Durante el embarazo es habitual que la futura mamá aumente de peso, pudiendo llegar a engordar de 9 a 14 kg. aproximadamente sobre el peso inicial. No obstante, debemos tener en cuenta que este aumento de peso depende muchísimo de cada embarazada.
Es normal que si la futura mamá comienza el embarazo teniendo ya un exceso de peso, el especialista médico controlará de manera más directa su evolución, de manera que es probable que engorde menos.
Ese aumento de peso por parte de la futura mamá tiene que ver con la retención de líquidos por un lado, mientras que por otro es debido al crecimiento de los senos, a la propia placenta, al útero, al líquido amniótico, al incremento del volumen de sangre, y finalmente a las reservas de proteínas, grasa y sustancias nutritivas.
Por ejemplo, el bebé tiende a pesar entre 3 a 4 kg., la placenta suele pesar entre 1/2 a 1 kg., y la sangre y el líquido amniótico 1 kg. más. Esto significa que el embarazo supone por sí mismo un aumento de peso de entre 5 a 7 kg. aproximadamente, sin tener en cuenta –claro está- el peso que puede aumentar la mamá por los hábitos alimentarios que siga.
Pero después del parto la mayoría de las mamás tienden a bajar 2 kg. aproximadamente la primera semana, como consecuencia sobre todo de la pérdida de líquido, aunque esta cantidad dependerá directamente del líquido que se haya retenido durante la gestación.
Por tanto, cuando el embarazo finaliza y el bebé nace, es común que la ya mamá quiera adelgazar después de la gestación.
Consejos útiles para perder peso después de la gestación
Durante la lactancia materna evita restricciones
Antes de tener el objetivo de adelgazar, si estás amamantando a tu bebé debes tener en cuenta que las restricciones alimenticias son siempre peligrosas, ya que necesitas aportar a su bebé a través de la leche materna todos los nutrientes esenciales que necesita para su desarrollo y crecimiento.
Eso sí, cuidado con las dietas restrictivas. Por tanto, durante las primeras semanas y meses lo mejor es tratar de seguir una alimentación lo más saludable posible, y esperar a que el cuerpo vaya estabilizándose poco a poco.
De hecho, muchos nutricionistas aconsejan evitar las dietas hasta que no se acabe con la lactancia materna, y solo recomiendan seguir una dieta bajo prescripción y observación de un especialista en caso de sobrepeso.
Sigue una alimentación equilibrada
Precisamente por lo indicado en el apartado anterior, es fundamental que la dieta que siga la mamá lactante sea equilibrada pero saludable: rica en frutas y verduras frescas (destacan las frutas ricas en vitamina C, otras frutas como la papaya o la uva y las hortalizas como la zanahoria o el repollo morado), así como pescados y carnes blancas, cereales y legumbres.
También destacan los alimentos ricos en fibra, como los cereales integrales. Siendo a su vez aconsejable el consumo de frutos secos cada día.
Como es de imaginar, la alimentación que siga la nueva mamá debe ser completa y equilibrada, para aportar al bebé todos aquellos nutrientes que tantísimo necesita durante sus primeros meses de vida.
Practica ejercicio físico regular
Aunque estés dando el pecho a tu bebé es fundamental que mantengas un estilo de vida más activo, pudiendo practicar ejercicio físico cada día de manera regular. Puede que las primeras semanas estés algo dolorida, pero según tu cuerpo se vaya recuperando tras el parto tú misma empezarás a tener ganas de salir a la calle y hacer ejercicio.
¿Lo más adecuado al comienzo? Evita forzarte en exceso y trata al principio de hacer un ejercicio físico que sea sencillo y cómodo. Por ejemplo, caminar durante 30 a 40 minutos cada día es una elección sencilla.
Esto te ayudará a quemar las grasas sobrantes por un lado, y a mantenerte en forma por otro.
Opta por ejercicios abdominales
Cuando ya estás totalmente recuperada, practicar ejercicios abdominales pueden ser la mejor opción a la hora de recuperar el tono muscular del abdomen, dado que tras el embarazo es normal que el abdomen de muchas mujeres permanezca más hinchado, flácido y blando.
No obstante, cómo quedará finalmente el abdomen sin hacer ningún tipo de ejercicio físico localizado dependerá del estado de la muscula que de por sí la mujer ya tenía antes del embarazo.
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