A diferencia de otros órganos de nuestro cuerpo que tendemos a tener más presentes, como por ejemplo es el caso del hígado o de los riñones, el bazo se convierte probablemente en uno de los más “olvidados”. De hecho, no solemos recordar que está ahí hasta que no se produce alguna afección o trastorno de salud que lo afecte. Pero aunque por lo general no suele causar problemas, sí debemos tener en cuenta qué enfermedades o problemas pueden influir en su estado. Más aún, uno de los más comunes y habituales es la inflamación del bazo, el cual es conocido médicamente con el nombre de esplenomegalia.
El bazo consiste en un órgano que forma parte de nuestro sistema linfático. Presenta un tamaño aproximado similar al del puño de una mano, y lo encontramos situado en el costado izquierdo, justamente debajo de las costillas y por arriba del estómago.
Entre las principales funciones del bazo podemos mencionar su alto contenido en glóbulos blancos, los cuales luchan contra los gérmenes. De hecho, como indicábamos anteriormente, forma parte del sistema linfático, que como de buen seguro sabrás combate las infecciones, a la vez que mantiene el equilibrio de los líquidos de nuestro cuerpo. Además, destruye aquellas células dañadas o envejecidas, ayuda a controlar la cantidad de sangre de nuestro organismo y mantiene tanto los glóbulos rojos como las plaquetas saludables.
Precisamente cuando se diagnostica esplenomegalia significa que existe un bazo más grande de lo normal.
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Cuáles son los síntomas del bazo inflamado
Fundamentalmente son tres los signos que pueden indicar la presencia de una inflamación del bazo, por lo que en realidad nos encontramos ante un trastorno que no es tan fácil de diagnosticar.
Por ejemplo, podemos sentir cierta incapacidad a la hora de comer en grandes cantidades, de manera que tendemos a llenarnos más rápidamente e incluso con poca comida. Es decir, nos saciamos rápidamente, incluso cuando comemos pequeñas cantidades de comida.
Puede sentirse dolor que se sitúa en el lado superior izquierdo del abdomen, aunque como descubríamos en una nota anterior en la que te hablábamos sobre el dolor en la parte izquierda del abdomen, también existen otros problemas que pueden influir en su aparición, como es el caso de la pancreatitis, diverticulosis o diverticulitis y cálculos renales. Entre los motivos de que aparezca dolor abdominal no solo es debido a la propia hinchazón, sino a que el bazo tiende a estirarse como consecuencia de la inflamación. Este dolor tiende a empeorar cuando realizamos una respiración profunda, y puede irradiarse hacia el hombro izquierdo.
El hipo es otra de los signos habituales de la inflamación del bazo, especialmente si aparece en cualquier momento, de forma repentinina y tiende a repetirse varias veces en un mismo día.
Ya que el bazo forma parte del sistema linfático y se encarga de filtrar la sangre y de mantener en niveles adecuados las plaquetas y los glóbulos rojos y blancos, cuando el bazo está inflamado puede surgir anemia, causada por la falta de glóbulos rojos. A su vez, puede aparecer fatiga como consecuencia de la anemia.
Las causas de la inflamación del bazo
Son varias las causas que pueden ocasionar que el bazo se inflame. Las más habituales son las siguientes:
- Infecciones: infecciones bacterianas, enfermedad por arañazo de gato, mononucleosis infecciosa (ya sea por el virus de Epstein-Barr o por citomegalovirus), infecciones parasitarias o por otras infecciones virales.
- Enfermedades hepáticas: cirrosis, obstrucción de la vena porta, fibrosis quística o colangitis esclerosante.
- Enfermedades de la sangre: hemoglobinopatías, anemias hemolíticas.
- Cáncer: enfermedad de Hodgkin, leucemias, linfomas.
- Otras enfermedades: lupus eritematoso sistémico, sarcoidosis y crisis esplénica drepanocítica.
Tratamiento del bazo inflamado
Es evidente que el tratamiento de la inflamación del bazo tiene relación con la causa que haya causado dicha hinchazón, aunque se debe establecer un tratamiento médico pronto puesto que un bazo inflamado puede derivar en una infección crónica. De hecho, a largo plazo, si surge infección puede llevar a la extirpación del bazo.
Por ejemplo, si la causa de la inflamación es una infección los antibióticos pueden ser de utilidad para el tratamiento de la enfermedad. Mientras que si la causa del agrandamiento del bazo es debido a la enfermedad de Hodgkin o por leucemia, el tratamiento médico a seguir es radioterapia o quimioterapia.
Imágenes | ISTOCKPHOTO/THINKSTOCK
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