A la hora de seguir un estilo de vida sano y saludable, es de vital importancia mantener una alimentación lo más variada, nutritiva y equilibrada posible, basada especialmente en el consumo de alimentos frescos y de temporada, útiles para aportar a nuestro organismo todos aquellos nutrientes que tanto necesita cada día.
Con todo ello, es cierto que en los últimos años hemos venido comprobando como la tendencia a lo natural se ha incrementado de forma notable. Por ejemplo, cada vez es mayor el número de personas que optan por comprar alimentos provenientes de la agricultura o ganadería ecológica, lo que se convierte en un ejemplo maravilloso de que empezamos a ser más conscientes sobre lo que comemos, y sobre todo, del lugar de dónde proviene lo que consumimos diariamente.
Lo mismo ocurre con la consciencia de la naturaleza y el respeto tanto por los animales como por el medio ambiente. Así, el número de vegetarianos/as y veganos/as se ha incrementado en los últimos años. Por ejemplo, en un artículo publicado por la Cadena Ser en febrero, en el que se recogían las conclusiones del estudio elaborado por Lantern titulado The Green Revolution, se estima que «en España hay alrededor de 3,6 millones de personas (…) que basan su dieta exclusivamente, o con contadas excepciones, en productos de origen vegetal».
Unido también a la publicación en los medios de distintos estudios científicos que han constatado que las carnes rojas y procesadas podrían causar cáncer. De hecho, la propia Organización Mundial de la Salud catalogó a este tipo de alimentos de origen animal como un alimento cancerígeno, al mismo nivel que el tabaco, el amianto o el arsénico. Según el mismo estudio que hemos citado anteriormente, el consumo de carne roja en España ha descendido un 35%, de acuerdo al Observatorio Nestlé de Hábitos Nutricionales y Estilo de Vida.
La alimentación natural es la base para disfrutar de una vida sana
Una de las primeras opciones más recomendables es la de averiguar qué tipo de alimentación natural es la más recomendada para nosotros mismos (siempre y cuando se me permita la redundancia), ya que no es lo mismo seguir una alimentación específica para una persona –por ejemplo- con diabetes, que para otra que sufra de hipertensión arterial.
Esto es así porque, aunque se puedan dar unos consejos generales que pueden resultar útiles para mucha gente, se deben de tener en cuenta aquellas diferencias no sólo fisiológicas ni constitucionales de la propia persona en sí, sino sus gustos personales.
Una de las recomendaciones generales que pueden hacerse es la de eliminar el hábito de fumar y de beber alcohol, reduciendo a su el consumo de proteínas animales y de grasas saturadas.
Existen una serie de tradiciones culinarias sanas (como la dieta mediterránea o la vegetariana) que pueden servir como bases sobre la que construir nuestro propio modelo alimentario y dietético, al igual que debe mirarse bien si los alimentos que consumimos cada día son o no frescos de temporada.
Estos últimos son sin ninguna duda los más recomendables, dado que poseen un mayor número de nutrientes, de beneficios y de propiedades positivas para la salud. Y si, además, son alimentos ecológicos mejor que mejor, ya que están libres de sustancias químicas perjudiciales para el organismo.
También debe tenerse en cuenta la preparación de la comida que vayamos a tomar y la forma como comemos. Por ejemplo, es sumamente aconsejable optar por formas de cocción más saludables, tratando de evitar las frituras y escoger asar los alimentos en el horno, cocidos al agua o cocinados a la plancha.
Siguiendo estos consejos y optando por una alimentación natural conseguirás disfrutar de una dieta sana y equilibrada, que sobretodo repercutirá en el seguimiento de una vida sana y saludable.
¿Cómo debe ser una alimentación natural para que además sea de calidad?
Si buscamos seguir una alimentación basada en el consumo de alimentos naturales, que además no solo sea respetuosa con el medio ambiente, sino que sea adecuada para nuestra propia salud, es necesario tratar de mantener una dieta lo más natural posible. Esto incluye, obviamente, eliminar por completo aquellos alimentos que incluyan ingredientes artificiales en su composición.
Por ejemplo, deberíamos evitar alimentos que contengan aditivos artificiales, como conservantes, saborizantes, colorantes y antioxidantes no naturales.
Y, para conseguirlo, es necesario convertirnos en unos consumidores más responsables y prestar especial atención al etiquetado de aquellos alimentos procesados que compramos en el supermercado, analizando con paciencia el apartado de ingredientes del mismo. Lo que nos ayudará, además, a descubrir si este producto alimenticio es o no saludable, especialmente si leemos el etiquetado nutricional del mismo y nos fijamos en el porcentaje de hidratos de carbono en forma de azúcares y en las grasas.
Cómo escoger productos alimenticios más saludables en el supermercado… Un ejemplo
Te exponemos un sencillo ejemplo. Vamos al supermercado con la intención de comprar cereales de desayuno. Es bastante probable que las opciones más saludables y nutritivas las encuentres en la estantería de alimentos bio o ecológicos (aunque también debemos recordar que el hecho de que un producto sea ecológico no significa necesariamente que sea saludable). Nos encontramos ante dos paquetes de cereales para el desayuno.
Analizamos el apartado de ingredientes y en los dos paquetes distinguimos que el primero de los ingredientes que aparecen son los propios cereales (en este caso, avena). Sin embargo, mientras que en uno de los paquetes observamos que el segundo ingrediente son copos de maíz, en el otro paquete encontramos azúcar. Por lo que ya empezamos a sospechar que el aporte de azúcares del segundo paquete de cereales podría ser bastante más elevado, lo que puede ayudarnos a desecharlo por el primero. No obstante, basta con acudir luego al etiquetado nutricional -apartado «hidratos de carbono de los cuales azúcares»- para salir de dudas.
Sigue en | La dietoterapia naturista / La alimentación como terapia
12 comentarios