¿Sabías que las hemorroides son la patología proctológica más frecuente, la cual la padecen cerca de la mitad de la población occidental? Su mayor incidencia ocurre entre los 45 a 65 años de edad, y pueden convertirse en un problema bastante incómodo para la persona que las tiene.
Las hemorroides vienen a ser varices o inflamaciones de las venas situadas en el recto y en el ano. Son conocidas también con el nombre de almorranas, y desde un punto de vista anatómico son almohadillas, plexos o cojinetes de tejido submucoso donde se encuentran contenidas las arteriolas superficiales y vénulas presentes en el conducto anal.
Existen diferentes grados de hemorroides dependiendo de su gravedad. Van desde la más leve (esas pequeñas almorranas internas que apenas causan sangrado y poco prolapso), a las hemorroides más avanzadas, en las cuales existe un prolapso hemorroidal permanente. Por otro lado, dependiendo de su localización pueden ser hemorroides internas, externas y mixtas.
Si en algún momento has tenido alguna molestia o sangrado es normal que te preguntes si tienes hemorroides o no. Una buena opción a la hora de saberlo es prestar atención a los síntomas de las hemorroides (aunque, claro está, lo más recomendable siempre es acudir a la consulta de tu médico quien será el especialista más adecuado para diagnosticarlas):
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Sangrado: suele aparecer incluso en hemorroides leves, aunque el sangrado tiende a ser escaso. Se produce sobretodo al momento de defecar, y puede detectarse al dejar manchas en el papel higiénico al limpiarte, o bien por la presencia de rastros de sangre en la taza del baño.
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Secreción de moco: cuando existen hemorroides internas es habitual la presencia de una secreción de moco procedente de la propia mucosa anal, la cual puede causar irritación y picor en la piel, que puede causar cierta quemazón durante la defecación.
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Dolor: las hemorroides situadas externamente tienden a ser muy molestas, sobretodo cuando salen fuera del ano. Por otro lado, las internas tienden a no doler.
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Prolapso: es un bulto que aparece cuando las hemorroides salen desde el interior del ano. Resulta difícil introducirlas nuevamente.
Ante la aparición de cualquier síntoma, por mínimo que sea, la principal recomendación que te podríamos dar es acudir a tu médico, quien será el más adecuado para indicarte si tienes o no hemorroides. Por otro lado, las hemorroides leves tienden a no causar síntomas, por lo que si tienes antecedentes familiares de hemorroides debes saber que tienes un riesgo mayor de sufrirlas, o si padeces también estreñimiento.
Imagen | Nathan O’Nions
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