ayuden a lucir geniales, pueden obstruir los poros si no se eliminan correctamente, facilitando la aparición de impurezas e incluso acné.
Para el desmaquillado, puedes optar por aceites (como el de coco) o bálsamos desmaquillantes, que disuelven eficazmente el maquillaje, incluso el resistente al agua, sin resecar tu cutis.
Aplícalo sobre la piel seca, masajeando con delicadeza. A continuación, emulsiona con un poco de agua y observa cómo se transforma en una textura lechosa que arrastra el pigmento y las impurezas de forma sencilla y suave.
Después de eliminar el maquillaje, procede con la limpieza facial. Para ello, elige un limpiador adecuado para tu tipo de cutis.
Si tu tez tiende a ser grasa o mixta, un gel o espuma limpiadora que elimine el exceso de sebo sin resecar será ideal. Por otro lado, si es seco, un limpiador en bálsamo o leche te proporcionará limpieza sin restarle hidratación.
Y estos ingredientes naturales son perfectos para usarlos en la limpieza diaria.
Asegúrate de aplicar tu limpiador con suavidad, utilizando movimientos circulares y cubriendo todo el rostro, sin olvidar las áreas de la nariz y la barbilla, que suelen ser más propensas a las impurezas.
A continuación, enjuaga con agua tibia. Recuerda, el agua demasiado caliente puede irritar y resecar tu piel, mientras que el agua fría no será efectiva para eliminar todo el limpiador.
Este proceso no solo liberará tu rostro de las impurezas superficiales, sino que también preparará tu piel para los siguientes pasos de la limpieza profunda.
Esta rutina de limpieza sencilla es perfecta para adaptarla en tu día a día.
Paso 2 – Vaporización
Una vez que tu rostro esté completamente limpio, es hora de abrir las puertas de esos poros obstinados, y nada mejor para ello que la vaporización. Este paso a menudo se pasa por alto, pero es esencial para permitir una limpieza más profunda y efectiva.
El vapor suaviza la superficie del cutis y dilata los poros, permitiendo que las impurezas, la grasa y las células muertas que están atrapadas en el interior sean eliminadas más fácilmente.
Además, prepara la piel para los próximos pasos de tu rutina de limpieza, permitiendo que los ingredientes activos penetren más profundamente.
Para realizar la vaporización en casa, no necesitas equipo especial, solo agua y una olla o tazón grande. Aquí te explicamos cómo hacerlo:
- Llena una olla o un tazón grande con agua y ponla a hervir.
- Cuando esté hirviendo, retira la olla del fuego y colócala en una superficie segura y estable.
- Coloca una toalla grande sobre tu cabeza y acerca tu rostro a la olla, manteniendo una distancia segura para evitar quemaduras. La toalla ayudará a atrapar el vapor y a dirigirlo hacia tu rostro.
- Permanece bajo la toalla durante 5 a 10 minutos, permitiendo que el vapor abra tus poros. Si en algún momento te resulta incómodo, toma un respiro. No tienes que permanecer bajo la toalla todo el tiempo, puedes levantarla para tomar aire si lo necesitas.
- Una vez finalizado el tiempo, seca tu rostro suavemente con una toalla limpia.
Si tienes la suerte de tener una sauna facial en casa, puedes usarla siguiendo las instrucciones del fabricante. Asegúrate de que tu rostro esté a una distancia segura de la salida de vapor y ajusta el tiempo según las recomendaciones.
Recuerda, aunque la vaporización puede ser muy beneficiosa, no se recomienda para todas las personas. Si tienes rosácea, cuperosis o tu piel es muy sensible, este paso puede resultar demasiado agresivo.
En estos casos, se recomienda saltarse la vaporización y pasar directamente a la exfoliación.
La vaporización es un pequeño ritual que puede convertir tu rutina de limpieza en un verdadero momento de spa en casa, dejándote con una cara suave y lista para el próximo paso.
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Paso 3 – Exfoliación
La exfoliación es un paso clave para la eliminación efectiva de los puntos negros. Al exfoliar, eliminamos las células muertas de la superficie de nuestra piel que pueden obstruir los poros y provocar la formación de estas molestas imperfecciones.
Además, este paso estimula la renovación celular, lo que contribuye a mejorar la textura y el tono de tu cutis, dándole un aspecto más fresco y radiante.
Existen dos tipos principales de exfoliantes: físicos y químicos.
Los exfoliantes físicos contienen pequeñas partículas que, al masajearlos, eliminan físicamente las células muertas y las impurezas.
Por otro lado, los exfoliantes químicos, como los ácidos glicólico y salicílico, actúan disolviendo las uniones entre las células muertas, facilitando su eliminación.
Aquí te explicamos cómo realizar cada tipo de exfoliación:
Exfoliación física:
- Elige un exfoliante que sea adecuado para tu tipo de piel. Si es sensible, opta por uno con partículas suaves para evitar la irritación.
- Aplica una pequeña cantidad de producto sobre tu rostro limpio y húmedo.
- Con las yemas de los dedos, masajea suavemente el exfoliante en movimientos circulares, evitando el contorno de los ojos.
- Presta especial atención a las áreas donde los puntos negros suelen aparecer, como la nariz, la barbilla y la frente.
- Una vez hecho esto, enjuaga bien con agua tibia y seca suavemente tu rostro.
Exfoliación química:
Si decides optar por un exfoliante químico, el procedimiento es un poco diferente.
- Aplica el producto en tu rostro limpio y seco, siguiendo las instrucciones del envase. En general, deberás dejar que el producto actúe durante un tiempo determinado antes de enjuagar.
- Este tipo de exfoliación puede provocar una ligera sensación de cosquilleo, pero si sientes ardor o malestar, aclara inmediatamente.
- La exfoliación química puede ser más efectiva para eliminar los puntos negros, ya que los ácidos pueden penetrar en los poros y disolver las impurezas desde el interior.
Recuerda, la exfoliación debe ser un proceso suave. No es necesario frotar con fuerza, ya que esto puede irritar tu piel. Además, a pesar de sus beneficios, no debe realizarse a diario. Dos veces a la semana es suficiente para la mayoría.
Con la exfoliación, estamos dando un paso importante para deshacernos de los puntos negros, limpiando nuestros poros en profundidad y dejando nuestra piel lista para el siguiente paso.
Paso 4 – Extracción de puntos negros
Llegamos a un paso delicado pero crucial en nuestra limpieza profunda: la extracción de los puntos negros.
Después de la exfoliación, con tus poros bien abiertos y limpios, los puntos negros están preparados para ser extraídos. Sin embargo, este paso debe realizarse con mucho cuidado para evitar dañar tu piel y potenciar la aparición de manchas o cicatrices.
En primer lugar, es importante señalar que no todos los puntos negros deben ser extraídos. Si la obstrucción está muy incrustada o si el área alrededor del poro está inflamada, es mejor dejarlo en paz. El intento de extracción puede provocar más daño que beneficio.
Para los puntos negros que están listos para ser extraídos, sigue estos pasos:
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Preparación: Antes de comenzar, asegúrate de que tus manos estén bien limpias para evitar la introducción de bacterias en los poros abiertos. También puedes usar guantes desechables para una higiene extra.
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Herramientas: Te recomendamos usar un extractor de comedones, una pequeña herramienta de metal que se utiliza para la extracción de puntos negros. Asegúrate de que esté limpio antes de usarlo. Si no tienes uno a mano, puedes usar dos bastoncillos de algodón.
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Extracción: Con la herramienta, aplica una presión suave y uniforme a los lados del punto negro. Deberías ver cómo la obstrucción se libera y sale del poro. Si tienes que aplicar mucha presión o si el punto negro no se mueve, déjalo y pasa al siguiente. Nunca fuerces la extracción.
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Desinfección: Una vez que hayas terminado, aplica un tónico facial antiséptico para limpiar y calmar la piel, y para ayudar a cerrar los poros.
Aunque la extracción puede ser satisfactoria, no es algo que debas hacer a diario. Además, si tienes muchos puntos negros o si están en áreas difíciles de alcanzar, te recomendamos acudir a un profesional para una limpieza facial. Ellos tienen las herramientas y el entrenamiento para hacerlo de manera segura y efectiva.
Este paso nos acerca mucho a nuestro objetivo de una piel libre de puntos negros, dejándola limpia en profundidad y lista para recibir un tratamiento nutritivo.
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Paso 5 – Mascarilla purificante
Con los poros ya limpios y liberados de impurezas, llega el momento de nutrir y calmar tu rostro con una mascarilla purificante.
Este paso es fundamental para reponer la hidratación, equilibrar el sebo y cerrar los poros abiertos durante el proceso de limpieza, evitando que se vuelvan a obstruir.
El tipo de mascarilla que utilices dependerá de tu tipo de cutis y de tus necesidades específicas. Si es grasa o tienes tendencia a la obstrucción, una mascarilla a base de arcilla o carbón activado puede ser tu mejor aliada.
Estos ingredientes son conocidos por su capacidad para absorber el exceso de grasa y eliminar las impurezas, dejando la tez limpia y matificada. También te gustará estos remedios con yogur y avena.
Aquí te mostramos cómo aplicar tu mascarilla purificante:
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Aplicación: Con tu rostro limpio y seco, aplica una capa uniforme de la mascarilla en toda tu cara, evitando el contorno de los ojos y los labios. Usa tus dedos o, si prefieres, un pincel de mascarillas para una aplicación más precisa.
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Tiempo de espera: Deja que la mascarilla actúe durante el tiempo recomendado en el envase. Normalmente, este periodo es de unos 10 a 20 minutos. Es importante que no la dejes más tiempo del recomendado, ya que puede resecar demasiado tu piel.
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Retirada: Enjuaga tu rostro con agua tibia hasta que toda la mascarilla se haya ido. Si es de arcilla y se ha secado, puedes humedecerla con un poco de agua antes de retirarla para facilitar el proceso. Seca tu cara con una toalla limpia, dando pequeños toques en lugar de frotar.
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Paso 6 – Hidratación
El último paso en nuestra limpieza de piel profunda es la hidratación. Después de todo el proceso de limpieza, exfoliación, extracción y aplicación de la mascarilla, tu tez está lista para recibir un buen chute de hidratación y nutrientes.
Aunque parezca contradictorio, mantenerla bien hidratada es esencial para controlar la producción de grasa y, por ende, la aparición de puntos negros. Y esta receta de crema equilibrante con manzanilla va a encantarte.
Toma una pequeña cantidad de hidratante y aplícala en toda la cara. El orden correcto es comenzar por el centro del rostro y extender el producto hacia los lados, con movimientos ascendentes para contrarrestar la gravedad.
No olvides el contorno de ojos. La zona del contorno de los ojos es más fina y sensible, por lo que necesita un cuidado especial. Aplica un hidratante específico para esta área para prevenir la deshidratación y la aparición de líneas finas.
Antes de continuar con tu rutina o de irte a dormir, deja que el hidratante se absorba durante unos minutos.
La hidratación no solo aporta agua a tu dermis, sino que también la suaviza, mejora su textura y su apariencia general.
Con un buen hidratante, tu piel estará lista para enfrentar el día (o la noche) y se verá fresca, saludable y, sobre todo, libre de puntos negros. ¡No subestimes el poder de una buena hidratación!
En conclusión, la eliminación de los puntos negros y el mantenimiento de una piel saludable no tienen por qué ser tareas complejas o intimidantes.
Siguiendo los pasos de esta limpieza profunda, podrás eliminar de manera eficiente las impurezas y mantener tus poros libres y limpios.
Además, recuerda que mantener un buen equilibrio en tu piel es esencial, y esto solo se logra con una buena rutina de cuidado facial que incluya limpieza, exfoliación, hidratación y protección solar. ¡No esperes más y dale a tu piel el cuidado que merece!
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