A lo largo de la vida existe la tendencia de dejar de usar la mente y “vaciarla” de aquello que nos preocupa. Sin duda la jubilación marca un antes y un después en nuestras rutinas y en la manera en la que empleamos nuestro tiempo libre.
Dado que la esperanza de vida en España ronda los 83 años, desde los 65 de jubilación hasta los 83 (con un poco de suerte) las obligaciones se van esfumando y nuestra vida se convierte en un eterno sábado.

Como bien dice un proverbio japonés: “empezamos a envejecer cuando dejamos de aprender”. Pero, ¿por qué?
Consejos útiles para activar la mente de nuestros mayores
De usar o tirar
Nuestro cerebro es un órgano efectivo, calculador y eficiente. La funcionalidad de este complejo órgano se basa en: “úsalo o piérdelo”. ¿Qué quiere decir esto? El cerebro se encuentra en continuo cambio, permanentemente se establecen nuevas conexiones y otras se apagan. ¿Cuál es el criterio que sigue nuestro cerebro para borrar conexiones? Nuestro cerebro lo tiene claro: “o lo usas o lo olvido”.
De esta forma, al dejar de emplear ciertas capacidades finalmente las acabamos perdiendo. Así que mientras menos áreas del cerebro ejercitemos, más neuronas dejarán de sernos útiles y por tanto menos conexiones neuronales tendremos. Las consecuencias de esta pérdida de conexiones puede derivar en demencia.
Cambiando nuestras rutinas
Dejar de trabajar no debe implicar dejar de usar la mente. Es cierto que a edades más tempranas lo que buscamos en unas vacaciones es “desconectar” y apagar durante algunos días nuestro cerebro. Sin embargo, cuando ya no tenemos un “trabajo” no debemos caer en esta trampa.
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El ocio continuado lleva a posibles depresiones por improductividad. Con esto nos referimos a la sensación de no sentirnos útiles. Si no tenemos rutinas o no buscamos obligaciones no tendremos metas en la vida y por tanto, si no hay una meta a la que llegar “abandonamos la carrera”.

La jubilación debe suponernos una oportunidad para cambiar nuestras rutinas y establecer nuevas metas. Estudiar la carrera que siempre quisiste y por falta de tiempo no pudiste, viajar y conocer lugares nuevos, atreverte con la informática y las nuevas tecnologías, aprender cocina, estudiar un nuevo idioma… Estos solo son algunos ejemplos que pueden significar un gran cambio en nuestra vejez y en nuestra calidad de vida.
Entrenando el cerebro
Nuestro cerebro está dividido en dos hemisferios. El hemisferio derecho es el encargado de la lógica, la matemática, la numeración, la escritura y el habla. El izquierdo se centra en los sentimientos, las emociones, la creatividad y las habilidades de arte y música.
A la hora de mantener nuestra mente activa y ocupada debemos de atender a las dos partes con el fin de establecer el mayor número de conexiones y paliar los efectos degenerativos de la edad. A continuación te explicaremos algunos ejercicios que te ayudarán a mantenerte en forma.
El hemisferio derecho
Este hemisferio se alimenta del trabajo sistemático y resolutivo, por tanto, exponernos ante problemas matemáticos o situaciones no resueltas nos ayudará. Un ejemplo son: palabras cruzadas, sudokus, crucigramas, armar rompecabezas, hacer puzles.
También escribir y planificar son unos buenos recursos para ejercitar este hemisferio, así que, ¿por qué no escribir una novela o un relato corto? Si vas a viajar haz una guía y planea dónde quieres ir. Escribe aquello que te resulta más interesante y organiza tu estancia.

El hemisferio izquierdo
Tu lado creativo, emocional y artístico también quiere ser estimulado. Hay ejercicios sencillos que pueden ayudarte a favorecer su entrenamiento. Por ejemplo puedes buscar nuevas rutas para llegar a tus sitios habituales, emplear diversos medios de transporte que te supongan un reto, reorganizar tu casa. Pinta un cuadro decorativo para tu hogar (no hace falta que seas un Picasso, sólo déjate llevar) o cambia la emisora de tu radio y exponte a nuevos estilos musicales.
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Ejercitando ambos hemisferios a la vez
Hay otra posibilidad de ejercitar los hemisferios de una sola vez. Un ejemplo muy claro es el de pintar mandalas. Con esta actividad por un lado ejercitas el hemisferio derecho a través de los patrones y el izquierdo a través de la combinación de colores y la sensibilidad artística. Otras actividades pueden ser: realizar actividades de marcha cruzada (tocar mano derecha con rodilla izquierda), dibujar con tu mano no dominante (si eres diestro con la izquierda y viceversa) o realizar actividades cotidianas con la mano no dominante (tales como lavarse los dientes o atarse los zapatos).
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