Si te preguntara si en algún momento lo has hecho, es bastante probable que me respondas de forma positiva, y seguramente que no solo una, sino muchas. Y es que se trata de un hábito extendidísimo en muchas casas españolas: reutilizar el aceite, sobretodo cuando ya lo hemos usado para freír los alimentos. Y lo solemos hacer con cualquier tipo de aceite, no solo con el aceite de girasol, sino especialmente con el aceite de oliva (posiblemente por su precio algo más elevado, tratándose por tanto de un hábito cuyo objetivo básico es el de abaratar los costes de nuestra cesta de la compra).
Hace algún tiempo nos hacíamos la siguiente pregunta: ¿es sano recalentar el aceite?. Y además de recordar que precisamente se trata de una práctica no solo extendida, sino tremendamente habitual en muchas cocinas, descubríamos algunos de los riesgos de utilizar aceite recalentado y que ya habíamos usado previamente en la fritura de los alimentos.
¿Qué se produce cuando el aceite es recalentado?
Cuando utilizamos aceite ya usado (sea el que sea, no importa que fuera aceite de girasol o de oliva), debemos tener en cuenta que al calentarlo la primera vez ya comenzó su proceso de degradación.
Esto significa que, al volver a recalentarlo y reutilizarlo, la degradación aumenta, lo que tiene como resultado la aparición de sustancias muy perjudiciales para nuestra salud. Básicamente son tres, muy nocivas y peligrosas para nuestro organismo:
- Radicales libres: producen daños a nivel celular. Además, participan activamente en el proceso de envejecimiento de nuestras células, aumentando el riesgo de cáncer, trastornos cardíacos y problemas en el sistema inmunológico. Puedes descubrir más en nuestro artículo sobre los efectos de los radicales libres.
- Acrilamida: sustancia que se forma durante el calentamiento a temperaturas superiores a 100 ºC de alimentos vegetales especialmente ricos en su composición en azúcares, y pobres en proteínas. Entre otros efectos puede aumentar el riesgo de cáncer y es una sustancia tóxica para el cerebro. Conoce más sobre la acrilamida.
- Ácidos grasos trans: predisponen a padecer más infartos y aceleran el proceso de coagulación de la sangre.
Además de estas sustancias aparecen otras oxidantes, que tienden a aumentar el riesgo de aparición de enfermedades neurodegenerativas, y favorecen el envejecimiento.
Efectos en la salud de reutilizar aceite que ya ha sido calentado
Si tenemos en cuenta los efectos negativos que, en la salud, pueden provocar las sustancias indicadas en el apartado anterior (radicales libres, acrilamida y los ácidos grasos trans), también encontramos más efectos cuando el uso del aceite recalentado es habitual y extendido en el tiempo, y además su consumo es excesivo.
Entre otros aspectos, cuando lo consumimos en exceso tiende a producir una acumulación grasa en el hígado, condición conocida como hígado graso, el cual aumenta el riesgo de cirrosis hepática y cáncer de hígado.
Por otro lado, aumenta el riesgo de sufrir exceso de peso (tanto sobrepeso como obesidad), a lo que acompaña tanto la diabetes como la hipertensión arterial.
Por tanto, la mejor opción siempre es utilizar aceites crudos, o bien usarlos únicamente por vez primera y que al momento de la cocción nunca alcancen temperaturas elevadas o muy elevadas.
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